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Mujeres

‘Las personas pueden generar el músculo de la felicidad’

La felicidad depende de las relaciones sanas.

La felicidad depende de las relaciones sanas.

Foto:iStock

Les contamos las recomendaciones de la experta Nancy Martínez para alcanzar la felicidad.

En términos de felicidad y bienestar, para la mexicana Nancy Martínez, CEO y fundadora de Live 13.5°, la primera firma de consultoría en felicidad organizacional de América Latina, hay una suerte de antes y después de la pandemia. Este periodo, en el que la gente vio alterada la cotidianidad a la que estaba acostumbrada, llevó a muchos a cuestionar sus rutinas y a repensarse.
De acuerdo con Martínez, “muchos están empezando a tomar el control de sus vidas”, porque encontraron, por ejemplo, que estar en casa, pasar más tiempo con la familia y tener trabajos flexibles se acerca mucho más a la idea de bienestar y felicidad que tener una posición alta, en una empresa importante.
(Esta historia se publicó originalmente en abril de 2022).
Hace unos días, Martínez lanzó su libro Injodiblemente feliz, a través del cual la experta enseña a la gente a reconocer creencias limitantes y saboteadores mentales que estancan a las personas y les impide ser felices.

¿Cómo define usted la felicidad?

Nancy Martínez, CEO y fundadora de Live 13.5°, la primera firma dedicada a la consultoría en felicidad organizacional de América Latina.

Nancy Martínez, CEO y fundadora de Live 13.5°, la primera firma dedicada a la consultoría en felicidad organizacional de América Latina.

Foto:Archivo particular

Es tener la capacidad de que nadie ni nada nos afecte a nosotros o a nuestra felicidad; significa que contamos con los recursos psicológicos para enfrentar la vida de tal manera que nos permita ser personas plenas, tranquilas la mayor parte del tiempo, que disfrutan, que son resilientes y pueden incluso manejar la adversidad. La felicidad es el resultado que vamos a tener en la vida si incorporamos hábitos positivos.

¿Qué hábitos son esos?

Estos van desde el agradecimiento cotidiano por todo lo bueno que la vida nos da y el entrenamiento de la mente para que nos ayude a mantenernos positivos, hasta el rodearnos de personas vitamina, que verdaderamente suman y nos aportan; soñar en grande y conectarnos con nuestro propósito. Es importante mantener esos hábitos para hacer sostenible la felicidad; las personas pueden generar el músculo de la felicidad.

¿Cómo es eso del entrenamiento mental?

Las personas tenemos toda la capacidad de ser felices, pero regularmente nos asaltan muchas creencias limitantes, que hay que identificar y romper. Por ejemplo: las cosas que traigo del pasado que me impiden avanzar en la vida o el saboteador interno que inyecta pensamientos negativos o creencias limitantes que no dejan a las personas alcanzar sus sueños. Se estima que los seres humanos tenemos alrededor de 70.000 pensamientos al día y mucho más de la mitad de ellos son negativos y saboteadores. Por eso es necesario entrenar la mente. Tenemos que vernos al espejo y ser capaces de hablarnos bonito sobre nosotros mismos, de hacer un esfuerzo consciente por tener pensamientos positivos y atajar los negativos. Entrenar la mente permite detectarlos y transformarlos.

Deme un ejemplo…

¿Cuántas veces al día las personas se hablan feo a sí mismas? ¿Cuántas veces, casi de manera automática, la gente se dice ‘soy un tonto’, ‘qué idiota soy’, ‘soy la torpeza en pasta’, ‘con este cerebro mío, a duras penas termino el día’… Se puede empezar por atajar eso, por reconocer nuestras capacidades, por empoderarnos a nosotros mismos.

¿Cuáles son los principales saboteadores mentales que arruinan la felicidad?

Ahí te va uno que es muy común: el de las expectativas y las suposiciones. Me refiero a la forma como la gente espera que actúen los demás. Cuando las personas no se comportan de determinada manera, y según mis expectativas, me siento mal, me frustro, me enojo. 
Un ejemplo de eso son quienes les escriben a sus novios o novias, y si estos no responden con rapidez y como ellos lo esperan, se desconciertan, pasan un mal día y hasta sienten destrozada su vida. Es el mismo caso de los trabajadores que esperan que sus jefes les reconozcan su esfuerzo y desempeño; cuando eso no sucede la pasan francamente mal en su trabajo. Entonces, la lección es: no debemos suponer ni tener expectativas frente a cosas como esas.
Competir y compararse con los demás, vivir con rencor y con culpa, enojados con nuestro pasado, con la vida que tuvimos, también son saboteadores frecuentes. Si las personas deciden avanzar, dejar el pasado atrás, es muy probable que puedan transformar su futuro.

¿Qué puede uno hacer para superar esos asuntos negativos que no nos dejan ser felices?

Lo primero es reconocer y aceptar que estoy siendo afectado por ese factor que me está generando infelicidad, y empezar a trabajar para cambiarlo. Por ejemplo: muchos viven enojados con sus padres, porque fueron demasiado estrictos o recibieron maltrato de ellos. A veces no se dan cuenta de que a causa de ese rencor que guardan están enojados también con la vida. Insisto: hay que aceptarlo y empezar a cambiarlo, y en caso de que no pueda, es importante buscar la ayuda de un tercero… de otro modo no es posible quitarse de encima ese factor limitante. ¿Cómo hacerlo? Hay que empezar por perdonar… a veces el perdón no es para el otro, sino para liberar la carga que uno trae y avanzar. Si en realidad uno lo quiere, lo logra. También se vale agradecer. Volviendo al ejemplo de los padres, aunque uno esté furioso con ellos, debe encontrar la manera de darles las gracias, sinceramente, por lo bueno que hayan hecho.

