Honda está rodeada de montañas. Es atravesada por los ríos Magdalena, Gualí, Quebrada Seca y Guarinó y queda a sólo cuatro horas de Bogotá. Hace parte de la Red de pueblos patrimonio de Colombia y fue aquí, en este ambiente dominado por la humedad, en donde se construyó el primer puente de hierro en América Latina, a finales del siglo XIX. Durante el siglo XX, la ciudad fue símbolo de progreso. Hoy no hay construcciones industriales, pero mediante el turismo y la tradición histórica buscan recuperar esa gloria pasada.
A este municipio del Tolima se entra por el puente Luis Ignacio Andrade –erigido sobre el río Magdalena–, que lo une con Puerto Bogotá (Cundinamarca). Son las seis de la tarde y se oyen las campanas de la iglesia, pero hay pocos feligreses. Corren los días de finales de febrero y se percibe un ambiente de fiesta, pues están a punto de celebrar la edición 51 del Carnaval y Festival de la Subienda, un fenómeno que se da cada año cuando los peces van contra la corriente para desovar (poner huevos). Este festejo está dedicado a los pescadores, protagonistas en estos meses.
El festival le apuesta a dos públicos: los hondanos y los visitantes. El reinado, las competencias de red abundante, de canotaje y de preparación del viudo de pescado, son algunos eventos del carnaval, así como un desfile con comparsas.
Orlando ‘Canano’ Prada se dedica a la pesca artesanal en el río Magdalena desde los 10 años, un oficio que hoy pocos lo ejercen y del que no es la principal fuente de ingresos del municipio. Dice que “se ha disminuido el tamaño y la cantidad de peces durante la Subienda. Siempre depende de cómo está el río, si está crecido es muy bueno porque llegan más peces a Honda”.
Todos los días se levanta a las cuatro de la mañana a ejercer su oficio y desde hace 20 años compite en la mejor preparación del viudo de pescado durante el Festival. Contrario a la preparación tradicional, 'Canano' entierra el pescado durante más de cinco horas a la orilla de la playa La Bujona y lo denomina ‘La Viuda’.
Este año no hace de parte de la competencia porque “siempre gana”, dicen los organizadores. Sin embargo, prepara este plato reconocido por todos los habitantes del pueblo. “No voy a dejar perder la tradición”, expresa desde la playa La Bujona, mientras apaga la leña, quita la envoltura de capas de aluminio y hojas de plátano. Todos graban con sus celulares esperando ver el plato final. Recibe aplausos de los asistentes, pero solo 18 personas logran probarlo.
“Honda siempre ha sido turística y el pescado llama más el turismo. Sin embargo, en tiempo de vidrio (cuando no hay temporada de pesca) como abril, mayo o junio es muy duro”, dice ‘Canano’. Durante esos meses los pescadores se dedican a tejer las atarrayas o buscar otro tipo de sostenimiento.
Guillermo Moscoso, guía turístico del municipio, cuenta que hace 20 a 30 años fue una época de prosperidad, pero empresas como trilladoras de café y cervecerías cerraron o redujeron su personal y las personas poco a poco volvieron a lo que sabían hacer: pescar. Este oficio, que tantas subidas y bajadas ha tenido a lo largo de los años; que sobrevive, aunque no representa el mayor ingreso económico para Honda, es el que convoca cada año a los más apasionados.
Durante más de medio siglo el festival ha sido un recordatorio del papel de los pescadores en la historia del municipio. El río Magdalena, con la Subienda, permite que personas como Canano, y la mayoría de habitantes de La Bujona, ejerzan un oficio que a veces parece estar en el olvido pero que en Honda se mantiene de generación en generación.
*Invitación del Fondo Nacional de Turismo (Fontur).
DANIELA PINTO MOLINARES@Daniela_Paola_P