La historia de Esteban Cortázar es hija de la buena fortuna y el buen talento: a los 13 años, sus dibujos llegaron a las manos del diseñador Todd Oldham (exdirector creativo de marcas como Old Navy), y, diez años después, Cortázar se convirtió en el director creativo de la firma francesa Emanuel Ungaro. Sí, solo tenía 23 años cuando ocurrió esto.
Nació en Colombia pero fue criado más que todo en Estados Unidos. Hoy domina París con sus prendas, que además están presentes en más de 30 tiendas en todo el mundo, incluyendo Net-a-Porter, Matches y Colette.
Con esta última organizó el proyecto EC+Colette durante la celebración del año Colombia-Francia 2017: una muestra diversa de artesanías, diseños, música, libros y gastronomía colombiana bajo el concepto de una típica ‘tienda de barrio’ que inspiraba el cambio positivo de la percepción de Colombia.
Por ese esfuerzo y su trayectoria recibe este lunes, durante el festival El Dorado en Bogotá, el nombramiento como primer embajador de Lo Mejor de Colombia, un título de la estrategia Marca País de ProColombia que busca generar apropiación y orgullo por lo colombiano en el exterior.
Este año, su nombre ha resonado bastante en el panorama mundial y también ha colaborado con marcas y ferias nacionales. Ahora lleva el respaldo de Marca País. ¿Se siente reconectado con Colombia?
Por cómo me inspira el país y por mis raíces familiares, siempre he tenido una conexión muy personal con Colombia. Es innegable que mi historia ha inspirado a nuevas generaciones colombianas a creer en sí mismas y a impulsarse en sus sueños, y a través de esa ‘doble inspiración’ es que me siento cada vez más conectado con el país.
Lo que quiero hacer con Marca País es precisamente usarla para inspirar, para abrir mentes, para que exista un diálogo para impulsar a la juventud en Colombia.
Otras circunstancias como el establecimiento del año Colombia-Francia, que fue lo que me dio la idea de hacer Colette, me hicieron ponerme aún más en contacto con muchas esferas culturales del país, y con proyectos como las colaboraciones con Seven Seven y el Éxito hubo una manera de decir que podemos hacer algo que vive en Colombia pero que también vive y puede ser consumido en todas partes.
Representa a un país en el que no vive, que visita cada tanto y que experimenta muchos cambios. ¿Qué le queda de Colombia siempre?
Una de las cosas que he visto en estos últimos años es que los colombianos somos muy orgullosos de serlo. Colombia ha vivido momentos tan oscuros en los últimos 20 años y hemos pasado por épocas tan difíciles que aunque evidentemente no todo está resuelto, lo lindo es que veo que la nueva generación está tan interconectada que eso abre mucho más la mente creativa, y en Colombia se nota ese cambio.
Sin embargo, en Colombia y Latinoamérica persiste la idea de que a menos de que estudies por fuera, no vas a tener tanto éxito en tu país.
No estoy de acuerdo con esa idea, especialmente hoy en día. Creo que en Colombia a nivel de oportunidades está cambiando mucho, y también hay que entender que aunque cada contexto funcione de forma diferente, eso no significa que no se puedan gestar e implementar ideas en él. Obviamente irse del país a estudiar o tener otras experiencias enriquece la forma como solucionas problemas y propones ideas y vives diferentes experiencias personales, pero funciona para alguien de París que va para Colombia y viceversa.
La moda es cada vez más una plataforma usada para visibilizar problemas sociales. Por ejemplo, las camisetas con mensajes de empoderamiento femenino están en auge.
Como diseñadores y como marcas tenemos una plataforma; eso significa que la moda siempre ha sido un reflejo de lo que está pasando en el mundo porque es producto de lo que está pasando alrededor. Evidentemente, con las divisiones políticas y sociales que se han visto en el mundo en este último año, la moda no está exenta de visibilizarlo más y más.
Los diseñadores tenemos el deber de celebrar y reaccionar ante las realidades que nos rodean. En mi caso, siempre trabajo con modelos de distintos contextos culturales, distintos tipos y colores de pieles porque esa diversidad es la que quiero reflejar y al tipo de mujer al que le quiero dar mis diseños.
La prensa lo sigue llamando ‘el niño grande la moda’. ¿Qué tiene de niño y qué tiene de adulto?
Ya no soy ningún niño, y nunca me vi como uno... pero parte de una actitud de niño que siento que nunca hay que perder es, por ejemplo, no preocuparse por cómo te llamen los otros o por lo que digan de ti, como en este caso.
Para mí es muy importante tener esa parte madura; también, esa parte ‘de grande’, si quieres ponerlo así. Desde que tengo 17 años llevo formando mi negocio; he tenido momentos buenos y malos, y todo eso te va haciendo madurar, pero la idea es nunca perder la curiosidad que uno tiene como persona, esa espontaneidad como ser humano que tienes especialmente cuando eres niño.
Con la designación de Esteban Cortázar como embajador de Marca País se formaliza el programa que busca generar una red de personalidades reconocidas por su desempeño profesional, artístico, deportivo o cultural en el extranjero, para que apoyen acciones de promoción en el mundo.
Los embajadores, como Cortázar, participarán en campañas que refuercen el orgullo nacional o replicarán mensajes positivos a través de redes sociales o canales propios, entre otros compromisos que estas personalidades tendrán para promover la imagen de Colombia en el exterior.
MARU LOMBARDO
Redacción Vida Moderna @puntoyseacabo