Estudiar al aire libre y no en aulas. En diferentes partes del país, y no solo en las instalaciones de una institución educativa. Esa es la propuesta que desde hace un año viene implementando Kajuyalí School, un colegio que implementa una metodología totalmente diferente al sistema educativo tradicional y que, de acuerdo con sus fundadores, puede lograr excelentes resultados académicos.
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Se trata de una institución que busca combinar dos modelos de aprendizaje que han sido catalogados internacionalmente como de los de mejores resultados. Por un lado, se encuentra el modelo norteamericano de aprendizaje a través de la aventura (Adventure-based Learning - ABL), y por el otro el modelo finlandés aprendizaje a partir de fenómenos (Phenomenon-based Learning - PBL).
Con estas metodologías, que buscan que el aprendizaje sea más experiencial y menos una transmisión de conocimientos, el Grupo Kajuyalí, una compañía que desde hace 30 años viene trabajando con varias instituciones con programas de educación a campo abierto informales mediante actividades como salidas pedagógicas, ahora trabaja de lleno en la formación de estudiantes, por ahora solo atendiendo a menores en grados de bachillerato.
Pese a su corto tiempo de estar en funcionamiento, este colegio ha sido reconocido incluso por la ministra de Educación, María Victoria Angulo, quien destacó a este como “un modelo muy interesante, un proyecto con un enfoque integral y experiencial”.
El modelo ha demostrado ser exitoso. Estudiantes han tenido una experiencia muy positiva, especialmente quienes sienten que no pueden pertenecer fácilmente a la metodología de aprendizaje tradicional
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De acuerdo con Juan Mario Gutiérrez, rector de la institución, los resultados del primer año de operación han sido positivos: "El modelo ha demostrado ser exitoso. Los estudiantes han tenido una experiencia muy positiva, especialmente en estudiantes que sienten que no pueden pertenecer fácilmente a la metodología de aprendizaje tradicional que tiene Colombia. Y, además, hemos podido medir mediante pruebas que han aprendido mucho”.
Y es que la propuesta educativa de Kajuyalí School difiere bastante de la forma en que las personas están acostumbradas a pensar de un colegio. A diferencia del modelo tradicional, en el que los estudiantes asisten cada día a un salón de clases, en esta institución los estudiantes pasan apenas tres días en el aula. El resto del trabajo se hace en campo.
De esta forma, los estudiantes se dedican a estudiar, durante el año, ocho fenómenos diferentes (dos por periodo académico). Ese fenómeno puede ser tan diferente como la migración, la familia, el cambio climático, entre otros. Son los mismos estudiantes los que se encargan de seleccionar esta temática, a partir de la cual se desarrollarán todas las materias.
Así lo explicó Gutiérrez: “A partir de este fenómeno, desarrollamos con los estudiantes los contenidos de todas las materias. De esta forma, desde el mismo tema aprenden de historia, matemáticas, física, química, literatura, lenguaje, y las demás materias”.
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Y agregó: “Y para desarrollar el programa, los jóvenes viajan juntos durante 10 días, en los cuales tienen contacto directo con el fenómeno a estudiar, con las comunidades y con los ecosistemas. Todo esto hace que la experiencia de aprendizaje sea más significativa y puedan no solo aprender más sino mejor”.
El proceso se complementa con un proceso de estudio y profundización de la temática de cinco días y posteriormente dos días de evaluación. Un ciclo de un mes en el que todo el tiempo son guiados por los profesores.
De esta forma, el estudiante experimenta la educación presencial, en campo y en línea, lo que le permite salir de la rutina y hacer del aprendizaje un proceso más amable y divertido.
"En cuanto al aprendizaje, tener acceso a diferentes saberes de manera experiencial genera mejor recordación y buena capacidad crítica. Les aplicamos una prueba tipo Saber de muestra, y con eso hemos comprobado no solo que cumplen con los logros académicos de nuestro PEI sino también los saberes que los estudiantes deben alcanzar de acuerdo con los estándares establecidos por ley", señala Gutiérrez.
La experiencia de convivencia intensa que tienen los estudiantes desarrolla en ellos buenos resultados en temas sociales, de integración grupal, convivencia y resolución de conflictos
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Y añade: “Pero también, todo esto nos ha permitido ver que el modelo ofrece un fuerte componente en habilidades blandas. La experiencia de convivencia intensa que tienen los estudiantes desarrolla en ellos buenos resultados en temas sociales, de integración grupal, convivencia y resolución de conflictos”.
Sin embargo, al tratarse de menores de edad que están viajando por diferentes partes del país juntos, resulta ser un trabajo de mucho cuidado, ya que se debe velar en todo el tiempo por la integridad física y mental de los estudiantes.
“Para este trabajo debemos tener mucha experiencia y entrenamiento. Eso lo hemos ganado a lo largo de los años con nuestro trabajo, que es precisamente educación a campo abierto. Llevamos tres décadas haciendo esto, lo que nos ha permitido ser expertos en prestar servicios de salidas pedagógicas a varios colegios. Con esa experiencia, hemos logrado construir procedimientos especialmente diseñados para garantizar la seguridad e integridad de los menores de edad. Contamos con seguros, siempre nos acompañan médicos y todo el personal psicosocial”, explican.
REDACCIÓN EDUCACIÓN
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