Un equipo interdisciplinario de la Corporación Ambiental (Coralina) se encuentra visitando los diferentes sectores de San Andrés, Providencia y Santa Catalina para el levantamiento de la información preliminar de los daños causados a la fauna y flora ocasionados a raíz del paso del huracán Iota por el territorio insular.
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En los últimos días se han podido identificar aproximadamente 180 árboles caídos en varios sectores de San Andrés y Providencia.
También han podido determinar la afectación de flora en especies arbóreas como almendros, cocoteros, mangles botón, jobos, uvas de playa, plátanos, palmeras, cauchos, hierbas de playa, frutas de pan, mamones, tamarindos, aguacates y mangos, entre otros.
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Así mismo, el balance presentado hasta la fecha evidencia que el 57 por ciento de las especies registradas no presentan amenaza, mientras que el 24 por ciento de estas tienen una amenaza moderada y, finalmente, un 17 por ciento sí presenta amenaza o riesgo.
Coralina informa que el equipo del programa de Gestión de Riesgos de la Corporación se encuentra aplicando durante esta semana un estudio de sostenibilidad a través de la metodología Edana C (evaluación de daños y análisis de necesidades ambientales posdesastre continental), con el objetivo de evaluar en profundidad los resultados ambientales del huracán Iota. Dichos resultados serán informados en las próximas semanas.
Además, la semana entrante se dará inicio a la aplicación de encuestas a toda la población ubicada en zona de inundación y deslizamiento.
Por otro lado, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar) informó que los manglares, formaciones arbóreas marino costeras, ayudaron a proteger a las comunidades del paso del huracán por el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
“Se evidencia poca afectación en los manglares del Parque Natural Regional Old Point. Quizás muchos han escuchado o usado la frase ‘fuerte como un roble’, pero el paso del huracán quizás invite a modificarla, resaltando y entendiendo la importancia de los manglares como ecosistemas fuertes, resilientes y, sobre todo, protectores”.
REDACCIÓN MEDIOAMBIENTE