¿Cómo vivir las fiestas de fin de año después de tantas pérdidas en la pandemia? Esta es la pregunta que resuelve Silvia Trujillo, experta en duelo, quien acaba de publicar un libro sobre el duelo titulado Renaciendo al dolor.
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Para ella, ninguna pérdida es más importante que otra, porque lo que importa es el doliente, no el origen del dolor. Como lo escribe en su libro, “el dolor es dolor y punto y solo quien lo siente tiene derecho a calificarlo. Todos los dolores son válidos, vengan de donde vengan, porque lo que nos debe importar es el doliente, no el origen del dolor”.
En Renaciendo al dolor Silvia relata su propia experiencia con la muerte de su hija Elisa a los 7 días de nacida y su proceso para atravesar el dolor y renacer. “El dolor, si no nos cambia, por lo menos nos moldea, y si no pasa ninguna de las dos anteriores, perdimos una de las pocas cosas buenas que tiene”, escribe en su libro.
Respecto a fechas especiales de fin de año, ella afirma que desde la muerte de su hija es consciente del impacto que estas tienen en los dolientes y este año en particular puede significar un reto adicional porque las personas pueden estar atravesando múltiples duelos a la vez: enfermedades propias o de sus seres queridos, pérdidas económicas, rupturas, divorcios, fallecimientos y miedo a perder la salud.
La experta explica que el duelo es el periodo que inicia a partir de un sentimiento de pérdida y una pérdida emocional es cualquier tipo de sensación de dolor que se genera en las personas porque alguien o algo que se tenía ya no está.
En su criterio, cuando este proceso se hace consciente puede transformar a la persona que lo vive. “Reconocerme diferente después de mi proceso de duelo ha sido parte fundamental en mi renacimiento. Si hubiera seguido creyendo igual, pensando igual y relacionándome igual, no estaría escribiendo estas palabras, no habría iniciado tantos proyectos, no habría podido ser mamá de nuevo”.
Si hubiera seguido creyendo igual, pensando igual y relacionándome igual, no estaría escribiendo estas palabras, no habría iniciado tantos proyectos, no habría podido ser mamá de nuevo
Para esta Navidad, la experta da cinco recomendaciones que pueden ser útiles para quienes han vivido pérdidas de cualquier tipo durante este 2020 tan difícil para muchas personas. Estas son:
1. Celebrar de otra manera. Entender que las emociones "contradictorias"pueden convivir. Por lo general se cree que quienes están atravesando un duelo solo deben estar tristes, que la tristeza debe ser permanente y absoluta. “Si bien fechas como la Navidad pueden hacer más evidente la nostalgia y generar detonantes de dolor; también es posible, y se vale, sentir agradecimiento, ilusión y darse un respiro”, explica la experta.
En su criterio, dejar de celebrar esta fecha puede quitarles a los dolientes la posibilidad de alivianarse un poco, por eso ella propone encontrar un punto medio con una celebración o un ritual diferente, como por ejemplo, en lugar de tener un intercambio de regalos, hacer un intercambio de reconocimientos, de recuerdos o de agradecimientos.
2. Darse espacios para liberar las emociones. La clave está en permitirse sentir las emociones como lleguen sin juzgarlas ni reprimirlas. Si la persona siente ganas de llorar, llora; si siente ganas de cantar un villancico, se puede permitir sin culpa. Si le preocupa no tener plata, lo expresa y si no tiene ánimos de grandes celebraciones, propone espacios más cercanos. “Es recomendable conectar con uno mismo, con lo que está sintiendo y expresarlo, sin irse al extremo de aislarse por completo; pero sí buscar espacios que ayuden a conectarse con las emociones y a identificarlas para poderlas liberar”, afirma Silvia Trujillo.
3. Conectar con el propio bienestar. Consentirse, hacer cosas que la persona disfrute y que le gusten. No tienen que involucrar dinero ni aglomeraciones. Darse un baño, oír música, leer un libro. En el duelo se están revolviendo una cantidad de sensaciones internas más los cambios externos, cuando el entorno se hace más amable, es más fácil sobrellevar el momento difícil.
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4. Programar los días con antelación. Planear una rutina en esa fecha especial para que no pase al azar, incluir actividades y espacios: cocinar, recordar. No debe ser una camisa de once varas, pero sí una guía que ayudará a bajar la ansiedad de un día que ya, de por sí, es complicado emocionalmente. Programar los días ayuda a bajar la incertidumbre y la ansiedad.
5. Reflexionar: dedicar un rato a reflexionar acerca de los aprendizajes que han quedado de este año. Esos aprendizajes permiten ver que hasta los dolores más profundos pueden dejar lecciones y así se creará una energía de agradecimiento que ayudará a pasar los día con otra actitud y a ver las cosas desde otra perspectiva.
CATALINA GALLO
Para EL TIEMPO
Para brillar en los reencuentros y celebraciones de fin de año
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