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Vida

La lucha de los habitantes de Wuhan para conseguir comida

En este otro eslogan se puede leer "fortalecer nuestra confianza, unirnos en tiempos de epidemia, prevenir científicamente, implementar medidas precisas".

En este otro eslogan se puede leer "fortalecer nuestra confianza, unirnos en tiempos de epidemia, prevenir científicamente, implementar medidas precisas".

Foto:AFP

Para los millones de chinos confinados, no poder de salir de sus residencias crea una gran angustia.

"Tenemos la impresión de ser refugiados", dicen los habitantes de Wuhan, la ciudad del centro de China donde surgió el nuevo coronavirus, volcados en la lucha por conseguir alimentos cada vez más escasos y cada vez más caros. Algunas residencias o comunidades hacen pedidos de comida al por mayor a los supermercados, estas compras agrupadas de comida aumentan rápidamente y se organizan a través del sistema de mensajería móvil WeChat.
La primera medida preventiva para contener la propagación del virus fue tomado el 23 de enero cuando se prohibió la salida de Wuhan, ciudad china de 11 millones de habitantes. La siguiente medida fue restringir la salida de las personas de su residencia, solo podían salir una vez cada tres días pero ahora este último permiso fue cancelado. 
Para los millones de chinos confinados,  la prohibición de salir de sus residencias crea una gran angustia. "Cuando se acaben las reservas que tenemos, no tengo ni idea de donde podremos comprar", dice Pan Hongsheng, que vive con su esposa y dos hijos, "nuestro hijo pequeño tiene tres años y ni siquiera tiene leche en polvo", tampoco puede mandar medicamentos a sus suegros, de más de 80 años, que viven en otro barrio de la ciudad, "tenemos la impresión de ser refugiados", asegura.
Frente a la angustia que genera el encierro, las autoridades piden paciencia. "El control estricto de las comunidades afecta un poco a la vida de la gente, es inevitable", dijo a la prensa Qian Yuankun, el vicesecretario del Partido Comunista en la provincia.
Algunos comercios venden productos frescos por peso, pero solo si se trata de grandes pedidos para la misma dirección. En el barrio de Guo Jing, mujer de 29 años confinada sin previo aviso, se pueden comprar 6,5 kilos de verduras de cinco tipos, incluyendo patatas y coles, al precio de 50 yuanes, casi 25.000 pesos colombianos, más caro de lo normal. "Todavía puedo vivir así un mes", asegura Guo Jing, explicando que tiene reservas de verduras marinadas y huevos."
Pero no todo cuentas con la misma suerte, el sistema de compras agrupadas es inaccesible para algunas comunidades más pequeñas porque los supermercados exigen un número mínimo de pedidos. "Honestamente no podemos hacer otra cosa", explica Yang Nan, responsable del supermercado Laocunzhang, que impone un mínimo de 30 pedidos en grupo. "Solo tenemos cuatro vehículos" y menos personal de lo normal, asegura.
Solo puede tramitar mil pedidos al día como máximo. "Ahora es muy complicado contratar" a repartidores, dice Wang Xiuwen, que trabaja en el departamento de logística de este supermercado, y afirma no quiere contratar a gente del exterior por temor al contagio.
Las restricciones de circulación en Wuhan no son las mismas en todos los barrios, una mujer de 24 años que no quiso identificarse explico que los habitantes de su edificio pueden salir, solo uno por hogar a la vez, y pagar directamente a los repartidores que traen las compras. En otros distritos los supermercados tienen prohibido vender directamente a los particulares, lo que les obliga a pasar por los comités vecinales o por organizaciones capaces de comprar al por mayor.
Es el caso de la residencia donde vive David Dai, en las afueras de Wuhan, que organiza compras agrupadas pero muy caras, "recibimos tomates y cebollas que ya están podridas", dice este padre de familia de 49 años, que asegura que tiene que tirar un tercio de la comida que recibe. Su familia se ve obligada a secar cascaras de nabo para añadir nutrientes a sus comidas pero lo peor, según Ma Chen, un hombre de 30 años que vive solo, es la incertidumbre de no saber cuanto tiempo durarán las restricciones, "nunca sé qué cantidad de comida tengo que comprar", dice.
AFP
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