La llegada de viajeros internacionales al país aumentó 46 por ciento en el primer semestre de este año, según ha señalado el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
Si esta cifra es contrastada con los indicadores hoteleros más recientes presentados por la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco), vale preguntarse por qué, a pesar del crecimiento en el número de visitantes, hay tantas camas vacías.
La tasa de ocupación hotelera cerró en 57,83 por ciento en el mes de agosto, según Cotelco. Aunque esto representa un crecimiento de 0,75 con respecto al mismo mes del 2016, llama la atención que la cifra no se equipare con los visitantes, sino que se mantiene en un promedio más o menos estable desde el año pasado.
“Creemos que las llegadas no se están viendo reflejadas en la hotelería porque las personas se quedan en alojamientos informales. No hay otra explicación”, dice Gustavo Toro, presidente de Cotelco.
Esto significaría que alojamientos ofrecidos de manera informal en las calles o a través de plataformas digitales como Airbnb se están quedando con parte de los visitantes.
“De ahí nuestra preocupación por controlar la ‘parahotelería’. Si estuviera regulada, reportaríamos una ocupación de 62 o 63 por ciento”, explica Toro.
Sin embargo, la viceministra de Turismo, Sandra Howard, dice que la ocupación y la oferta han aumentado en los últimos años: “En 2010 el país contaba con 151.661 habitaciones y la ocupación hotelera fue de 50,4 por ciento. A cierre del año pasado, Colombia contaba 263.482 habitaciones y alcanzó su mayor histórico de ocupación con 56,2 por ciento”.
Esto muestra una dinámica positiva del sector hotelero “gracias a que mientras crece la oferta, también hay más viajeros ocupando esas habitaciones”, dice Howard.
MinComercio ha desarrollado trabajos con las brigadas de formalización para controlar el surgimiento de establecimientos ilegales relacionados con turismo.
Según destacó la viceministra, este año las brigadas han visitado 6.859 establecimientos y se ha ordenado la clausura de 653.
“Sabemos que uno de los grandes daños que sufre nuestra industria tiene que ver con quienes trabajan al margen de la ley. La ‘parahotelería’ es equivalente al contrabando. Por eso, seguiremos dedicando esfuerzos para formalizar el trabajo”, señaló.
Así mismo, el Gobierno ha venido trabajado desde hace un año en mesas de trabajo con Airbnb para llegar a un acuerdo sobre la regulación a la que deben someterse.
Aunque las conversaciones siguen, una de las medidas anunciadas es que, a partir de noviembre, todos los establecimientos que se anuncien a través de plataformas digitales deben contar con Registro Nacional de Turismo. En caso de incumplimiento, habrá sanción económica.
La petición que hace la agremiación hotelera no es cerrar estas plataformas, sino exigir a sus anunciantes el cumplimiento de las mismas normas tributarias y de certificaciones que los hoteles.
“Ellos no facturan con impuestos, no pagan industria y comercio... tienen beneficios que llevan a algunos hoteleros formales a decir que es mejor la informalidad”, resaltó Toro.
Esta no es la intención, por supuesto. “Queremos empresas formales, en las mismas condiciones de competencia”, concluye.
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