Estuvimos hace dos semanas en el viaje inaugural el barco más grande del mundo, que partió desde el que será su puerto base: Miami. Su nombre es Symphony of the Seas (Sinfonía de los mares) y se ufana de llevar a bordo un derroche de espectáculos, tecnología y cientos de alternativas de diversión, arte y buena mesa.
Sus medidas son: 18 cubiertas con capacidad para 5.402 huéspedes y 2.115 tripulantes que viajan en 2.759 camarotes distribuidos en 188 suites (la mayoría con balcón), todo dentro de sus 228.000 toneladas.
Sí, es grande, muy grande. Si lo pararan de proa a popa al lado de la torre Eiffel de París (1.063 pies) sería más alto (1.188 pies). Fue construido en el astillero Stx France por encargo de la naviera Royal Caribbean y ya surca el mar Caribe en planes de siete noches. Y, a partir de mayo del 2019, hará paradas en CocoCay, la nueva isla de la naviera ubicada en Bahamas.
El barco tiene 23 restaurantes con variedad de comidas y bebidas para todos los gustos y espacios de diversión para todas las edades. Los más chicos y adolescentes cuentan con clubes y zonas diseñadas para ellos: 25 piscinas, toboganes, muros de escalada, pista para surf, toboganes de agua, tirolina y pista de patinaje en el hielo.
Symphony tiene siete ‘barrios’: Boardwalk, Central Park, Entertainment Place, piscina y zona deportiva, Zona Joven, Royal Promenade, Vitalidad spa y gimnasio. Unos llenos de actividades y otros relajados y tranquilos para los que prefieren descanso y desconexión total.
Los espectáculos a bordo son todo un reto de emoción y tecnología. Hiro, una muestra de ello, es la puesta en escena en el Aqua Theater (anfiteatro al aire libre con vista al mar y piscina de gran profundidad). Allí, las acrobacias que realizan buzos profesionales se hacen más espectaculares gracias a la tecnología 3D que acompaña los lanzamientos desde los trampolines (de 10 metros de altura) o los sobrevuelos que hacen sobre el público.

Son tantas las actividades que la recomendación es planear muy bien lo que hará cada noche.
Adriana Garzón
Todas las cabinas están diseñadas para garantizar comodidad, descanso y placer a los viajeros. Pero la joya de la corona en este barco es Ultimate Family Suite (habitación 1733). Un apartamento de dos pisos con capacidad para ocho personas en dos dormitorios y una sala de estar. Se trata de una suite lujosa y divertida, decorada con colores vibrantes y, ¡la gran sorpresa!, un tobogán interior, sala de cine privada con una pantalla de 85 pulgadas 4K ultra-HD TV con película en tiempo real, una máquina de palomitas de maíz y las últimas consolas de juegos Xbox One X, interruptor de Nintendo, PS4 Pro. También, una mesa de hockey de aire, una pared de bloques de construcción, tenis de mesa en el balcón y un laberinto vertical para los pequeños escaladores.

Una suite familiar con toda la diversión que necesita una familia en sus vacaciones.
Cortesía Royal Caribbean
Symphony of the Seas lleva 13.347 obras de arte contemporáneo e interesantes instalaciones multimedia que combinan vanguardia, entretenimiento y arte. La colección se llama ‘La maravilla de nuestro mundo, un viaje a lo inimaginable’, e invita a disfrutar de creaciones que se integran con la arquitectura y decoración del barco, como la Gran Maravilla (Softlab, EE. UU.), ubicada en el Solarium, una instalación creada a partir de piezas interpuestas de acrílico. En el lobby se roba toda la atención de los viajeros la obra Paradoja del Vacío (Gregor Kregar, Nueva Zelanda), un laberinto monumental, como un gran caleidoscopio de espejos que refleja luces de colores. Y desde el ascensor de la popa se aprecia Cometas, una instalación 2.200 cometas de tela de colores entrelazadas cual arcoíris.

Varias obras de arte se exhiben a lo largo del barco.
Adriana Garzón
Son tantas las actividades que la recomendación es planear muy bien lo que hará cada noche. No le pueden faltar el show de patinaje en el hielo, 1977, que narra un emocionante robo a la corona británica, mientras se hace todo un despliegue de tecnología con 48 drones sobrevolando el escenario e imágenes de proyección (en resolución 5 k) que reviven en escena los años 70.
Otro imperdible es Vuelo: atrévete a soñar, un viaje a través del pasado, el presente y el futuro de la aviación, en el Teatro Real con capacidad para 1.401 invitados. Gracias a la tecnología de vanguardia se recrea un vuelo 3D y los actores flotan dentro de una réplica detallada de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Luego de estos espectáculos tendrá la posibilidad de ir a escuchar música, a bailar, a disfrutar de deliciosos cocteles o, simplemente, a descansar en alguno de los 42 bares y salones que ofrecen distintos ambientes.
Vale la pena detenerse en el Bionic Bar, dos brazos robóticos que tienen toda la pericia de un barman para preparar mil cocteles por día.

Los shows en altamar son imperdibles.
Adriana Garzón
Sin duda, una de las experiencias más importantes a bordo es la gastronomía y los muchos sabores que ofrecen sus 23 restaurantes. Formales y relajados, a manteles o bufé, menú diseñados por chefs reconocidos y comida rápida.
Seguramente empezará por el Windjammer Market Place y su enorme bufé, pero no debe perderse los 12 restaurantes gourmets con más de 350 platos diferentes, que pasan por Italia, las mejores carnes y comida de mar. Y El Loco Fresh, una alternativa mexicana con los sabores típicos, y Playmakers Sports Bar & Arcade para amantes de los deportes, con 31 televisores y sala de juegos.

Gastronomía en altamar.
Adriana Garzón
El enorme barco cuenta con actividades para todos los gustos y edades. Y, por supuesto, la posibilidad de no hacer nada, solo relajarse en la zona de piscinas o en el tranquilo Solarium, espacio de paz y tranquilidad.
Para quienes aman la adrenalina o van con niños, las actividades a bordo son inagotables. Symphony es el barco con más innovaciones en entretenimiento y tecnología de punta. De no perderse: The Ultimate Abyss, el tobogán más alto sobre las olas, que reta a los viajeros a deslizarse el equivalente a 10 pisos. La Tormenta Perfecta, un trío de toboganes llamados ciclón, tifón y Supercell. Dos simuladores de surf FlowRider, para retarse sobre las olas. Paredes de escalada en roca con vista al mar, de 40 pies de altura, y la imperdible tirolina en la cubierta nueve que atraviesa buena parte del barco.
Para los más relajados, la propuesta es una suave caminata por las calles del Central Park, un exuberante santuario verde con más de 20.000 plantas y árboles vivos.

¿Qué tal una jornada relajada dentro de un jacuzzi?
Adriana Garzón
Salida: 5 de octubre de 2019 (semana de receso).
Itinerario: Miami-Basseterre, St Kitts&Nevis-Charlotte Amalie, St Thomas -Coco cay, Bahamas-Miami.
Precio: desde 1.299 dólares por persona en cabina interior cuádruple con impuestos
incluidos. Los niños van gratis en esta fecha, solo pagan impuestos.
Incluye: alojamiento; desayuno, almuerzo, cena y snacks (no incluye restaurantes de especialidades); algunas bebidas a bordo (no incluye bebidas alcohólicas, sodas, agua y jugos en botella), entretenimiento y actividades a bordo.
No incluye propinas.
ADRIANA GARZÓN
@adricarrusel
*Invitación de Royal Caribbean.
Comentar