¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Educación

Ni ‘pandemials’ ni cuarentenials: es la generación flexible al cambio

Expertos dicen que se pueden prever deficiencias por la falta de cercanía con sus pares y de socialización primaria como ‘aprender a compartir los espacios, los juguetes, la vida misma’.

Expertos dicen que se pueden prever deficiencias por la falta de cercanía con sus pares y de socialización primaria como ‘aprender a compartir los espacios, los juguetes, la vida misma’.

Foto:Particular

Menores de dos años están creciendo sin contacto con niños de su edad y adquieren otras competencias

“El día que Maddie Rose conoció el pasto, perdió el miedo a tocarlo y se convirtió en un acontecimiento tan importante para la familia como cuando uno conoce el mar”, recuerda María Camila Perdomo del instante en que su hija, de año y medio, pudo salir del encierro con la flexibilización del aislamiento preventivo obligatorio y, por fin, disfrutar de unas horas al aire libre en Bogotá.
Tenía 10 meses y la alegría de sus papás no era para menos, porque su vida ha transcurrido entre el encierro estricto e intermitente por la pandemia y las esporádicas y cortas salidas para ver a sus tíos y abuelos. Ella nació tres meses antes de que se anunciara la presencia del coronavirus en China, y justo cuando podían sacarla a descubrir su entorno, se decretó la cuarentena obligatoria en Colombia.
Situación similar viven millones de bebés entre 1 y 2 años de edad, en el mundo entero, a los que se les denomina ‘pandemials’ o ‘cuarentenials’ porque nacieron durante el segundo semestre del 2019 y el 2020 y se están criando en las circunstancias especiales del aislamiento; lo mismo sucede con otro tanto de niños y adolescentes que, a diferencia de los primeros, “tienen el referente del exterior y de lo que significa interactuar físicamente con sus pares y otras personas, diferentes a las de su núcleo familiar, lo cual es una ganancia en la superación de circunstancias adversas”, puntualiza el psicólogo Paulo Daniel Acero, especialista en resolución de conflictos y trauma y resiliencia.
Sin duda, esta es una época desafiante. “En el confinamiento, los bebés dejan de conocer muchas cosas del mundo exterior y justo en el tiempo en que deberían estar explorándolo y descubriéndolo –precisa la psicóloga infantil María José Turbay–. Sin embargo, no deja de ser útil lo que aprenden en casa y, más provechoso aún, que sus padres se hayan convertido en sus maestros, así no se sintieran preparados”.
La creatividad ha salido a flote, “lejos de volverse una situación estresante, aunque lo fue al comienzo, nos acercamos como familia; mi esposo ahora es un padre más presente y se ha dado cuenta del esfuerzo que la crianza conlleva. Y yo ya no procrastino, he aprendido a optimizar mi tiempo en el trabajo”, dice Ana María Puche, consultora de comunicaciones y madre de Emilia, de dos años.
Ellos aprovecharon este tiempo no solo para inventarle juegos y espacios lúdicos, como convertir el comedor en un castillo de hadas, o su cuarto, en una casa embrujada, sino también para darle hermanos. “¡Quién dijo miedo a los ‘cuarentenials’!”, remata con humor Ana María, por eso en los próximos días, a falta de uno, tendrán mellizos.
Pandemials

Pandemials

Foto:Particular

Cuestión de actitud

Esta es la primera generación desde que ejerzo la pediatría, hace 30 años, en la que su gestación y formación durante el primer año se desarrolla con mamá y papá presentes.

