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Medio Ambiente

Se inaugura en Bogotá el Centro de los ODS para A. Latina y el Caribe

En el Parque Nacional Natural La Paya hay nacimientos de agua, bosques altos y frondosos, pantanos y varios ecosistemas que ya no se encuentran en el departamento del Putumayo.

En el Parque Nacional Natural La Paya hay nacimientos de agua, bosques altos y frondosos, pantanos y varios ecosistemas que ya no se encuentran en el departamento del Putumayo.

Foto:Cortesía: Jeferson Quistial, comunidad Kichwa / PNN

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Permitirá avanzar en los Objetivos del Desarrollo Sostenible y las metas del Acuerdo de París. 

Este centro, que se inaugura con sede en la Universidad de Los Andes, y que se está construyendo a partir de una alianza entre diversas instituciones universitarias, del sector privado y la sociedad civil, tiene como propósito central contribuir a que los países de la región transiten por una senda que les permita alcanzar las metas que se han fijado en relación con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París sobre Cambio Climático, firmados por todos los gobiernos del mundo en el año 2015.
Y este propósito se intentará cumplir a partir del quehacer universitario: la formación, la producción de conocimiento y la visibilizacion de buenas prácticas y políticas tanto del sector público como del privado. Para ello, se trabajará en red con otros cinco centros que ya se crearon, o están en vía de serlo, en otras regiones del mundo bajo los auspicios de la Red de Soluciones del Desarrollo Sostenible, una iniciativa liderada por el profesor Jeffrey Sachs desde la Secretaría de las Naciones Unidas, a quien, además, le debemos la creación del centro que ahora se pone en marcha.
En este cometido tan ambicioso, y sin antecedentes en Colombia, trabajaremos en estrecha alianza con universidades de excelencia de la región como son las Universidades de Campinas, Católica de Chile, Pacífico del Perú, el Instituto Tecnológico de Monterrey, Javeriana y del Norte, tal como se acordó recientemente en una reunión de trabajo celebrada en la sede de la Universidad de los Andes en Cartagena.

El desarrollo sostenible: una concepción universal

Al tiempo que celebramos la creación de este Centro es necesario insistir en el significado y las implicaciones de lo que es el desarrollo sostenible pues este ha sido objeto de los más diversos usos y abusos.
La concepción del desarrollo sostenible, que se originó a raíz de la crisis social y ambiental del modelo económico basado exclusivamente en la idea de crecimiento, ya se instaló para siempre en el discurso global y, cada vez más, se equipara con ideales cuya historia ya tiene varios siglos -como la democracia, la libertad o la igualdad-.
Sin embargo, no obstante su universalización, algunos aún piensan que el desarrollo sostenible es sólo una moda o un cuento chimbo de los ambientalistas extremos empacado en papel de regalo. No pocos empresarios y políticos lo usan como asunto de relaciones públicas o para esconder desempeños que están lejos de contribuir al bienestar general de la sociedad y a la sostenibilidad ambiental, dos elementos que están en el corazón del desarrollo sostenible.

Los límites ecológicos del planeta

Hay que aclarar que la esencia de la concepción del desarrollo sostenible, que la diferencia de otras aproximaciones al desarrollo, es el reconocimiento de los límites ecológicos del planeta. No es un asunto menor. Hoy se sabe que incrementar la temperatura media de la superficie de la Tierra más allá de 2°C, en relación con la época preindustrial, conduciría a una desestabilización climática con graves impactos en todos los lugares del planeta.
Y si la temperatura se excediera de ese límite las consecuencias podrían llegar a ser catastróficas. Por eso los países han acordado descarbonizar la economía a través del Acuerdo de París, un acuerdo sobre el desarrollo sostenible que por su urgencia y sus alcances e impactos económicos, sociales, culturales y ambientales, no tiene antecedentes en la historia de la humanidad.
En este contexto, los 17 ODS tienen como propósitos centrales erradicar la pobreza, disminuir la desigualdad y la exclusión, y propender por un mundo en paz y por una prosperidad para todos, buscando caminos para alcanzarlos que aseguren que el planeta se mantenga dentro de los límites dictados por la naturaleza y que incluyen, en adición al clima, el ciclo del agua, el uso del suelo, la capa de ozono, la integridad de la biósfera y la acidificación de los océanos, entre otros.

