El papa Francisco empezó el segundo día de su histórica visita a Colombia a las 8:30 a.m. de este jueves. A esa hora salió de la sede de la Nunciatura Apostólica de Bogotá para ver, en la Casa de Nariño, al presidente Juan Manuel Santos.
Ahí, un sonriente pontífice volvió a romper el protocolo para estrechar la mano de varios miembros del equipo de seguridad, besó a una pequeña que logró acercársele y bendijo a una mujer y a su hija de brazos antes de abordar el vehículo que lo llevó hasta el centro de la ciudad, mientras miles de bogotanos saludaban el paso de la caravana por las calles.
Poco antes de las 9:00 a.m. llegó a la plaza de Armas y fue recibido, con honores, por el presidente Santos. Fonseca interpretó el himno nacional acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia frente al papa Francisco, el Presidente y la primera dama, María Clemencia Rodríguez de Santos.
Tras los actos honoríficos, el presidente Juan Manuel Santos le dio el discurso de bienvenida al santo padre. "Con cuanta ilusión lo hemos esperado y con cuanta alegría le damos la bienvenida a nuestra querida Colombia", le dijo.
Le habló de que Colombia es el único país del mundo hoy en que las armas se destruyen para convertirse en monumentos de paz. "Miles de vidas de han salvado", dijo el mandatario. "Nos falta dar el paso hacia la reconciliación (...), de nada vale silenciar los fusiles si seguimos armados en los corazones", añadió.
También, en su discurso, le dijo: "Esperamos y ansiamos sus palabras como la tierra sedienta añora el agua (...), queremos dar con su aliento el primer paso, queremos reconciliarnos, queremos reconocernos en las diferencias y aceptar al otro".
Luego, el papa Francisco inició su intervención destacando la biodiversidad del país, nombró los farrallones de Cali y la sierra nevada de Santa Marta.
"(Colombia) es rica por la calidad humana de su gente, hombres y mujeres de espíritu bondadoso, personas con valentía para sobreponerse a los obstáculos (...). En el último año se ha avanzado de forma particular. Pero es una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos".
También dijo que los ciudadanos deben ser valorados en la libertad y protegidos por un orden estable. También, que "la inequidad es la raíz de los males sociales" y animó "a poner la mirada en todos aquellos que son excluidos por la sociedad, aquellos que no cuentan para la mayoría".
"Todos somos importantes", añadió Francisco. "En la diversidad está la riqueza", puntualizó.
En sus palabras también destacó la importancia social de la familia, "lugar donde se aprende a convivir a través de la convivencia".
Y pidió: "Por favor, escuchen a los pobres, a los que sufren y déjense interrogar en todo momento por sus rostros surcados de dolor y sus manos suplicantes, en ellos se aprenderán verdaderas lecciones de vida, de humanidad y de dignidad, porque ellos que entre cadenas gimen, sí que comprenden las palabras de quien murió en la cruz, como dice la letra de vuestro himno nacional".
Finalmente, envió mensajes contundentes a Colombia: "No están solos, somos muchos los que queremos acompañarlos".
ELTIEMPO.COM
*Con información de EFE
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