¿Puede el poder cambiar a las personas? Innatamente los seres humanos viven su cotidianidad inmersos en ejercicios de poder, haciendo que este tenga una clara incidencia en la forma de actuar de la gente.
Este viernes en #ELRetoET, a través del ejercicio plateado por Natalia Turriago Galvez, docente del programa de psicología del Politécnico Grancolombiano, invitamos a nuestros lectores a cuestionarse sobre los roles sociales y lo que genera el poder en las personas, su alcance y el manejo que se da del mismo, sobre todo cuando se da de una forma abusiva.
Si tuviera que participar de un experimento en donde debe elegir si es guardia de seguridad o preso ¿Qué rol preferiría ocupar?*Tenga en cuenta que cualquiera de los dos perfiles presentará manifestaciones de abuso del poder, uso inadecuado de la fuerza y la violencia.
Este ejercicio, que está basado en la película 'El Experimento', del director Paul Scheuring, y el famoso experimento de la 'Prisión de Stanford' propuesto por Philip Zimbardo, nos muestra cómo el poder se constituye en un instrumento de control del cuerpo social en los individuos particulares. Vigilancia, control, intensificación del rendimiento, multiplicación de capacidades, emplazamiento, utilidad, etc.
"Las comprensiones en el ejercicio apuntan a reconocer que en toda relación existe un poder. El poder en su máxima expresión puede disminuir o realzar las competencias o recursos de las personas", explica Natalia Turriago Galvez.
Según la docente, el poder en sí mismo existe, pero no todas las personas tienen el mismo dominio de él, este puede ser atribuido y capaz de generar cambios en los roles y las dinámicas relacionales ya que demanda en las personas una postura desequilibrada en la que alguien se posiciona como figura de poder y otro como subalterno.
"Todas estas categorías aplicadas al individuo concreto constituyen una disciplina anatomo política. Por otro lado, estudiosos como Montero expresan que el poder puede ser un potencial de liderazgo transformador que moviliza e induce a los individuos a crear cambios desde su realidad", añade.
El poder puede ser atribuido y puede llegar a generar cambios en los roles y las dinámicas relacionales
Frente a la situación propuesta en este reto, lo primero que debe aclararse es que no hay respuestas buenas o malas, simplemente diferentes formas de asumir los roles de poder. Sin embargo, se puede decir que en el caso de "las personas que indican que se identifican con el rol de persona privada de la libertad, su opinión se da sobre la necesidad de reconocer la humanidad y derecho de todas las personas bajo dinámicas de igualdad".
Por el contrario, quienes optaron por asumir el rol de guardia de seguridad se da sobre una necesidad de poder desde una lectura tradicional como se ha configurado la relación y las dinámicas que ejercen personas sobre otras haciéndolas ver como vulnerables.
DIANA MILENA RAVELO MÉNDEZ
Twitter: @DianaRavelo
ELTIEMPO.COM
**Este reto fue hecho con el apoyo de los docentes del Politécnico Grancolombiano. Para cualquier comentario o sugerencia puede escribir al correo diarav@eltiempo.com
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