Los ríos están entre los ecosistemas más diversos y productivos del planeta y benefician a millones de personas que dependen de sus dinámicas y recursos naturales.
La creciente demanda de agua, alimento y energía, sumada a la degradación ambiental y el cambio climático, la intervención de ríos para suplir las demandas de una creciente población, el desarrollo de infraestructura y las actividades productivas en las cuencas hidrográficas, genera impactos acumulativos que afectan y limitan las dinámicas naturales de los ríos, la biodiversidad –que depende de los ecosistemas acuáticos– y, por supuesto, nuestra calidad de vida.
En Colombia, factores como el crecimiento económico y demográfico han traído consigo la implementación de infraestructuras para soportarlo tales como carreteras, diques, distritos de riego, embalses, centrales hidroeléctricas, entre otras. De allí que actualmente existen 33 proyectos hidroeléctricos grandes y medianos en la cuenca del Magdalena, los cuales tienen la capacidad de producir 9.352 megavatios (MW), el 70 por ciento de la energía hidráulica del país.
A 2050, Colombia espera duplicar la generación de energía para responder a la demanda estimada. Actualmente, la cuenca del Magdalena tiene proyectada la ejecución de más de 100 proyectos hidroeléctricos que pueden desarrollarse en los próximos años e incrementar la capacidad de generación de la cuenca a 34.600 MW, con un impacto ambiental y social considerable.
Para contrarrestar estos impactos, The Nature Conservancy (TNC) ha generado el modelo de hidroenergía por diseño, el cual se implementa a escala de sistema para el manejo integrado de las cuencas hidrográficas para preservar el acceso al agua y mantener los caudales necesarios para mantener vivos los ecosistemas.
La energía hidroeléctrica contribuirá de manera importante a los sistemas energéticos con bajas emisiones de carbono, lo cual puede representar cerca de 2 billones de dólares de inversión entre este año y el 2040. En las cuencas hidrográficas del mundo, el desarrollo y la gestión de la hidroenergía tendrán impactos positivos y negativos sobre otros usos de los recursos hídricos, los cuales pueden valorarse entre 285 y 770 billones de dólares por año.
Es posible plantear un nuevo modelo de desarrollo que traiga consigo beneficios económicos ambientales y sociales. Es decir, la apuesta que hacen TNC y sus socios, en la cual, con una planificación temprana e integral de las cuencas, se puede balancear la generación de energía con la conservación del recurso hídrico y la biodiversidad.
JULIANA DELGADO
Coordinadora de Ciencias, programa Norte de los Andes y sur de Centroamérica, TNC.
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