Hotel, reservado. Tiquetes, comprados. Maleta, empacada. Mercado, hecho. ¿Y qué hacemos con Lorenzo, o Lisa, o Sharoon, o Gea...?
Por esta época todos están felices pensando en el viaje de descanso y en los planes para hacer, pero se les ha olvidado organizar dónde y con quién se va a quedar el perro o el gato.
Dejar organizada la mascota suele ser uno de los últimos puntos de la lista de pendientes de las vacaciones, y por dejarlo para última hora se corre el riesgo de hacer una mala elección.
Así que tenga en cuenta estas pautas que da la médica veterinaria y etóloga Carolina Alaguna para elegir una guardería y hotel dónde dejar a su peludo.
1. Si no tiene un lugar conocido, pídale a amigos y conocidos que le recomienden un sitio que ya hayan usado sus servicios. Pida referencias y visite el lugar. Si elige por internet, no se confíe de las fotos. Vaya, conozca las instalaciones, los espacios y el personal que atiende, para estar seguro de que lo que ofrecen sea así. Observe cómo tratan a los animales que tienen.
2. Investigue un poco si están registrados ante la Cámara de Comercio, si tienen NIT, si manejan papelería, como facturas.
3. Asegúrese de que tienen un veterinario de planta y/o convenio con una clínica 24 horas por si se presenta algún accidente o emergencia.
4. Verifique si tienen corrales para separar animales, como una perra en celo o al que es peleador. Fíjese que no los encierren en guacales todo el tiempo.
5.Revise dónde duermen. Muchas guarderías usan guacales y hay perros a los que no les afecta, pero otros se pueden poner nerviosos.
6.Fíjese que el lugar sea cómodo, con espacio suficiente y seguro para que no se vayan a escapar. Si es un sitio campestre, que esté lejos de carreteras principales para que, si se sale el perro, no corra peligro.
7. Lleve comida suficiente para el tiempo que va a estar el animal allí. Fíjese cómo está organizado ese tema para que no le cambien o revuelvan el alimento.
8. Revise cuántos cupos ofrecen y que el espacio sea adecuado para ese número; que no haya hacinamiento. Este propicia peleas entre los ‘huéspedes’. Asegúrese de que no revuelvan a perros grandes con chicos.
9. Conviene llevar al perro para que se familiarice con el lugar. Si puede déjelo un fin de semana y vaya a visitarlo sin avisar para ver cómo es el manejo.
10. Pida que le manden fotos con frecuencia y que le informen cómo va.
11. Desconfíe de un lugar donde no le pidan carné de vacunación ni le pregunten si está desparasitado, si recibe algún tratamiento o cómo es el comportamiento de su perro.
“Cuando esté en el lugar, comente cosas como ‘mi perro es un poco peleón’, a ver qué dicen al respecto. Pregunte si reciben la perra en celo o cómo manejan ese caso”, recomienda la doctora Alaguna.
Todo este trabajo de campo no evita que su perro sufra estrés por el cambio de rutinas, de lugar y por que los extrañe, por lo que puede alterar un poco su comportamiento, pierda el apetito y hasta se deprima.Si puede, coméntele a su veterinario que el perro se queda en tal lugar y los datos de contacto. Y lo mismo puede hacer en la guardería: dar los datos del veterinario que siempre lo atiende.
Usted más que nadie conoce a su mascota, así que si la va a dejar en la guardería comente sobre su comportamiento, temperamento y rutinas.
* Garantice que está sano, vacunado y desparasitado. Conviene que tenga la vacuna de tos de las perreras
.
*Que tenga placa de identificación o microchip.
* Deje varios teléfonos de contacto por si se queda sin batería o no hay señal.
* Si viaja lejos o fuera del país, deje a un familiar o persona de confianza como contacto por si pasa algo.
* Pregunte la forma de pago para evitar contratiempos. Algunos sitios piden un porcentaje, otros el ciento por ciento para recibir a su mascota.
* Déjele un juguete o algo familiar; sin duda se va a estresar por el cambio de lugar y rutina.
Ubicar a los felinos es un poco más complicado, ya que ellos son más territoriales y les afecta mucho cambiar de espacio y estar con gente nueva.
Por eso, lo ideal es que se queden en la casa y asegurarse de que alguien les dé comida y agua todos los días, o por lo menos día de por medio (dejándole suficiente comida para ese tiempo) y les juegue o consienta un rato. De ahí que es mejor que sea alguien conocido para ellos.
Si tiene la buena fortuna de que se lleva bien con un amigo o familiar y este se lo puede llevar, también es una buena opción. Sin duda extrañará el espacio, pero estará acompañado por conocidos.
Ármele su maleta: la comida, su plato y algún juguete. Explíquele al cuidador qué le gusta y qué le molesta.
REDACCIÓN VIDA
Comentar