“El perdón no es para la otra persona sino para uno mismo”, explica Luis Roberto Amador, neurólogo de la Universidad Nacional y asesor científico de Maloka, lugar en donde se desarrolla la exposición La ciencia del amor y el perdón, con la idea de ayudar a las personas a conocer las herramientas necesarias para llegar al perdón.
"En la niñez se construyen una serie de neuronas que generan sistemas de adaptación a todas las situaciones de estrés que ocurren en la vida", dice Amador. Con el estrés postraumático que se genera, por ejemplo, con el desplazamiento forzado, muchas de esas neuronas se mueren porque el propio organismo sobrepasa los sistemas de adaptación.
Para que lo anterior no ocurra la opción que ofrece el neurólogo es el perdón. “Así, nos adaptamos a esas situaciones, nuestro organismo va a estar mejor y tendrá el bienestar ideal”. Agrega que el cerebro es capaz de manejar diferentes emociones a través de la región dorsolateral prefrontal; de esta manera se puede entender y enfrentar la ira o el resentimiento.
La ciencia del amor y el perdón de Maloka se centra en el perdón como una habilidad que se entrena para controlar y liberar los sentimientos de dolor y propiciar beneficios físicos y emocionales.
Adriana Correa, presidente ejecutiva de Maloka, y quien reunió a los actores del proyecto en el que participaron ingenieros, neurólogos, psicólogos, pedagogos, realizadores audiovisuales y otras disciplinas, asegura la gran conclusión de esta exposición es que "quienes perdonan tienen una mejor respuesta ante el dolor, reducen los niveles de estrés, mejoran la presión arterial y el sistema inmunológico".
“La exposición habla de ciencias humanas y sociales pero también de la neurociencia. Siempre se está contando qué le pasa al cerebro cada vez que sentimos una de estas emociones”, agrega Correa.
El director del Forgiveness Project de la Universidad de Stanford, Frederic Luskin, también brindó asesoría en la exposición con su metodología de los nueve pasos para reconciliarse con la vida cuando se deja ir el dolor.
Entre los pasos están reconocer cómo se siente la persona frente a lo sucedido, realizar un compromiso consigo mismo para sentirse mejor, perdonar no es reconciliación con la persona que hirió sino encontrar la paz consigo mismo, practicar una técnica de manejo de estrés y recordar que una vida bien vivida es mejor que la venganza.
Comentar