Aunque se carece de estudios que muestren lo que podría ser el futuro de los niños de la pandemia, para los expertos en salud mental y educación infantil es erróneo pensar que los más pequeños, al permanecer más tiempo en casa, serán retraídos o tendrán ciertos problemas en su desarrollo, apunta Turbay.
“Esto no es del todo cierto, su bienestar y progresos dependen mucho de la actitud y compromiso de los papás y de la familia con la que convivan”, explica esta educadora de disciplina positiva, con experiencia en actividades para un aprendizaje significativo en la primera infancia (de 0 a 5 años).
Eso lo confirman María Camila y Alexánder, su esposo: si bien reconocen que la bebé se torna irritable porque se aburre de estar encerrada y le es difícil conciliar el sueño en la noche, también ha podido disfrutar de una lactancia más tranquila y de logros importantes como dar sus primeros pasos sola, decir un buen número de palabras y usar su primer tapabocas, a los 12 meses.
“Le regalaron uno en Halloween y aprendió a llevarlo con naturalidad porque nos ve hacerlo, le dimos la confianza para usarlo y estamos pendientes de que se sienta cómoda y segura”, dice esta diseñadora de moda, que adaptó un pequeño espacio en su apartamento como cuarto de juegos de la niña y también su taller de trabajo, para estar más pendiente de ella.
El modelamiento que dan los padres es definitivo en esta edad, por eso que se considere negativo o nocivo que los niños no puedan asistir al jardín o al preescolar también es algo discutible para los expertos.
“Países como Finlandia tienen un modelo educativo en el que los infantes permanecen con su familia hasta los siete años y luego entran a cursar su primer año en la escuela –agrega Óscar Matías, licenciado en Ciencias Sociales y con maestría en Educación–. Es cierto, es un contexto socioeconómico diferente, sin las brechas que caracterizan a los países de Latinoamérica, pero esto implica reconocer que el ambiente y la atmósfera resiliente generados en cada hogar y las herramientas y recursos con que cuenten influyen mucho en el desarrollo cognitivo, físico y emocional de los menores de tres años”.
La socialización “fundamentalmente la hace la familia y el jardín infantil o el colegio actúan como amplificadores, son facilitadores en esta tarea, pero no sustituyen el papel de los padres”, sostiene el médico pediatra Rodrigo García Schlegel.
Y lo constata Dayana Ochoa, madre y trabajadora social, quien no quiere que su hijo, de 2 años, vaya al jardín: “Me parecen sitios inseguros, no hay nada que vigile o controle el cuidado de niños de 0 a 3 años, además la crianza es responsabilidad mía y de mi pareja”, recalca. Por fortuna su trabajo con comunidades indígenas de Tierradentro, Cauca, le permitió trasladarse hasta allí con su esposo, su bebé y su hija adolescente.
Ana María, por su parte, recuerda que cuando empezó la cuarentena, su niña apenas llevaba mes y medio en el jardín y no pudo volver. ¿Que si lo extraña? “Para nada, yo fui quien lloró y sufrió porque se me alteró mi dinámica diaria; ella es la más feliz de estar con nosotros”, apunta con gracia la barranquillera. Consciente de que está en una etapa clave de estimulación y aprendizajes, que ellos no le pueden dar como quisieran, recibe clases con una educadora, tres horas al día, entre semana.
Expertos como García Schlegel insisten en que habrá un impacto real de la pandemia en los bebés, pero lo cierto es que “esta es la primera generación desde que ejerzo la pediatría, hace 30 años, en la que su gestación y formación durante el primer año se desarrolla con mamá y papá presentes”, dice.
¿Qué importancia tiene eso? “Mucha. Se está fortaleciendo el vínculo familiar que se había deteriorado porque los padres tenían que salir a trabajar y el niño se quedaba con la abuela o un cuidador”.

