La cumbre del clima de Bonn (COP23), que debía haber concluido el viernes en la tarde, quedó en suspenso ante el intento de varios países en desarrollo de dar marcha atrás en algunos puntos del Acuerdo de París.
Así lo explicó a la agencia Efe el comisario europeo de Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete, quien detalló que “naciones que no han puesto objeciones en todo el proceso previo a esta cumbre del clima y durante la misma las están poniendo en este momento con la esperanza de conseguir resultados para sus países”.
Tanto el comisario como otras fuente de la negociación consultadas por Efe aseguraron que los Estados que ponen estas objeciones son los llamados ‘Países en Desarrollo con la misma Visión’, como China, la India, Arabia Saudí e Irán. Estos quieren “desvirtuar”, según Arias Cañete, un artículo del Acuerdo de París, denominado Diálogo Facilitativo o de Talanoa, en el que los países asumen la obligación de revisar la ambición de sus compromisos climáticos nacionales en 2018 con la mejor ciencia disponible en el momento, para lo que se ha encargado un informe especial al Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
También se presentaron divergencias sobre la financiación de la lucha contra el cambio climático, el gran pulso habitual entre países ricos y en desarrollo, y bajo la sombra de Estados Unidos, que se prepara para abandonar el barco.
El objetivo principal de los casi 200 países, reunidos en Bonn durante dos semanas, era empezar a redactar el reglamento del histórico Acuerdo de París para impedir que la temperatura del planeta aumente más de 2ºC respecto a la era preindustrial. Pero los países en vías de desarrollo llegaron con una antigua demanda: que todos los miembros aclaren sus compromisos de reducción de gases de efecto invernadero y, más importante aún, sus compromisos financieros, de aquí a 2020.
En Bonn, sin embargo, las decisiones de fondo sobre esos temas serán postergadas hasta la COP24, que se celebrará en diciembre de 2018 en Katowice (Polonia), según todas las fuentes negociadoras y oenegés asistentes.
El forcejeo de este viernes por la noche era simplemente para establecer el marco negociador antes siquiera de entrar en el fondo de la cuestión, a lo largo de todo el año que viene. "Hay mucho nerviosismo" por parte de los países industrializados, que no quieren comprometerse sobre cifras y plazos, explicó Alden Meyer, veterano observador de la Unión de Científicos Preocupados.
El farragoso trabajo sobre el reglamento del Acuerdo de París, que define entre otros los criterios de control mutuo de emisiones o la transferencia de tecnología, quedó apenas esbozado, con un borrador que podría llegar a centenares de páginas.
AGENCIAS