Mientras sus vecinos y amigos del barrio iban al colegio, aprendían a leer y a escribir y dedicaban las tardes a hacer tareas, Ángela, Jhon y Jimmy permanecían todo el día en su casa, jugando y esperando a que su madre llegara del trabajo. Nunca fueron al colegio, no supieron lo que era estar en un aula de clase, salir a descanso con sus amigos, escribir su nombre o sumar y restar.
Estos tres hermanos, oriundos de Condoto, Chocó, llegaron muy pequeños a Bogotá, con su madre y otros tres hermanos. En el viaje, sus registros y documentos se perdieron; era muy difícil que alguien se los enviara desde el pueblo y pasaron mucho tiempo indocumentados en la capital, razón por la cual no los recibieron en ningún establecimiento educativo.
No fue sino hasta el año pasado, en el marco del Programa Nacional de Alfabetización, cuando estos chocoanos tuvieron la oportunidad de asistir a clases y empezar a cursar la primaria.
“Yo me di cuenta del programa en Soacha, les dije que era los sábados; se emocionaron mucho y empezamos a ir juiciosos a clase”, contó Ángela Palacios, de 22 años y madre de un niño de 4.
Cada sábado, de siete de la mañana a tres de la tarde, Jimmy, el menor (de 14 años), el más tímido y el de pocas palabras, cambia el control del Xbox por un cuaderno y un bolígrafo, y con toda la disposición llega a su salón de clases a practicar las vocales, las sumas y restas y a mejorar su lectura.
“Ya no nos dejamos tumbar tan fácilmente. Ya podemos hacer cuentas, montarnos en un bus solos; ya puede ir uno a un supermercado y ver los precios; antes había que preguntarle a la gente porque no sabíamos”, recordó Ángela.
El Programa Nacional de Alfabetización tiene como objetivo formar en áreas como matemáticas, lenguaje, ciencias naturales y ciencias sociales a jóvenes desde los 15 años y a personas sin ningún conocimiento escolar, reducir el índice de analfabetismo del país y ofrecer muchas más opciones de educación superior y ofertas laborales a quienes cursen todos los ciclos y terminen el bachillerato.
Matemáticas, español y sistemas son sus materias preferidas. Jhon Deivis, de 16 años, sueña con ingresar a la universidad y estudiar una carrera ligada a la computación, pues dice haber descubierto un talento en esta área.
A pesar de haber pasado tanto tiempo sin pisar un colegio, y de haber soportado las burlas de muchas personas, ellos siguen soñando con graduarse en el colegio y entrar a la universidad. Quieren construir un mejor futuro para ellos y su familia.
EL TIEMPO