Interacciones: una de las claves de los ODS

Pero los 17 ODS no son compartimientos estanco como parecerían creer algunos gobiernos y empresas que se han limitado a rebautizar con esa denominación a viejos programas de desarrollo o de responsabilidad social corporativa, sin parecer entender que el desarrollo sostenible implica una visión holística que parte por reconocer la existencia de los límites ecológicos. Un ejemplo: el objetivo 2, un mundo sin hambre, exige que la producción de alimentos se duplique en los próximos 40 años.
Se requiere, entonces, desarrollar una agricultura que, al incrementar su productividad y ser económicamente exitosa, asegure una alimentación adecuada y suficiente para todos. Y, al mismo tiempo, que utilice menos agua por unidad de producto y disminuya su contaminación con miras a impedir una crisis generalizada de acceso a este líquido vital, como se presenta ya en miles de lugares del mundo; que haga mejor uso del suelo toda vez que, de acuerdo a la ciencia, ya se sobrepasó su límite ecológico global como se evidencia en su masiva degradación en diversas regiones y en el empobrecimiento de su calidad; y que no se adelante a expensas de la destrucción de bosques y otros ecosistemas poco intervenidos, pues con ello se agravaría el proceso de extinción de especies, otro límite ya trasgredido, y aumentaría las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Se hace imperativo generar nuevas formas de manejo y nuevas tecnologías agrícolas para enfrentar estos y otros retos, así como educar a campesinos y empresarios agroindustriales en su uso; entre estas, se incluyen aquellas dirigidas a transformar los sistemas de labranza y fertilización -para disminuir la emisión de GEI y evitar una mayor desestabilización del ciclo de nitrógeno-, y aumentar la resiliencia de los sistemas agrícolas a las embestidas del cambio climático que hoy ya se presentan, como las sequías y las olas de lluvias más agudas.
Así mismo, la transformación de la agricultura implica el enriquecimiento en biodiversidad de los ecosistemas agrícolas, como se tipifica en el caso de la ganadería con los promisorios sistemas silvopastoriles intensivos, que con tanto éxito se están desarrollando en Colombia, México y Costa Rica.
Y tan importante como lo anterior, es imperativo que las rutas a tomar para incrementar la producción de alimentos aseguren la erradicación de la pobreza, la disminución de la desigualdad, y una mayor inclusión social en el campo, incluyendo la reducción de las brechas de género y etnicidad.
Así que realizar el ODS 2, hambre cero, implica incorporar el cumplimiento de metas concretas asociadas a diversos ODS con miras a garantizar la sotenibilidad social, ambiental y económica, entre otros: ODS 1, fin de la pobreza; ODS 3, salud y bienestar; ODS 4, calidad de la educación; ODS5 equidad de género; ODS 6, agua limpia y saneamiento; ODS 8, crecimiento económico y trabajo decente; ODS 10, reducción de desigualdad; ODS 12, producción y consumo responsable; ODS 13, acción por el clima; ODS 14, vida submarina; ODS 15, vida de ecosistemas terrestres.
Diversas interacciones, con diferentes grados de robustez, se dan en cada uno de los ODS con respecto a otros. Así, por ejemplo, podríamos construir un caso similar con respecto al ODS 14, ciudades sostenibles, puesto que los centros urbanos representan aproximadamente el 85% de la actividad económica mundial, dos tercios de la demanda de energía y 70% de las emisiones totales de dióxido de carbono.
Por ende, el bienestar de la población y el futuro ecológico del planeta, dependerán de la medida en que se tenga éxito en el logro del conjunto de ODS centralmente relacionados con el ODS de ciudades sostenibles.
Precisamente el Centro de los ODS tendrá entre sus prioridades educar a los nuevos líderes, hacer investigación y recomendar políticas, a partir del reconocimiento de la visón holística del desarrollo sostenible y, en ella, de las diversas interacciones existentes entre los ODS prioritarios para América Latina y el Caribe.

Los ODS en América Latina

En el trabajo del Centro es imperativo partir de las características de la América Latina y el Caribe de hoy, es decir, aterrizar la concepción del desarrollo sostenible en una región que se caracteriza por contar con la mayor riqueza en biodiversidad y agua del planeta; por presentar la mayor concentración de la riqueza y desigualdad; por ser la más urbanizada; por registrar los mayores índices de violencia; y por contar con una gran diversidad étnica y cultural.
Existen muchas más características que nos definen, pero estas, quizá las principales, sirven para entender mejor los retos que implica transitar hacia la senda del desarrollo sostenible, y sirven, también, para otear cuáles podrían ser las contribuciones del Centro de los ODS que apenas comenzamos a construir.
Precisamente, en el Centro esperamos ofrecer un espacio para que los académicos y otras actores de los sectores público y privado y de la sociedad civil de América Latina y el Caribe contribuyan al pensamiento global sobre el qué, el para qué y el cómo del desarrollo sostenible desde las realidades e ideales que nos son propias.
MANUEL RODRÍGUEZ BECERRA
Profesor emérito Universidad de Los Andes
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