Monseñor Fabio Suescún, obispo castrense de Colombia y director ejecutivo de la visita del papa Francisco a Colombia, dijo que el foro que realizarán este miércoles la Conferencia Episcopal y EL TIEMPO es un “primer paso en la reflexión y la preparación de la venida” del pontífice.
El próximo miércoles 21 de junio, en las instalaciones de EL TIEMPO, el cardenal primado de Colombia, monseñor Rubén Salazar; el nuncio apostólico, Ettore Balestrero, y el embajador de Bogotá ante la Santa Sede, Guillermo León Escobar, entre otros, analizarán el impacto de este hecho.
Monseñor Suescún, ¿qué significado tiene la visita?
Debemos sentirnos muy honrados. El Santo Padre ha puesto en nosotros los ojos, su atención y va a dedicar días para acercarnos al mensaje de Jesús.
Espero que esta visita cause mucho bien en los corazones y en el sentido que le debemos dar a nuestra sociedad para que sea justa.
¿Qué mensaje trae el Papa?
El Papa conoce la realidad de Colombia, nuestras angustias y nuestras esperanzas. No dudo de que él nos traerá un mensaje de optimismo, de esperanza, una invitación a la reconciliación y a sentirnos personas con esperanza.
¿Hay relación entre la visita del papa Francisco y el acuerdo de paz con las Farc?
Es un paso hacia la reconciliación.
Tenemos que mirar adelante. Si bien es cierto que el pasado deja una serie de experiencias y enseñanzas, una memoria para que no volvamos a reincidir donde hemos caído, también es cierto que el presente es una invitación a caminar hacia adelante. A ser artesanos de un país de concordia, de justicia.
¿Qué alcance tiene el foro?
Con este foro, organizado por EL TIEMPO y la Conferencia Episcopal, damos el primer paso en cuanto a reflexión y a preparación de la visita.
Se busca que la venida sea un acontecimiento. Es decir, algo que va a dejar huella profunda en las personas y en la sociedad.
Este encuentro nos va a permitir conocer más quién es el Papa, cuáles son las ideas principales de su pensamiento y los frutos que podemos recoger para bien de un país que no se debe cansar nunca de estar buscando tiempos mejores.
