El país atraviesa, desde hace varias semanas, una fuerte temporada de lluvias. Aparte de las inundaciones y emergencias derivadas de las precipitaciones, hay problemas adicionales para los perros.
Estos no solo tienen que ver con el riesgo de sufrir enfermedades respiratorias o la imposibilidad de salir a dar los acostumbrados paseos para relajarse o jugar; también están los que provienen de un visitante frecuente por esta época del año: el cucarrón de mayo.
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A él también se lo conoce como escarabajo del agua, y a sus larvas, como chisa o mojojoy. El Clavipalpus ursinos es un artrópodo coleóptero que visita ciertas ciudades del país durante el segundo trimestre, principalmente en los meses de marzo a mayo, que es el periodo más lluvioso del año.
Si bien tiene una distribución amplia en países como Colombia, Brasil, Bolivia, Perú y Ecuador, este escarabajo prefiere los campos, potreros, parques, jardines, humedales y zonas húmedas y altas del país, por lo que se convierte en un visitante frecuente de ciudades como Bogotá.
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Esta es una especie que se caracteriza por tener un vuelo torpe, debido a que solo emplea uno de los dos pares de alas; además, su ciclo de vida es corto, de apenas un año, razón por la cual aprovecha los periodos de lluvia para reproducirse y morir luego de pocas semanas. Si bien tiene hábitos nocturnos, se lo puede ver alzando vuelo en los días oscuros desde muy temprano y en las noches, al verse atraído por las luces.
Tanto los cucarrones adultos como las larvas (chisas) son inofensivos para los seres humanos, a los que solo les causa molestia por el vuelo y uno que otro susto a aquellas personas a las que les desagradan los insectos. Por esto, la recomendación de las autoridades ambientales es que no se los elimine, sino dejarlos en lugares seguros y con vegetación, y que se mantengan medidas de higiene luego de manipularlos.
Su importancia radica en que interviene en la descomposición de la materia orgánica que se encuentra en los suelos, en la dispersión de algunas semillas, en la polinización de las plantas y también sirve como alimento a algunas especies de aves. Sin embargo, esta especie es controlada en el campo, ya que los animales adultos se alimentan de las plantas y tubérculos, afectando algunos cultivos.
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Riesgo para los perros
La recomendación es no matar a los cucarrones, que son insectos inofensivos; aléjelos o déjelos en zonas con plantas altas y frondosas.
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A pesar de su aspecto torpe e inofensivo, este cucarrón puede generar intoxicaciones en los perros. ¿El motivo? La gran mayoría de los escarabajos, aproximadamente 200 especies diferentes, tienen un mecanismo de defensa que consiste en generar una sustancia venenosa en su cuerpo, principalmente en las patas, antenas o en el tracto gastrointestinal, conocida como cantaridina.
Por tratarse de un insecto que por estas épocas puede darse en grandes cantidades, los perros suelen jugar con ellos, tomarlos del suelo o intentar cazarlos durante el vuelo.
El riesgo está en que, al ingerir grandes cantidades de estos escarabajos, el volumen de cantaridina aumenta en el organismo del perro, lo que desencadena irritaciones, inflamación y enrojecimiento del tracto gastrointestinal, así como irritaciones en el sistema urinario y principalmente en los riñones.
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Además, las partes duras del cuerpo o las patas del escarabajo pueden llegar a lesionar las membranas mucosas de la boca, el esófago o los ojos.
Como resultado de las altas cantidades de toxina, de aproximadamente 4 a 6 gramos, los perros pueden sufrir intoxicaciones que pueden llegar a ser graves.
Los principales signos de intoxicación por esta causa en los perros incluyen vómito, diarrea, dolor abdominal (de leve a intenso), pérdida del apetito, depresión, coloración oscura de las mucosas, aumento del consumo de agua y también de la producción de orina; en casos extremos puede haber episodios de shock y muerte.
La presentación de estos síntomas dependerá principalmente de la dosis que el perro ingiera y de su tamaño, ya que las razas pequeñas necesitarán menor cantidad para desarrollar signos graves.
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¿Qué hacer?Ante la presencia de cualquiera de los signos mencionados, es fundamental dirigirse rápidamente al médico veterinario. Él será el encargado de evaluar la condición del perro y sugerir el mejor tratamiento. Al carecer de antídoto contra la cantaridina, el tratamiento podrá ir desde la administración de carbón activado, cuando ha pasado poco tiempo, pasando por el suministro de aceite mineral, para ayudar a limpiar el tracto gastrointestinal, hasta el uso de fluidos, analgésicos y minerales como el calcio o magnesio.
Lo fundamental en estos casos es la prevención:
– Evite que su perro juegue con los escarabajos o consuma elementos en los parques, jardines o prados.
– Mantenga a su perro con collar, traílla o bozal, especialmente en las horas de la noche, que es cuando el cucarrón prefiere salir.
– No mate los cucarrones. Simplemente trate de alejarlos de las zonas en donde habitualmente pasea con su perro y deposítelos donde haya plantas altas y frondosas.
– Esté atento a cualquier síntoma o comportamiento extraño de su perro luego de los paseos.
– Visite al médico veterinario ante cualquier anomalía, para que sea tratado a tiempo.
GABRIEL GARCÍA - MÉDICO VETERINARIO
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
En Twitter: @NoSoyEseGabo
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