Después de 10 años, el delfín rosado (especie Inia geoffrensis) vuelve a la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), esta vez bajo la categoría de 'En Peligro', la segunda más alarmante del listado que pone a estos mamíferos dentro de los delfines de río más amenazados del mundo porque su población está disminuyendo.
Esta especie ya había figurado en el listado como 'Vulnerable', pero en el 2008 se le sacó por falta de información que sustentara su situación.
"Esto no tenía sentido, pues en todos los países donde está presente el delfín rosado, figura en los libros rojos de especies amenazadas", cuenta Fernando Trujillo, director de la Fundación Omacha que ha liderado el tema de la protección de esta especie en el país y la región.
De acuerdo con el especialista, "existen dos estudios, uno en Brasil y otro en Colombia, que muestran que la población de delfines rosados está disminuyendo a una tasa peligrosa. En unos 50 años podrían haber desaparecido la mitad de los que actualmente existen".
Los esfuerzos de la Fundación Omacha, WWF y otras organizaciones regionales y globales, en la recolección y análisis de información de estos cetáceos durante años fue clave para esta decisión.
Existen dos estudios, uno en Brasil y otro en Colombia, que muestran que la población de delfines rosados está disminuyendo a una tasa peligrosa
Dos factores se han convertido en la mayor amenaza para la supervivencia de esta especie, de la que se calcula que pueden haber unos 50.000 ejemplares en las cuencas de la Amazonia y la Orinoquia: su caza indiscriminada y el deterioro de su hábitat natural.
En el primer caso, durante mucho tiempo se ha utilizado su carne como carnada para la pesca de mota, un pez carroñero que se empezó a comercializar en el país desde hace más de diez años para reemplazar el capaz, que desapareció del río Magdalena.
"A la gente la engañan diciéndole que es capaz. Además, Omacha, con el Sinchi y Invima, demostramos que ese pescado traía gran cantidad de mercurio, por lo que finalmente se prohibió su comercialización, lo cual ayuda a proteger al delfín rosado", explica Trujillo.
En Brasil también está prohibida esta práctica, pero no sucede lo mismo en Perú y Bolivia, lo que sigue poniendo en peligro a los delfines.
La segunda causa de amenaza está en la deforestación, especialmente en la Amazonia brasilera, donde miles de hectáreas de selva han dado lugar a cultivos agrícolas (algunos ilícitos), ganadería y carreteras.
“La gente todavía cree que en la Amazonía apenas viven unas cuantas comunidades indígenas, pero no. En la cuenca del Amazonas viven 34 millones de personas, de las cuales solo 3,5 millones son comunidades indígenas, la mayoría en sus resguardos. El resto son personas que ejercen actividades económicas, algunas de ella ilícitas como la minería de oro y la deforestación”, comenta Trujillo.
Otro factor que afecta el hábitat de esto animales es la construcción de hidroeléctricas. “Imagínese el Amazonas como un corazón y todas las venas son los ríos que la rodean. En esos ríos han construido 155 represas y hay 70 más en construcción. Sí, es producción de energía limpia pero al tiempo se está atacando la naturaleza”, puntualiza el director de Omacha.
La inclusión del delfín en la categoría 'en peligro' en la lista de la UINC "hace un llamado internacional para que todos los gobiernos de la región prioricen dentro de sus agendas la conservación de los delfines de río y creen mecanismos estratégicos para proteger el patrimonio natural que representan", afirma Saulo Usma, especialista de Agua Dulce de WWF-Colombia.
Para Trujillo, esta medida permite "mejorar el nivel de áreas protegidas para los delfines, así como promover el ordenamiento turístico para su avistamiento y trabajar con las autoridades pesqueras para organizar la pesca en las cuencas donde habitan los delfines. En algunos casos quedan atrapados en las redes de pescadores en sitios prohibidos para la pesca".
El delfín rosado es uno de los pocos delfines de agua dulce en el mundo. Entró por el océano Atlántico hace unos dos millones de años y habita principalmente en cuencas de Ecuador, Bolivia, Colombia, Brasil y Venezuela.
Es considerado el delfín de río más grande, con su cuerpo robusto, flexible y poco hidrodinámico. El macho puede llegar a medir hasta 2,8 metros y pesar hasta 180 kilos. Tiene hocico largo y estrecho, con más o menos 106 dientes.
Su coloración es variable, pero generalmente las crías son de color gris oscuro y a medida que crece puede variar entre gris y rosado o mantener solo el gris. Cuando estos animales realizan actividad física, su coloración rosada se incrementa como un mecanismo para regular la temperatura; comienza a fluir más sangre a los vasos sanguíneos periféricos aumentando el tono rosado.
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