El artesano que hace nueve años vistió con una ruana la iglesia de Nobsa no quiere que el papa Francisco se vaya de Colombia sin llevarse un recuerdo de Boyacá.
Por eso desde hace más de un mes se dio a la tarea de diseñar y confeccionar una ruana para su Santidad, que espera poder entregársela personalmente.
Este artesano es Julio Ramón Cristancho Fagua, el mismo que elaboró la ruana más grande del mundo: de 20 metros por 35 y que pesó 700 kilos. “Antes del Día Mundial de la Ruana de este año, el periodista Ricardo Rondón me hizo una entrevista por celular y después de terminar la conversación me dijo que si había pensado hacerle una ruana al Santo Papa”, cuenta el Artesano.
La idea, que ya había pasado por su cabeza, no le sonaba tan descabellada, pero le preocupaba cómo iba a hacérsela llegar al Papa. En su taller del Viejo Telar, como se llama la fábrica que tiene en Nobsa, elaboró tres ruanas: dos que son los modelos para las decoraciones que tendrá la prenda y una que va a ser la destinada al Pontífice.
“Ya en este momento la ruana está hecha, falta es bordarla porque las otras dos son pruebas. Restan los últimos toquecitos”, manifiesta Julio Ramón. La ruana llevará una leyenda en el lado izquierdo y una paloma de la paz en el derecho, además de otros retoques muy sencillos, como es la personalidad del papa Francisco. “Es una ruana tradicional, que de diferente lleva un bordado con la paloma de la paz y la leyenda alusiva a su Santidad”, explica.
La prenda de lana mide un metro con 80 centímetros por un metro con 40 centímetros, teniendo en cuenta que el Sumo Pontífice es un hombre alto. Con la ruana ya confeccionada, ahora Julio Ramón Cristancho espera que se le haga el milagro y pueda darle de su propia mano el obsequio al Papa.
“Ya estuvimos visitando al nuncio apostólico, monseñor Ettore Balestrero, y nos atendió la secretaria de él, la madre superiora Martha, a quien le llevé una ruana”, dice el Artesano. Manifiesta que el Nuncio Apostólico es quien tiene la última palabra y espera que esa decisión sea que puede entregarle la ruana boyacense al Santo Padre.
“Confío en que el señor Nuncio me conceda esa bendición de poderle entregar la ruana al Santo Papa. Si se me da ese milagro voy a pedirle a su Santidad una bendición para mí, para toda la gente de Nobsa y para el departamento de Boyacá”, afirma Julio Ramón, quien también tiene una ruana para el Nuncio.
Este veterano artesano, de 59 años de edad, aprendió el arte de tejer de su papá y desde los 15 años elabora ruanas. “Anualmente estoy tejiendo más de 500 ruanas de diferentes colores. Hago blancas, grises, cafés y hasta doble faz”, cuenta.
Dos señoras de Nobsa le han ayudado con los bordados de la ruana para el Papa: Ruth Romero, quien está haciendo el bordado manual de prueba, y Gladys Vargas, quien fue la que elaboró el bordado a máquina que aparece en una de los prototipos de la ruana papal.
HÉCTOR HERNANDO RODRÍGUEZ A.
Corresponsal de EL TIEMPO