Se abre el telón del teatro y sale un perro, peludo, grande y juguetón. Se llama Spyke, pero realmente no es un perro. Es un niño disfrazado de perro.
Spyke se revuelca, juega; desconoce que sus dueños lo abandonaron. En escena aparecen dos niños: Charlie y Augusto, que se encariñan con el perrito y se ponen de acuerdo en quién le dará un hogar.
Charlie y Augusto (los jóvenes artistas Sebastián Toro y Daniel Rodríguez) cantan, bailan y animan al público con sus canciones y disparates.
Luego aparecen dos hadas madrinas, cuya misión es velar por el bienestar de los perritos desprotegidos del mundo. Pero una de esas hadas se vuelve mala y termina persiguiendo perros para atraparlos y hacer abrigos con sus pieles (al estilo de la villana más villana de perros del cine: Cruella de Vil, del clásico 101 Dálmatas).
Así transcurre la obra de teatro 'Una aventura en cuatro patas', que cumple siete meses de exitosa temporada en Bogotá. Un entretenido y emotivo espectáculo para compartir en familia y que deja un importante mensaje sobre el cuidado responsable de las mascotas, y sobre la solidaridad hacia los perros callejeros.
“Queremos entregar un mensaje sobre la tenencia responsable de animales y sobre la situación de abandono de muchos de ellos que se presenta en el país”, explica David Lemus, productor de la obra, creada por Natalie Dorsonville y dirigida por Leonardo Caicedo.
Precisamente, para el director Caicedo esta es una obra que pretende hacer un llamado a las familias sobre la adopción de mascotas –en este caso los perros– mostrando los sentimientos que ellos experimentan al ser maltratados por los humanos.
Queremos entregar un mensaje sobre la tenencia responsable de animales y sobre la situación de abandono de muchos de ellos que se presenta en el país
Alejandro Reyes Mojica, de diez años, asistió a la obra con su familia y se divirtió y aprendió mucho. “Aprendí que hay que ser responsables con los animales. Porque hay muchas personas que tienen mascotas y no las cuidan y las dejan abandonadas”, dice Alejandro.
Sebastián Toro, quien representa a Charlie, considera que la lección más importante de la obra es descubrir la transformación de los animales cuando pasan de un estado de abandono a un hogar donde se les quiere y protege, “enseñando que los animales criollos y abandonados también merecen cariño y buenos tratos”. “De hecho, la adopción significa eliminar la tristeza y el miedo de un animal en la calle, cambiar su vida”, opina el joven artista.

Una aventura en cuatro patas se presenta los sábados a las 4:00 de la tarde en el teatro Belarte, en el norte de Bogotá.
David Lemus
Por su parte, el director Leonardo Caicedo analiza el poder del arte como una herramienta pedagógica, puntualmente, en iniciativas como estas.
“El arte puede contribuir desde el teatro, la música, el baile o la pintura a sembrar huellas con mensajes como el respeto hacia los demás, en este caso, hacia los animales. Todas las expresiones artísticas que involucren un mensaje claro y contundente tienen un impacto social”, añadió Caicedo, reconocido director de teatro para niños.
De hecho, la educación, el arte y la cultura cumplen un rol poderoso en la formación de los niños y en su relación con los animales.
“Los casos de crueldad animal son cada vez más. A diario aparecen noticias que versan sobre malos tratos a perros, gatos y a todo tipo de mascotas. Para que en el futuro no sean tan numerosos estos casos, es fundamental empezar a educar a las generaciones del futuro desde la base, empezando por los más pequeños de la casa. Solo así se consigue que desaparezca, poco a poco, la realidad del maltrato animal”, cita el portal www.noticiasdeperros.com.
Y añade: “La mejor forma de educar a los niños en estos valores de respeto por los animales es acercándolos a la realidad de estos”.
'Una aventura en cuatro patas' seguirá su temporada en Bogotá hasta el próximo 22 de septiembre, los sábados, a las 4 de la tarde, en el Teatro Belarte (carrera 7.ª n.° 152-54).
El 30 de septiembre se presentará en Cali y el 22 de octubre, en Ibagué. Mayores informes en: www.unaaventuraen4patas.com.
La fundación Defensa Animal de Cali lleva ocho años promoviendo la tenencia responsable de animales y educando a los niños y a las familias con la puesta en escena de distintas obras de teatro.
“Hemos encontrado que esta es una de las mejores maneras de trabajar por los que no tienen voz”, explica Natalia Guevara, una de las directivas de este colectivo de protección animal, que cuenta con varias historias montadas con las que recorren colegios, parques y escenarios a lo largo y ancho de la ciudad.
Una de estas obras es 'El espíritu del animal', que cuenta la historia de Ozu, un oso que fue raptado de su hábitat natural y transportado a otro continente, donde es recluido en un circo que ofrece espectáculos con animales.
Durante la obra se tratan asuntos como el maltrato físico y psicológico que los animales ‘racionales’ (humanos) les dan a los animales en cautiverio, sumándoles las condiciones de vida que van en contra de su propia naturaleza, con el único fin de la diversión.

La obra de teatro ‘El espíritu del animal’ es una de las apuestas del colectivo Defensa Animal, en Cali.
www.defensacali.org
“Con esta puesta en escena se busca recrear la concepción de un espectáculo con animales desde un ángulo que, muchas veces, el público en su mayoría no logra evidenciar; enfatizando así la perspectiva desde aquellos que no tienen voz”, manifiesta Guevara.
La programación cultural de este colectivo se puede consultar en la página web www.defensacali.org/
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