Hoy muchos adolescentes se sienten desbordados por la destrucción del ambiente, la hambruna, la injusticia, la guerra. Y son infelices. ¿Cómo ayudarles a enfrentar esa infelicidad?

Portada del libro 'Injodiblemente feliz', de nancy Martínez.

Portada del libro 'Injodiblemente feliz', de nancy Martínez.

Foto:Archivo particular

Insisto en la necesidad de desarrollar recursos psicológicos que les permitan ver con claridad qué está dentro de su control y qué fuera de él. Si es algo que no podemos controlar y nos está afectando demasiado, hay que reconocerlo y trabajarlo.
Para el caso de los jóvenes, conviene alentarlos para que, desde su rol, empiecen a ayudar al mundo, que aporten de algún modo un granito de arena que les haga sentir que están siendo parte de la solución, que no son estáticos.

¿El concepto de felicidad hoy es el mismo que en épocas pasadas o ha cambiado?

Cada persona, sin importar la época o su condición, define su felicidad. Las personas, con el paso del paso del tiempo, descubren cada vez más el poder interior que tienen y veo que hay, por ejemplo, más preocupación por ser plenas y felices. Muchos trabajadores, por ejemplo, aprendieron en la pandemia que hay otras cosas que tienen más valor que un cargo alto, en una empresa importante. Las personas hoy dicen: no quiero este trabajo porque no me hace feliz. Y renuncian. Y buscan mejores cosas. Muchos ahora quieren estar en su casa. Están empezando a tomar el control de sus vidas.

¿La felicidad es distinta para un niño que para un adulto o un abuelo?

Hay estudios que sugieren que después de los 50 años las personas son más felices; en este punto se dan cuenta de que dejaron de vivir su vida y trabajaron todo el tiempo ahorrando para su retiro, para tener una vida más plena y más feliz. Como dejaron de disfrutar y se perdieron de tantas cosas durante la juventud, empiezan realmente a vivir su vida a esa edad. Se hacen cargo de ella y son más felices. Por eso, insisto, los jóvenes ahora no se atan a sitios en los que no son felices. Son menos tolerantes a estar en entornos o enfrentar cuestiones que no les gustan. Por supuesto que el cómo actúen las personas depende de sus circunstancias, de su vida y de sus recursos psicológicos.

Hoy en día la gente siente la obligación de decir que es feliz, aunque se esté desmoronando por dentro...

Es un problema. La gente confunde la alegría con la felicidad. En efecto, y eso es algo que no se entiende, la sociedad nos exige que siempre estemos sonriendo, que no seamos vulnerables, que no mostremos nuestras verdaderas emociones, que siempre digamos que estamos logrando cosas aunque no sea cierto, que presumamos en redes sociales… Esa no es la felicidad. Como sociedad tenemos un desafío: reeducar, enseñar que ser feliz también te da la posibilidad de sentirte mal, de equivocarte, de tener momentos de apatía, tristeza, enojo. Hay que lograr que las personas no sientan que deben ponerse una careta para demostrarle al mundo que son plenas. ¿Sabes cuántas personas exhiben en las redes su felicidad, aun cuando se están muriendo por dentro?

¿Por qué recurre la gente a esa falsa exhibición de felicidad?

Una de las razones es que las personas buscan blindarse, protegerse, del qué dirán. Quieren sentirse aceptadas en un entorno determinado, que los demás vean que valen, que son capaces de tener cierta vida, de lograr cosas. Muchos quieren evitar, de este modo, que los juzguen y minimicen. Todo eso, creo, tiene que ver con la carencia de los recursos psicológicos que te mencionaba, que evitan que lo demás te cause malestar y afecte tu felicidad.

Entonces, ¿qué tan real es la felicidad que se manifiesta por todos lados?

Me encantaría responderte que hay mucha felicidad en el mundo, pero creo que hay muy pocas personas que realmente están aprendiendo a ser plenas y felices. El día que haya más y más gente con esa capacidad, va a haber menos guerra, menos delincuencia, más oportunidades para todos. La felicidad es el motor del mundo. Por eso la Organización de las Naciones Unidas apostó por la creación del Día de la Felicidad. A través de ese sentimiento quiere promover desarrollo y progreso.

¿Hay herramientas que uno pueda poner a diario en práctica para ser más feliz?

Lo primero que recomendaría es hacer ejercicio a diario; además de la salud física que aporta, la actividad estimula la producción de los neurotransmisores de la felicidad, como dopamina, serotonina y oxitocina; ejercitarse todos los días es una forma de ayudar al cuerpo y a la mente a ponerse en modo positivo.
La segunda es agradecer; esto le permite a la gente adquirir consciencia de todo lo positivo que tiene y que la rodea, y eso funciona de una manera impresionante en el cerebro; el agradecimiento es una herramienta poderosa para cambiar de emociones. Y la tercera: estar siempre atentos a nuestros pensamientos y anular los negativos. No olvidemos que finalmente ellos van a determinar nuestras acciones, y estas, a su vez, nuestro presente y futuro.
SONIA PERILLA SANTAMARÍA - REDACCIÓN VIDA
EnTwitter: @soniaperilla

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