Aunque la Universidad Nacional tiene un hueco en el gasto de funcionamiento superior a los 45.000 millones de pesos, su rector, Ignacio Mantilla, dice que esta alma mater ha logrado consolidar programas académicos, ampliar su presencia en el país y constituirse en actor clave dentro del posconflicto.
Al presentar el balance del 2016, el rector destacó que el Hospital Universitario, que lleva menos de un año funcionando, atendió 15.475 consultas externas, 79.508 actividades de laboratorio y 2.713 procedimientos quirúrgicos.
En diálogo con EL TIEMPO, Mantilla celebró que la universidad sigue en expansión. Hoy cuenta con estudiantes de 880 municipios y 130 acuerdos de cooperación internacional con más de 30 países.
¿Cuáles son los resultados más importantes del 2016?
Lo más importante del año pasado es que se llegó a la cifra de casi 10.000 graduados, con un alto componente en posgrados. El 18 por ciento de los estudiantes están en nivel de posgrado. El 39 por ciento de los doctores que estudian en Colombia lo hacen con nosotros.
¿Financieramente, cómo está la universidad?
En materia de financiación, tenemos un hueco, pues los gastos de funcionamiento superan los recursos que recibimos para la gestión. El presupuesto en el 2016 fue de 1,3 billones de pesos. El 54 por ciento se cubre con recursos propios y lo restante, con transferencias. El hueco de funcionamiento supera los 45.000 millones, y por eso hemos tenido dificultades para pagar la nómina. Los recursos que hemos conseguido han sido para inversión.
¿Cuáles son los retos inmediatos para el 2017?
Lo más urgente de resolver es el tema financiero, el funcionamiento. Este año es especial porque en septiembre celebramos 150 años de fundación y vamos a tener eventos especiales.
¿Cómo ha participado en el posconflicto?
Lo más importante fue la coordinación de foros que permitieron recoger documentos y propuestas que después se llevaron a la mesa de negociación. Después, el acuerdo delegó a la universidad para hacer el censo de la población desmovilizada, que determinará el nivel de escolaridad de los excombatientes, expectativas y composición familiar, entre otras (cosas). Conocer eso será clave para cualquier política que se tome en la etapa del posconflicto. Esperamos tener los resultados en unos meses.
