Con el objetivo de analizar los efectos del cambio climático a largo plazo, un equipo de científicos de la Universidad de Hawái ha examinado más de 900 artículos relacionados con episodios de calor que se han producido en distintas regiones del mundo desde 1980. El estudio arrojó que el 74 por ciento de la población estará expuesta, a finales del siglo, a olas de calor letales.
La investigación, publicada en la revista Nature Climate Change, advierte que ni siquiera reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera podrán evitarse estos escenarios. Lo que significa que estamos expuestos a otros episodios de calor como el de Europa, en el 2003, que acabó con la vida de 70.000 personas, o el de Moscú, que mató a 10.000 personas en 2010.
“Nos estamos quedando sin opciones para el futuro”, explica a Sinc, Camilo Mora, profesor de la Universidad de Hawái y autor principal del estudio. “Muchas personas alrededor del mundo ya están sufriendo los efectos de las olas de calor y, según los modelos realizados, esto continuará así. Si no se reducen considerablemente las emisiones, la situación será cada vez peor”, añade el investigador colombiano.
La investigación muestra que cada vez existen más regiones del planeta en las que durante 20 o más días del año se producen olas de calor mortales que afectan aproximadamente al 30 por ciento de la población mundial.
Las defunciones por el calor no ocurren solo durante olas masivas, sino siempre que exista una combinación de alto nivel de humedad y altas temperaturas. Los investigadores advierten que las personas que viven en zonas urbanas, como consecuencia de los pocos árboles que proporcionan sombra y los altos niveles de contaminación, son las más susceptibles a morir.
A partir de esos resultados, los científicos crearon una aplicación web que predice el número de días al año en los que se producirá una ola de calor mortal en cualquier lugar del mundo de aquí hasta 2100. En Colombia, la región Caribe será la más afectada; mientras que Brasil y Paraguay serán algunos de los países más impactados de la región.
Para mitigar esos impactos, es necesario “que los políticos aumenten la inversión en fuentes de energía alternativas y que los gobiernos locales desarrollen proyectos verdes para reducir el calor absorbido por las construcciones y el asfalto de las ciudades. También es importante que las personas reduzcan su consumo y se comprometan en la restauración de los ecosistemas que le rodean”, le dice Mora a Sinc.
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