Un aire de optimismo se respiraba en la tarde del jueves en círculos del Gobierno, ante la posibilidad de que pronto se llegue a un acuerdo que permita levantar el paro de maestros, que ya cumplió un mes y cinco días.
Esperamos que el acuerdo con Fecode se dé en las próximas horas y que el paro se levante lo antes posible. Estamos cerca: @alfonsoprada
— Presidencia Colombia (@infopresidencia) 15 de junio de 2017
De hecho, fuentes cercanas a la mesa de negociación le dijeron a EL TIEMPO que hay un ambiente distinto entre el Ministerio de Educación y Fecode, y que parece haber mayor proximidad entre ambas partes. Incluso, al cierre de la edición no se descartaba que el jueves en la noche mismo se llegara a un acuerdo o, en caso contrario, el viernes por la mañana.
No obstante, desde el sindicato de los docentes oficiales aseguraron que “se ha avanzado muy poco”.
Esta frase es muy diferente a las que los directivos de Fecode habían expresado hasta el jueves, a los periodistas: “No ha habido ningún avance”, y por lo menos suena esperanzadora, después de más de un mes de cese de actividades en los colegios y escuelas oficiales.
Y es que la preocupación ante la falta de diálogo entre ambas partes se ha extendido a varios sectores de la sociedad, principalmente porque son más de ocho millones de niños los que han estado sin clase los días que ha durado el paro.
El último pronunciamiento se dio por parte de los obispos de la Iglesia católica, quienes hicieron pública una carta en la que demuestran su preocupación ante la prolongación del cese de actividades de los maestros.
“Nos inquieta que no se haya podido llegar a un acuerdo en torno a las demandas y situaciones que los docentes han hecho evidentes en sus protestas y pronunciamientos”, aseguran los arzobispos de Tunja, Luis Augusto Castro, y de Villavicencio, Óscar Urbina; el obispo de Valledupar, Óscar José Vélez, y el obispo auxiliar de Medellín, Elkin Fernando Álvarez.
En dicha comunicación, los jerarcas aseguran con preocupación que “este paro se ha convertido en una verdadera emergencia educativa con hondas repercusiones en todas las instancias sociales, en especial la familia”.
Los religiosos invitan a las partes al diálogo “centrado en el bien común” y señalan que “es necesario tender hacia un sistema educativo de alta calidad, que cobije a todos, especialmente a los más pobres”, a la vez que reconocen avances en cobertura.
Y mientras Fecode y el Ministerio de Educación dialogaban, el jueves los maestros se volvieron a movilizar en varias ciudades. En Bogotá, por ejemplo, por segunda vez en la semana, los maestros se tomaron la calle 26 y bloquearon la circulación de los buses articulados de TransMilenio –estuvieron cerradas nueve estaciones y el portal El Dorado– y de vehículos particulares por este corredor vial que comunica al occidente y al oriente de la ciudad.
Con el bloqueo de la calle 26, actividad en la que participaron cerca de 4.000 docentes, se congestionó por segundo día consecutivo el tránsito por las calles 13, 53 y 63 y la avenida La Esperanza, que sirvieron de vías alternas, pero que se vieron atascadas por las largas filas de vehículos particulares y de buses del SITP.
No obstante, desde el sindicato de los docentes oficiales aseguraron que “se ha avanzado muy poco
El caos vehicular también fue porque a la altura de la calle 26 con la carrera 103, personal de la Aerocivil realizó una manifestación que afectó la movilidad de este importante corredor que conduce al aeropuerto El Dorado.
Las negociaciones entre Fecode y el Mineducación, que incluso se han visto suspendidas por cerca de una semana, han estado empantanadas en el punto económico, que incluye bonificaciones, nivelación salarial para el 2020 y el 2021 y mayores recursos para el sector de la educación.
EL TIEMPO