La premisa es volver a lo natural. Así como buscamos cada vez más alimentos naturales, estar más cerca de la naturaleza, llevar una vida más saludable, usar menos plástico, la idea es tener una apariencia acorde con esto. Por eso, una de las más fuertes tendencias en maquillaje para esta temporada son los rostros frescos.
Esto no implica ir carilavadas por el mundo. Carolina Vieira, asesora de imagen de Natura en Colombia, asegura que “se busca vernos naturales como si no tuvieras maquillaje, pero al tiempo lucir divinas, con el rostro iluminado, con un brillo natural, pero nada recargado”.
Pero para lucir una piel radiante, luminosa y natural, más que bases, polvos, sombras y pestañinas, se necesita tener una piel hidratada y cuidada. Y esto es una tarea de todos los días.
“Para una piel así es fundamental comer saludable, desmaquillarse todas las noches, cuidarse del sol y utilizar protector, usar cremas hidratantes desde que somos adolescentes”, explica Tatiana Olano, maquilladora profesional.
De lo que se encarga el maquillaje es de resaltar esa piel sana. “Más que tapar y ocultar, la idea es que cada mujer aproveche lo suyo y no parecer todas una fotocopia”, agrega.
De ahí que los tonos que se usan esta temporada estén entre durazno, rosados, terracotas y nude en todo el rostro, así como cejas despelucadas y labios suaves.

Los puntos para iluminar o ‘highlights’ son la parte alta de los pómulos, el entrecejo, zona interna del ojo (cerca al lagrimal), el arco de Cupido (labio superior) y el mentón.
Carlos Ortega / EL TIEMPO
Si la idea es verse natural, todo comienza con la piel. “Queremos que se vea traslúcida y brillante, lo que se conoce como doomplin skin”, dice Vieira.
Hay que empezar con un primer, que prepara la piel y hace que el maquillaje se fije mejor. Luego, poner una base suave. Olano recomienda mezclar los dos productos y aplicarlos.
La piel no debe verse mate (no usar polvos compactos) sino iluminada allí donde debe estarlo: la parte alta de los pómulos, el entrecejo, zona interna del ojo (cerca al lagrimal), el arco de cupido (labio superior) y el mentón, lo cual se logra con polvos iluminadores; bronceados para las morenas, y perlados y marfil para las blancas.
Se puede hacer un contouring suave con polvos. Se remata con un rubor nude, rocal, rosa, durazno o terracota.

Las cejas son protagonistas en esta tendencia. Van gruesas y con los pelos marcados.
Carlos Ortega / EL TIEMPO
La fuerza de los ojos, en esta temporada, la tienen las cejas. Se llevan grandes, gruesas, bien delineadas y texturizadas. “Que se noten los pelitos parados y para eso hay que peinarlas hacia arriba”, dice Vieira.
Para lograrlo existen kits en el mercado con ceras y cepillos que ayudan a lograr este efecto. Con un lápiz se hacen trazos cortos, hacia arriba, recreando la dirección de los pelos.
“Se usan en tonos cafés, desde el más oscuro hasta los más claros, según el color del pelo y la piel”, agrega Olano.
Las sombras son monocromáticas, que van en la misma paleta que el rubor y el labial.
Para las pestañas, negro. Y el delineador va grueso. “Es mejor no usarlo si tiene párpados caídos y abultados”, recomienda Olano.
Para una piel radiante, luminosa y natural hay que comer saludable, desmaquillarse todas las noches y utilizar protector

Tonos suaves y en mate son los ideales para los labios.
Carlos Ortega / EL TIEMPO
El maquillaje natural implica usar los mismos tonos en todo el maquillaje. Para los labios se sigue con la paleta de tonos neutros como nude y café, preferiblemente en mate. Con lo que se juega son con las texturas, por ejemplo, que se vean aterciopelados.
También regresa ese efecto de brillo grueso que dan los labiales gloss, que tienen fórmulas ligeras, cero pegajosas, muy duraderas. Para la noche se admite el rojo, que nunca pasará de moda. Nada de usar delineadores.
REDACCIÓN VIDA
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