La ‘Encuesta de comportamientos y actitudes sobre sexualidad en niñas, niños y adolescentes escolarizados’ empieza con preguntas sobre características generales, como cuántos años tiene y el sexo; luego pasa al entorno social, con quién vive o “en los últimos 12 meses, ¿qué han hecho usualmente en tu hogar cuando se presentan problemas?”; más adelante pregunta por casos de maltrato y así progresivamente hasta llegar al capítulo de sexualidad.
Y son precisamente algunas preguntas contenidas en este punto las que dieron origen ayer a una fuerte polémica. De acuerdo con organizaciones de padres, de colegios y religiosas, esta encuesta, que el Dane realiza desde el 2006, recurre a preguntas explícitas sobre sexo, y a palabras y expresiones inapropiadas para los menores de edad.
La encuesta busca llegar a más de 54 mil niños y adolescentes, entre los 11 y los 18 años, distribuidos en colegios públicos y privados de Bogotá, Cali y Cartagena. El documento, que se presentó en el 2014, fue elaborado en conjunto con la Policía, Bienestar Familiar, el Ministerio de Salud, la Fundación Renacer y la Fiscalía. (Lea también: Esta es la encuesta de comportamiento sexual que defiende el Dane)
Frente a la polémica generada, Mauricio Perfetti, director del DANE, explicó que lo que se busca es “recabar información para diseñar políticas públicas que protejan a la infancia”, y aclaró que “el lenguaje que se usa es lo más exacto posible y pretende no dar lugar a equivocaciones y que todo sea claro y evidente para el estudiante que responde”. Y presentó cifras como que el 7,5% de los niños menores de 13 años han tenido relaciones sexuales y el 8,9% han sido forzados a tener relaciones”.
Una de las principales causas de la polémica es la definición que le da el documento a relación sexual, que “incluyen, además de besos, abrazos y caricias, contacto genital (pene-vagina, pene-ano, pene-boca) o penetración con otro tipo de elementos u objetos”.
Según Marta Lucía Palacio, psicóloga y educadora terapeuta sexual, sobre esa frase “es muy explícita y pudieron dejar solo la primera parte. No se deben incluir cosas en un contenido de esta índole. Están dando elementos que probablemente estos niños a esas edades no manejan”.
Sin embargo, la psicóloga también aseguró, con respecto al resto de preguntas, que “son explícitas pero claras” y que es necesario este tipo de cuestionarios para poder generar políticas de prevención contra el abuso infantil. “Les pueden sonar muy duras a los padres –insiste la especialista-, pero como son problemáticas que están pasando hay que sondearlas. Necesitamos conocer qué pasa. Son temas muy escondidos en los niños”.
Carolina Piñeros, directora de RedPaPaz, una organización de padres de familia que demostró su inconformidad con el cuestionario, sostiene que es fundamental que se mantenga la encuesta. “El maltrato y el abuso sexual son problemas que debemos combatir, y este tipo de acciones lo permiten”, dijo. (Además: Verdades y mentiras en el debate sobre las cartillas en los colegios)
No obstante, aclaró que “lo que le pedimos al Dane es que tenga en cuenta a los padres de familia, que además en este tipo de encuestas se presenten ante un comité ético que decida si las preguntas están ajustadas a las edades a las que se les acerca”.
Otros opinan que preguntar cosas como “¿Alguna vez has recibido algo a cambio de exponer tu cuerpo?” o “¿Alguna vez has participado en juegos sexuales en grupo?”, inducen a los menores a incurrir en estas prácticas.
Sin embargo, según Miguel Rueda Sáez, director de Pink Consultores, empresa formada por psicoterapeutas especializados en temas de sexualidad, “la sexualidad es una de las facetas que constituyen la identidad de los seres humanos. Hablar o no de sexualidad, hacer preguntas directas o no acerca de ciertos aspectos de ésta, no se constituye como un indicador de inicio o no de una vida sexual”.
Las redes sociales han sido también un foco de críticas y de acuerdos con la encuesta. Hay comentarios como “Eso huele a morbosidad sexual del Dane con los niños. Investiguen”.
No obstante, también hay quienes piensan que se trata de “preguntas normales; el miedo que tienen es que vayan a decir ‘Sí, me han tocado sin mi consentimiento, el profe, el rector, el papá, el párroco del barrio” o “En este país la doble moral es la que se impone; se escandalizan con preguntas normales y no se preocupan por darles un buen ejemplo a los niños”.
Con estos últimos comentarios coincide Isabel Cuadros, directora de la asociación Afecto contra el maltrato infantil: “Creo que el problema no es preguntar, es lo que les pasa a los niños. Lo que debe escandalizarnos son las cifras de abuso y maltrato que tiene el país”, y agregó que “en algunos casos las redes de explotación sexual penetran en los colegios y no se les está prestando la atención debida”.
Según la misma Cuadros, “hay investigaciones que demuestran que en Colombia los niños empiezan a tener relaciones sexuales desde los 12 a 13 años. Además, la estadística mundial dice que una de cada cuatro niñas ha sido víctima de abuso y uno de cada seis niños también”.
Entonces concluye que hay que protegerlos, “pero eso no significa en la ignorancia. Se les debe hablar claro sobre sexualidad. De esa manera se previene, como también hay que meter a los agresores a la cárcel”.
Datos que indignanEntre los hallazgos más recientes que esta encuesta hizo se encuentran los siguientes:
El 12,4% de los niños, niñas y adolescentes reportaron que les han tocado alguna parte de su cuerpo de manera sexual sin que lo quisieran.
Del total de niños, niñas y adolescentes que han tenido relaciones sexuales, el 3,0% informaron haber recibido algo a cambio de tener relaciones sexuales.
El 6,2% de niños, niñas y adolescentes que han tenido relaciones sexuales, informaron haber sido forzados a tener relaciones sexuales sin que lo desearan.
SIMÓN GRANJA MATÍAS
Redactor de EL TIEMPO
Twitter: @simongrma
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