Barichara tiene la magia y la energía de un pueblo que conecta con sus raíces rurales; que expone sus tradiciones, historia y experiencias en la arquitectura colonial de sus viviendas construidas en tapia pisada y bahareque, rematadas con techos de tejas de barro hechas a mano, y que invita a recorrer sus cálidas calles empedradas.
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Un solo vistazo a esta población santandereana alcanza para entender por qué la estética de Barichara influyó tanto en los creativos de Disney que delinearon el pueblo de su película 'Encanto', y se comprende la razón por la que Alejandra Espinosa Uribe, creadora y librera de Aljibe Librería, fue la mujer en la que se inspiraron para crear a Mirabel.
Alejandra y su librería, ubicada en el parque principal, son otro motivo de orgullo para sus habitantes; ella fue asesora cultural de la película y gracias a la visibilidad que toda esta experiencia le dio, hoy está convertida en una embajadora de la región.

Las casas fueron construida con la técnica de la tapia pisada, en bahareque y rematadas con techos de teja de barro, hechas a mano.
Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO
Barichara, pueblo patrimonio y uno de los más bellos de Colombia, es un lugar propicio para el turismo cultural, que ha venido arraigándose durante años y gracias al cual sus pobladores han podido dar a conocer sus tradiciones.
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Los patiamarillos –así se les conoce, en referencia al tono que toman los pies cuando se camina descalzo por las calles color ladrillo– dicen que la verdadera riqueza de este pueblo son sus habitantes, que se dedican a compartir experiencias ancestrales.
El recorrido por esta hermosa zona de Santander empieza de la mano del guía profesional Alexánder Jiménez, en la vereda Guayabal, a 15 minutos de Barichara. Allí se fabrican las tejas, de manera artesanal, para los techos rojos del pueblo. Este oficio tradicional ha sido heredado, generación tras generación, por la familia de Nilson Romero Pico.

El oficio tradicional de la alfarería ha sido heredado, generación tras generación, por la familia de Nilson Romero Pico.
Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO
Con amabilidad y sencillez accede a mostrarnos en qué consiste esa labor de alfarería de la que echan mano para la producción de tejas, ladrillos, toletes y guardaescobas.
Él ha dedicado 25 de los 35 años de su vida a esta labor, en la que es todo un maestro; su habilidad le permite hoy fabricar una teja en menos de un minuto; de hecho, produce en promedio 500 al día. En esta vereda, alrededor de 40 familias derivan su sustento de la alfarería.
Casa Taller de la Tierra es nuestra siguiente parada. En este lugar no solo es posible disfrutar una copa de vino, un té o un buen café de la zona; sus administradores están dispuestos a compartir conocimientos sobre las técnicas para pintar con tierra o sobre la tapia pisada con la que se construyeron las casas de Barichara. “Los protagonistas son los turistas y la tierra de la región”, dice Santiago Rivero, propietario de Casa Taller de la Tierra. Esto es turismo cultural para toda la familia.

Las caminatas por los alrededores, para visitar poblados como el Guane, aportan una experiencia completa, que incluye vistas hermosas del entorno.
Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO
Saliendo de este lugar nos vamos en busca del camino real; desde Barichara hay una ruta empedrada que conecta con Guane, uno de los últimos asentamientos indígenas de la zona. Se trata de una caminata de unos 5 kilómetros y durante el recorrido es posible avistar aves, ver hermosos paisajes e incluso apreciar las raras incrustaciones de fósiles marinos sobre la vía empedrada.
Tierra de artesanosEl cementerio es otro lugar imperdible, pues cuenta las historias de vida de muchos de sus antiguos habitantes. Es tradición que al sepultar un ser querido, su familia elabore una obra de arte que represente lo que a este le gustaba en vida.

El cementerio es una galería de arte que cuenta en piedra la cotidianidad de los baricharas.
Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO
Y los picapiedreros, como les dicen a los artistas que trabajan la piedra tallada, son fundamentales en este punto; son ellos quienes recrean con su arte lo que el fallecido disfrutó en vida: desde la música, reflejada en instrumentos musicales, pasando por pertenencias como carros, o hábitos.
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El cementerio es una galería de arte que cuenta en piedra la cotidianidad de los baricharas.
En Tienda Ancestral se exhiben las obras y productos de 35 artesanos locales, que son reflejo de la cultura y las tradiciones de la región. Hay tejidos de Guane, cerámicas, vasijas, café y cacao fabricados de manera tradicional, hormigas culonas en un periodo especial de conservación, canastos, lámparas y decenas de artesanías para todos los gustos.
Visitamos a Eulalia Villescas, que aprendió a tejer canastos con bejuco, gracias a la insistencia de don Nico, su papá. Ella, dice, aprendió a regañadientes este oficio que hoy, paradójicamente, es una de las experiencias más visitadas de la región. En este lugar ella ha mostrado este trabajo a turistas de todo el mundo. Hoy vive orgullosa de este legado de su padre, fallecido hace cinco años.

Eulalia Villescas comparte la experiencia de tejer objetos en Canastos Don Nico.
Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO
Buena parte de la economía de Barichara hoy gira en torno a su turismo; por esa razón cuenta con 280 hoteles y casas de hospedaje y más de 50 restaurantes. Es muy visitada por viajeros que valoran vivir experiencias ancestrales con sus habitantes, que admiran su arquitectura y disfrutan la tranquilidad y originalidad de la región.
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Para disfrutar todas estas maravillas son recomendables las estadías de entre 3 y 6 días; durante este tiempo se pueden vivir más de 15 experiencias gastronómicas y artesanales que sus habitantes se han esmerado en construir para compartir con todos sus visitantes.

Iglesia del centro poblado del Guane, que hace parte del recorrido por los alrededores de Barichara.
Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO
Dónde alojarse: el hotel Terra Barichara es autosustentable; tiene una zona de bienestar con una maloca indígena donde se hacen masajes y un circuito de hidroterapia al aire libre; si busca tranquilidad, este es el lugar.
Dónde comer: el restaurante Elvia y su cocina local es un lugar obligado para los amantes de la buena sazón.
El recorrido: consulte con el guía profesional de turismo Alexánder Jiménez y láncese a conocer los alrededores. No deje pasar por Guane.
Artesanía y cultura: no se pierda la experiencia de los canastos de don Nico y visite la casa taller de la Tierra y Aljibe Librería; allí encontrará información de primera sobre el pueblo y la región.
Viaje por invitación de Fontur y la Alcaldía de Barichara.
HÉCTOR FABIO ZAMORA - ENVIADO ESPECIAL DE EL TIEMPO
En Twitter: @ViajarET
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