Un grupo de voluntarios bogotanos y santandereanos desde el 2016 vienen trabajando en una iniciativa para lograr hacer una biblioteca interactiva para los niños del Valle de Bahía Solano (Chocó) con el fin de que estos aprendan no solo de matemática, biología, español sino que sepan sobre ciencia y vean el universo de manera más real. Hasta el momento han recogido 3.100 libros.
Estas personas, que trabajan con el apoyo de la Coordinación del Área de Prevención de la Dirección Nacional de Antinarcóticos de la Policía Nacional, se dieron a la tarea de crear un banco de lectura con libros que fueran donados por los colombianos.
Camilo Prieto, médico cirujano y vocero del Movimiento Ambientalista Colombiano afirma que “entramos con una primera estrategia que fue preguntarle a los niños por sus aspiraciones y nos llamó mucho la atención que los jóvenes, muchos de ellos, quieren ser narcotraficantes o trabajar en la minería ilegal. Entonces nos inventamos una estrategia para poder cambiarles el horizonte y de ahí nace Chocolectura”.

El objetivo de esta biblioteca es educar a las familias de Bahía Solano sobre la biodiversidad que existe a su al rededor.
Cortesía: MAC
El programa cuenta con más de 30 voluntarios entre estudiantes universitarios, docentes y profesionales en la salud que trabajan con los niños, adolescentes y padres de familia para que aprendan, conozcan, se eduquen y tomen consciencia sobre la importancia de preservar y conservar la riqueza tanto humana como natural del Chocó.
En el corregimiento el Valle de Bahía Solano, que es privilegiado al ser considerado como una de las mejores regiones del país para observar aproximadamente más de 650 especies entre aves, tortugas, ballenas, ranas, murciélagos entre otras, estos voluntarios enseñan a las comunidades del Chocó a preservar y saber aprovechar la riqueza que los rodea.
Adicional a esto, Chocolectura cuenta con la ayuda del Observatorio de la Universidad Nacional para que estos niños no solo aprendan a leer sino que conozcan el cosmos, las estrellas. Por esto, se inició un plan de jornadas de observación con telescopios profesionales, con el fin de vincular a profesores y alumnos voluntarios para que vayan y hagan las respectivas explicaciones a los niños y puedan ver la realidad del universo.

Los libros solo pueden ser entregado vía aérea por el difícil acceso al pueblo.
Cortesía: MAC
“Lo que buscamos es que estos niños tengan otra lectura del mundo, no solo se queden con lo que ven en los libros sino también que vean más allá a través de un telescopio”, indicó Prieto.
De los 3.100 libros donados desde distintas regiones del país, empresas como PayU hicieron una donación de 80 escritorios que sirvieron para dotar la biblioteca, un colegio y a los estudiantes más destacados. “Queremos acercar a las personas al concepto de la reutilización y divulgar los beneficios sociales y ambientales de esta práctica”, afirmó el médico.Estos voluntarios que viajaran a Bahía Solano los próximos meses, siguen recibiendo los libros en las siguientes direcciones: en Bogotá en la carrera 14a #112-59, Tunja: calle 37a No 4a -10 apto 401, Sogamoso: Instalaciones Biblioteca Pública, Bucaramanga: carrera 29 #20 - 46 - San Alonso Apto 101, Cúcuta: Av. 16E #4N - 71 casa 1-44 y Villavicencio: carrera 47 # 47 A 44 - Campiña.

Además de enseñarles a leer, los voluntarios junto con las familias hacen actividades interactivas para fomentar la unión y el conocimiento.
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