"Accedan a la plataforma, saquen los kits de robótica y continuemos con sus prototipos”. Así comienza sus clases de tecnología e informática la profesora Sindey Carolina Bernal en el colegio distrital Enrique Olaya Herrera, ubicado en el sur de Bogotá, en el cual trabaja desde hace cinco años.
‘Sincaro’, como le llaman sus alumnos, ha sido reconocida en varias ocasiones por liderar un proyecto educativo que busca crear tecnología inclusiva para estudiantes de primaria en condición de discapacidad, ya sea física o cognitiva, una iniciativa que muy pronto se convirtió, además, en el semillero InclutecEOH.
Hoy, en el día del maestro, Bernal es un ejemplo de que la inclusión se puede lograr con tecnología e innovación.
Con gran admiración, la licenciada en diseño tecnológico de la Universidad Pedagógica, recuerda cómo creó InclutecEOH. “La idea surgió cuando estaba estudiando. Conocí a varios compañeros sordos y quise aprender la lengua de señas. Por eso, busqué aprovechar mi carrera para solucionar problemáticas y necesidades a partir de la tecnología”, cuenta.
Su proyecto se materializó una vez hizo parte del equipo de docentes del colegio Enrique Olaya Herrera, que actualmente cuenta con más de 40 niños de primaria en condición de discapacidad. El semillero consiste en que los jóvenes de décimo y once apadrinen a un estudiante de primaria en condición de discapacidad, comparten con él y, en conjunto, puedan crear herramientas que permitan tener ambientes inclusivos, durante dos años.
Algunos de los resultados del semillero han sido un simulador virtual de terapias físicas, un soporte técnico virtual para personas sordas, una herramienta para control del computador para personas sin antebrazo, una aplicación que apoya la educación para niños con síndrome de Down, robots y teclado braille para invidentes.
Édgar Riveros, rector de la institución, cuenta cómo ha sido la experiencia con InclutecEOH. “Este proyecto es participativo de principio a fin. La profesora ha vinculado a los estudiantes y ellos han adquirido competencias no solo en el manejo de la tecnología sino en creatividad y emprendimiento, que son importantes para el mundo laboral”.
Para Lorena Gavalo y Santiago Ramírez, estudiantes de grado 11 y que están trabajando en un proyecto de robótica ambiental, la docente “tiene una dinámica muy diferente de enseñar a los otros (...). Ella nos inscribe en muchos concursos y nos enseña a seguir adelante, a darla toda en nuestras ideas y terminar lo que iniciamos”.
InclutecEOH ha sido reconocida en iniciativas como el programa ICT Training for Colombian Teachers en Corea y en la Noche de los Mejores en la categoría Experiencia Significativa en el uso de las TIC, ambos del Ministerio de Educación. También fue exaltada en Semilleros de Investigación Escolar del Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico.
“A mis estudiantes siempre les digo que se atrevan a soñar, a crear y a mejorar. Colombia puede ser un país incluyente y si todos aportamos a un objetivo en común: fortalecer el aula. La educación no se queda aquí, si ellos quieren llegar más allá, deben seguir estudiando, seguir innovando y creando”, recomienda Sindey.
DANIELA PINTO MOLINARES
REDACCIÓN VIDA