Desde el próximo primero de octubre, Santiago Álvarez será el presidente de Latam Airlines para Colombia, en reemplazo de Fernando Poitevin. Los retos para este empresario son varios. Además de consolidar el nuevo modelo de venta de tiquetes que ofrece una reducción de hasta 37 por ciento en las tarifas de vuelos nacionales, tendrá que mantener los estándares de calidad que han convertido a la aerolínea en una de las mejores de Suramérica. No en vano Latam recibió este título de los premios Skytrax durante cuatro años seguidos.
Buscando más viajeros
Con la llegada de las aerolíneas de bajo costo, las tradicionales se han adaptado a un mercado de precios bajos. Álvarez explica que gracias a eso, Latam tiene ahora un nuevo público: “Son pasajeros que nunca se han montado en un avión o aquellos que solo lo han hecho una vez, pero que ahora, con mejores precios, pueden hacerlo más veces”.
En este sentido, las nuevas tarifas de Latam pretenden ajustarse a las necesidades de cada viajero. Este modelo cobra por separado los servicios; es decir, cada pasajero puede agregar solo lo que necesite: un equipaje en bodega, la selección del asiento o silla preferente.
Por ejemplo, los viajeros de negocios, que solo necesitan ir a un destino y regresarse sin equipaje, tienen a su disposición la opción más económica, que solo cubre el trayecto y un equipaje de mano.
“Nuestro objetivo es que el número de pasajeros aumente 50 por ciento para el 2020”, dice Álvarez. Y en esta línea, Latam pretende transportar a 7,5 millones de viajeros de ahora a cuatro años. Para lograrlo, la aerolínea atraviesa por un proceso de implementar las tarifas y comunicar a los viajeros las condiciones del precio que hayan adquirido y los servicios que pueden utilizar en su viaje.
Sin embargo, la compañía enfrenta desafíos para lograr este crecimiento, dice Álvarez. Por una parte, la infraestructura del aeropuerto El Dorado “que hoy tiene restringida su capacidad operacional por obras y recursos tecnológicos”. También, “las altas cargas impositivas que afectan el precio final con temas como la subida del IVA de 16 a 19 por ciento”.
Con este panorama, Álvarez dice que sus desafíos principales “incluyen mantener los estándares de puntualidad, optimizar la experiencia de nuestros pasajeros en aeropuertos por medio de la autogestión en procesos, como el check-in, y fortalecer nuestro servicio a través de una cultura de buen trato al pasajero”.
En definitiva, que la aerolínea crezca y que, en últimas, los viajes “sean más democráticos”, concluye Álvarez.
VIDA
Comentar