Más pacientes y empáticos

Para la socióloga Tatiana Gómez, líder del Observatorio de Humanismo Digital de Areandina, “hay que esperar 10 años, mínimo, para ver las diferencias en procesos de socialización de esta generación y afirmar que tuvieron un cambio importante”.
Sin embargo, se pueden prever deficiencias por la falta de cercanía con sus pares y de socialización primaria como “aprender a compartir los espacios, los juguetes, la vida misma y también aprender a confrontar, hacer amigos, amar a otros, aparte de los padres, y saberse en comunidad”, que son de las enseñanzas más importantes en los humanos. De ahí la necesidad de proponer opciones para que se sientan en libertad a pesar del encierro. Y en eso, la tecnología es una gran aliada, sostiene.
Pueda que los más pequeños, hoy, no reconozcan el abrazo de los abuelos porque su contacto físico e interacción social se han visto interrumpidos por la cuarentena, “pero lo digital es el medio como se relacionan y a través de la imagen pueden aprender a identificar, con la guía de los papás, las emociones de otros”, explica.
Y lo están haciendo a través de videollamadas, juegos, cuentos, trivias y otras actividades en línea que les están dando a estos bebés ese rasgo distintivo, comparados con los nacidos en otra época.
El encierro y la convivencia pandémica tienen su lado positivo. Así lo confirman expertos como Amalia Gordóvil, psicóloga familiar y profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) (España).
Según ella, esto ha promovido que los “niños sean más pacientes, empáticos y creativos”. Más aún, destaca que hasta discutir con los hermanos o amigos, ahora algo frecuente, reporta beneficios porque les enseña a defender una opinión, a expresarla de forma asertiva y a explorar límites en cada disputa.
La española, coautora del libro Compartir la vida educa, insiste en que “la vida comporta conflictos y situaciones desagradables que tenemos que afrontar, y nuestra manera de hacerlo depende de qué mecanismos hayamos aprendido”. Y va más allá, asegura que los niños más pasivos han aprendido a reconocer sus límites, a expresarse y a hacerse oír, y lo han logrado de manera acelerada en casa, cuando era algo que hacían en los recreos de la jornada escolar.
Los niños son un gran ejemplo de resiliencia, “de entender que nos podemos levantar frente a las dificultades y también de saber esperar, porque han aprendido a tener paciencia para lograr la atención de los adultos, a adaptarse a los cambios, a ser más flexibles y creativos porque han visto cómo sus padres han convertido su hogar en una oficina y también en un centro de juegos”, explica Ana María Martínez, psicóloga de preescolar del Gimnasio Femenino.
Y lo observan en las estudiantes de preescolar que volvieron al colegio bajo el modelo de alternancia. “Son felices de reencontrarse con sus compañeras y tienen muy acentuadas sus habilidades de autocuidado y un sentido profundo de empatía y respeto por el otro y el medioambiente: usan el tapabocas sin problema, mantienen el distanciamiento social, se adaptan a los cambios con más facilidad y fluyen ante las diferentes situaciones y rutinas”, agrega Marcela Junguito, rectora de esta institución.
Pero si hay algo que extrañen los papás de los menores de 2 años, es que no puedan compartir cara a cara con otros de su edad. “Algo que es necesario –dice Acero–. Por eso las organizaciones de salud promueven el retorno a clases presenciales también en los más grandes; está claro que nada reemplaza el contacto y la estimulación en sus movimientos, lenguaje, capacidad de relacionamiento, autonomía y esa sensación de seguridad que se fortalece cuando socializan con sus iguales”.
Una de las consecuencias de no hacerlo es que desarrollan menos motricidad fina. Así lo advierte ‘Salud mental infanto-juvenil y pandemia de covid-19 en España: cuestiones y retos’, una investigación realizada por pediatras españoles, refiere Acero. Y en situaciones de confinamiento, sus hábitos son diferentes comparados a los que desarrollarían en entornos escolares.
En estos últimos establecen con más facilidad hábitos y rutinas. “Sucede porque están en una etapa en la que necesitan estructura para hacer actividades específicas en horas delimitadas y fortalecer su autonomía y autocontrol. Pero si en esta pandemia se nos perdió el horario a los adultos y se nos puso la vida de cabeza, ¿cómo será a los niños?”, concluye el psicólogo.
Flor Nadyne Millán Muñoz - para el tiempo Twitter: @NadyneMillan

Más noticias de Vida

icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO