Jesús Leonardo Yoldi, quien se autodenomina Frailejón, de 52 años, y su compañero José García, de 32, llegaron el pasado 22 de mayo a la ciudad de Barranquilla para dar fin a esta travesía en la que nadaron más de 1.300 kilómetros del río Magdalena antes de su desembocadura en el mar Caribe, culminando así su protesta contra los proyectos de fracking que el Gobierno Nacional planea realizar en el valle del Magdalena Medio y la cuenca de los ríos Cesar y Ranchería.
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Esta particular protesta empezó el pasado 12 de abril, en Neiva, cuando Frailejón se lanzó al río con el acompañamiento de José en un kayak, para advertirle al país sobre los riesgos que el fracking representa para los ecosistemas, entre ellos el río Magdalena, en cuyo valle medio se han adjudicado proyectos pilotos de la técnica, con miras a explotar yacimientos no convencionales de petróleo y gas en esa región.
En conversación con EL TIEMPO, Frailejón cuenta que nadar por el río más extenso del país fue un riesgo porque siempre había nadado en los ríos pequeños, como a los que se acostumbra a ir en paseo de olla; nunca en un gran río como el Magdalena. Para hacerlo tuvo un entrenamiento particular durante cinco meses.
“Como el entrenamiento empezó durante los primeros meses de la pandemia, tuvimos que hacer una piscina en la tierra. Solo podía nadar 40 minutos al día, porque el agua era muy fría. Ya cuando abrieron las piscinas en Boyacá, podía entrenar 10 horas diarias”, comentó. Además, para continuar con su entrenamiento fuera del agua hacía ejercicios de braceo en una hamaca cuatro horas diarias.(También: Especies amenazadas: 665 están en peligro crítico en Suramérica)
Nadar durante 40 días por el río Magdalena no fue sencillo, cuenta Frailejón. Su travesía, dice, fue lenta y cautelosa.
Empezó en Neiva. Allí entraron al río, siempre mirando un mapa, también revisaban el curso del río y averiguaban con los pescadores y ribereños en dónde era más peligrosa el agua y así evitar riesgos.

Llegada a Barranquilla de Frailejón, como parte de una travesía contra el ‘fracking’ en el país.
Alianza Colombia Libre de Fracking
“Los primeros días fueron fuertes; el mismo río nos orillaba. Al principio nadábamos dos horas, y luego parábamos a descansar. Cuando podíamos almorzar, lo hacíamos, pero otras veces solo nos hidratábamos. Ya en las tardes, nadábamos más tiempo, entre dos y tres horas. Y luego llegábamos a cualquier municipio ribereño, dormíamos y al otro día seguíamos. Me daban las 2 de la mañana respondiendo mensajes a todos los que nos escribían preocupados. Y, en promedio, a las 8 de la mañana seguía la travesía”, le dijo a EL TIEMPO.
Aunque es de Bogotá, reitera que su tierra adoptiva es Boyacá, en donde vive hace 27 años. Está seguro de que si el país implementa esta técnica de extracción de combustibles fósiles, los frailejones de los páramos de este departamento perderían su trabajo, pues, según este economista y actualmente estudiante de Licenciatura en Filosofía, “estaríamos usando su agua para que el petróleo salga a la superficie y termine contaminando, a largo plazo, nuestros ecosistemas”.
La llegadaFrailejón y José arribaron al Malecón del río Magdalena, en Barranquilla, donde fueron recibidos por colectivos artísticos, juveniles y ambientales de la ciudad, luego de 40 días de arduas brazadas que espera sirvan para que las personas tomen conciencia de los riesgos que representa el fracking.
En su recorrido visitaron los departamentos de Huila, Tolima, Cundinamarca, Caldas, Boyacá, Antioquia, Santander, Cesar, Bolívar, Magdalena y Atlántico, y tuvieron parada en el municipio de Puerto Wilches, epicentro de la lucha de varios grupos ambientalistas contra esta práctica en el país.
Cada brazada ha sido un impulso menos para el fracking, y un avance para proteger nuestros recursos y por una Colombia libre de ese método
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“Estamos un poco nostálgicos por terminar esta primera gran etapa, cada brazada ha sido un impulso menos para el fracking, y un avance más para la protección de nuestros recursos naturales y por una Colombia libre de fracking”, manifestaron al arribar a Barranquilla y culminar su último tramo de esta travesía por el río.
Además, ante estos grupos ambientalistas, propusieron un referendo “para que cada colombiano decida si quieren o no que se realice esta práctica en el país”.
REDACCIÓN MEDIOAMBIENTE
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