“#RAEconsultas: tal como está redactado el ejercicio, la interpretación natural es que se escriban en cifra los números que se citan a continuación”.
Con este concepto, la Real Academia de la Lengua Española terminó por dirimir la discusión que se volvió viral el pasado 18 de octubre, sobre las respuestas literales que un niño de siete años escribió en su examen de matemáticas.
Se trató de un caso que publicó en Twitter el padre del chico, al considerar que, de manera injusta, su profesor había descalificado la interpretación de su pequeño.
Historias como estas inundan ahora las redes, los chats de padres y profesores, que se viralizan en segundos y que, como en este caso, tuvo la intervención de la Academia. Pero ¿por qué los niños interpretan de esta manera tan literal? ¿Por qué los adultos, los maestros y los padres no logran entender su razonamiento lógico? La razón es sencilla: es el desarrollo natural de su cerebro, una etapa en donde el lóbulo frontal está en pleno proceso de maduración.
Annie de Acevedo, psicóloga y experta en crianza, explica: “Los niños aprenden e interpretan el significado de las palabras de una sola manera. Esto ocurre desde que empiezan a hablar hasta los 5 años. Después, empiezan a generalizar, poco a poco; así, a los 7 años, el pensamiento se vuelve más concreto, hasta llegar al pensamiento abstracto, que inicia en la pubertad”.
Por eso la interpretación de un examen o un cuestionario no puede ser tomado como un error o, en el peor de los casos, como si el niño ignore la respuesta, solo hace uso de lo que sabe: pensar de manera concreta y literal.
El niño estaba haciendo un ejercicio en clase, la profesora dictó varias palabras y, en medio del mismo, le pidió a un alumno que se sentara. El resultado fue: . El chico pensó que tal frase hacía parte del dictado, así de simple.
Por ello, explica Claudia Nigrinis, educadora y directora del jardín Kids, los profesores deben dar instrucciones sencillas y, sobre todo, deben tener en cuenta el momento de desarrollo de sus estudiantes para poder comunicarse adecuadamente.
Y aunque a partir de los 7 años los niños empiezan a tener un pensamiento más abstracto, aún no se puede pedir que entiendan cierto tipo de frases.
Por ello, las instrucciones deben ser concretas, claras, pocas y cortas. Se debe llevar al menor, paso a paso, para que logre efectuar la tarea que se le encargue de manera exitosa.
Por ejemplo, si una mamá le dice a su niño: “¡me estoy muriendo de dolor!”, el pequeño creerá que su mamá se va a morir. Por ello, explica la psicóloga, hay que tener mucho cuidado con lo que se le dice, para que no le genere miedo.
“En la casa se deben usar palabras puntuales y expresiones concretas. Evite las metáforas y el sarcasmo, ya que un niño no es capaz de interpretarlas correctamente. El problema es que el niño llegue a conclusiones equivocadas y fantasiosas”, dice Acevedo.
Aunque estas situaciones se presentan en edades tempranas, y no hay lugar a burlas por parte de los compañeros, en casa no se debe permitir ridiculizar la situación.
“La burla, en general, afecta de manera negativa la autoestima, aun más cuando el niño ni siquiera entiende qué fue lo que hizo mal. Esto lleva a la inseguridad y al temor y puede convertirse en un problema emocional”, advierte la psicóloga.
De acuerdo con las expertas, esta etapa del pensamiento concreto y literal va hasta los 5 años, pero otra cosa sucede con niños en condición de discapacidad cognitiva.
La experta Nigrinis explica que “si el desarrollo no va acorde con la edad, el pensamiento tampoco. Por esta razón, niños con dificultades cognitivas permanecen más tiempo en el pensamiento literal, ya que una dificultad cognitiva está estrechamente ligada a una inmadurez en el área de lenguaje y pensamiento”.
Ahora bien, dice Acevedo, hay adultos que nunca desarrollaron la habilidad del pensamiento abstracto, así que llegan a la madurez siendo tremendamente literales. Sin embargo, compensan con otras habilidades y pueden llegar a interpretar una idea, así se demoren un poco o por medio de un ejemplo. Esto se da por falta de desarrollo del lóbulo frontal.
Hay que comprender, como explican las psicólogas, que para los niños entre 2 y 5 años, en condiciones normales de desarrollo, la etapa de la literalidad es normal. Es eso, una etapa de los niños que suele ser maravillosa y tierna en la medida en que profesores y padres logren entender el momento y, por qué no, disfrutarlo, pues no dejan de sorprender con respuestas lógicas e ingenuas.
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