Merceano de Jesús Melo es portugués. Es filósofo. Es profesor. Y es un amante coleccionista y cultivador de bonsáis. A ellos llegó por su profesión, más exactamente a través de la ética comparada.
“Estudiaba las dos culturas, Oriente y Occidente, que tienen dos perspectivas diferentes de la naturaleza. La oriental es más mística, espiritual, metafórica, interior. La occidental, más centrada en la conciencia y en el objeto que se ve. Para los japoneses, un bonsái es la unión del cielo, el hombre y la tierra; es una visión del cosmos. En Occidente, la gente ve un arbolito; en Oriente se ven muchas cosas más...”.
Desde hace 15 años, De Jesús está dedicado a este arte de los árboles miniatura, a tal punto que dejó la ciudad para irse a vivir cerca de La Calera, donde montó el Jardín de Bonsái el Dragón de Oro, donde tiene unos 1.000 de estos arbolitos.
Muchos de ellos se podrán admirar en la exposición de bonsáis que inaugura este jueves el Jardín Botánico de Bogotá, que exhibirá 150 individuos, además de ofrecer talleres y charlas sobre el origen del bonsái, el cultivo, los sustratos, la técnica y su filosofía, con el objetivo de poder transformar su propio árbol en casa.
Los visitantes de la muestra en el Jardín Botánico podrán aprender todo sobre este arte.
Cortesía Jardín Botánico
Los visitantes podrán disfrutar de cuatro ambientes, distribuidos en diferentes espacios del jardín, donde conocerán de cerca el arte chino penjing (paisaje de bandeja) y el japonés suiseki, que exhibe rocas que la naturaleza ha trabajado, creando increíbles formas y colores.
Según De Jesús, ‘bonsái’ es una palabra japonesa que significa árbol, plantación en matera pandita. Es un arte y una técnica que consisten en la miniaturización de árboles, plantas y arbustos en un cuenco o matera. “El bonsái no nace, se hace –dice De Jesús–. No es una transformación genética, sino una técnica de cultivo que se inició en China hace más de 2.500 años”.
Fueron los monjes budistas los que llevaron a Japón los bonsáis y los japoneses perfeccionaron el arte y la técnica, adaptándolos y fusionándolos con su vegetación, su cultura, su idiosincrasia.
“Los japoneses son minimalistas, y esto también se refleja en los bonsáis. Los chinos prefieren hacer bosques y jardines”, agrega.
La exposición también muestra las diferentes técnicas usadas para hacer los bonsáis y las herramientas que se necesitan. Están, por ejemplo, la gokhan, un bonsái de multiples troncos; la moyogi, que crece en forma de S, por la manera como la plata va buscando la luz, y el kengai, que cae como una cascada.
En el Jardín Botánico de Bogotá. Entrada: $ 5.200 y 2.100, y niños menores de 4 años entran gratis. De 8 a. m. a 5 p. m. y fin de semana, de 9 a. m. a 5 p. m.
REDACCIÓN VIDA@ElTiempoVerde