Luego de que el Ministro de ambiente, Luis Gilberto Murillo, conociera las recomendaciones que hizo la Convención Ramsar para garantizar que la Ciénaga Grande de Santa Marta sobreviviera de su agonía, el jefe de la cartera decidió acatar ocho de las nueve sugerencias que realizó el grupo de expertos.
El único punto que no acogerá Murillo es el de incluir a la Ciénaga en el Registro de Montreux, donde entran aquellos ecosistemas inscritos en la Lista de Humedales de Importancia Internacional que están en riesgo de muerte.
Según el ministro, el gobierno ya tiene un plan de ruta claro para cambiarle la cara a la Ciénaga y devolverle así su vitalidad durante los próximos cinco años. Esos planes contarán con donaciones del BID y del Fondo del Carbono, en el marco del Fondo Colombia Sostenible.
Sin embargo, dados los múltiples problemas que aquejan a la Ciénaga, como la masiva mortandad de peces, la sobreexplotación pesquera, la desviación de ríos por parte de palmeros, bananeros y arroceros, la construcción ilegal de diques, o la tala y quema de bosque de manglar; los ambientalistas están preocupados por la decisión.
En conversación con EL TIEMPO, Sandra Vilardy, profesora de la Universidad del Magdalena y experta en la Ciénaga, "pareciera ser que el Ministro no conoce la dimensión del Registro de Montreux" ni las sugerencias tan importantes que este grupo de expertos hizo tras su visita en agosto del año pasado en la zona.
"Me quedo con un sinsabor pues no entiendo la coherencia de Murillo con lo que dice en el extranjero y con lo que hace en Colombia. Es un ecosistema en riesgo y en alto grado de vulnerabilidad", dice la investigadora.
El documento Ramsar advierte, entre muchas cosas, que "el deterioro de las cuencas de los ríos provenientes de la Sierra y el empleo de agua para el distrito de riego en la zona bananera, han conducido al incremento del material particulado y a la reducción del aporte de agua dulce al sistema lagunar. Esos factores originaron la hiperzalinización del mismo, ocasionando la muerte del manglar y la poca capacidad natural de regeneración. Además de la pérdida del hábitat reproductivo, cobertura y alimento para la fauna terrestre, y la reducción de aves migratorias”.
Por tal razón, le recomiendan a Minambiente: actualizar y hacer pública la información que se tenga sobre el estado de salud del complejo lagunar, fortalecer la coordinación interinstitucional para el manejo y toma de decisiones alrededor de este ecosistema, profundizar en la interacción hidráulica que hay entre la CGSM y los usos del agua subterránea; así como implementar un sistema de alertas tempranas a través de imágenes satelitales y un plan de monitoreo ecosistémico que incluya variables como caudal de los ríos y niveles de salinidad.
VIDA/MEDIO AMBIENTE
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