Uno de los problemas matutinos más fastidiosos del diario vivir son los trancones que se forman en diferentes zonas de las principales ciudades de Colombia. Incluso, los pueblos tampoco se salvan de ciertos atascos en áreas muy pobladas.
En principio, es importante estudiar en tráfico para evitar los retrasos de camino al trabajo, estudio y demás actividades habituales.
La teoría de juegos -área de la matemática aplicada que utiliza modelos para estudiar interacciones en estructuras formalizadas de incentivos- tiene muchas aplicaciones. Una de ellas es el análisis de la movilidad, basándose en las decisiones de los conductores, y los resultados de estas observaciones son sorprendentes.
Le contamos cómo podría evitar los trancones por medio de las matemáticas aplicadas.
Si la decisión de cada uno de los conductores que sale en la mañana en su automóvil es tomada de manera racional, el tráfico puede ser analizado y predecible.
De acuerdo con 'La Razón', de España, cuando se construye una nueva carretera los trayectos pueden ralentizarse; por lo que cerrar carreteras que no sean camino directo reduciría los trancones.

¿Qué es la teoría de juegos?
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Este efecto, que suena bastante anti-intuitivo, sucede porque decidimos qué ruta tomar para llegar lo antes posible a nuestro destino. Lo mismo hace el resto de conductores, sin tener en cuenta las consecuencias para el resto de vehículos.
Este pensamiento individualista suele causar que termine llenándose de carros la misma vía.
En términos matemáticos podría interpretarse por medio de hipótesis. Digamos que hay 6.000 personas que requieren llegar de su casa a su trabajo y tienen dos posibles recorridos: trayecto A y trayecto B.
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El número de vehículos es dividido entre 100 en ambos trayectos.
Ya que la opción más favorable para todo el mundo es que la mitad de los vehículos vayan por un camino y la mitad por el otro, la carretera variable tendrá un tiempo de recorrido de 3.000 entre 100, es decir, 30 minutos. Valor al que se suma el tiempo estimado del recorrido sin tráfico.
Digamos que este es 20 minutos para el trayecto A y 10 minutos para el B. Una persona se demoraría 50 minutos en llegar de un lugar a otro en el primer caso y 40 en el segundo.
La cuestión cambia cuando se construye un nuevo atajo entre A y B que acorta el tiempo de llegada de un punto a otro a 30 minutos, por ejemplo.
Un conductor se da cuenta de que se demora menos por ahí, por lo que decide tomarlo. Otros copian la decisión del primero y aumentan el número de minutos de trayecto.

La planeación colectiva podría evitar, o disminuir, los trancones.
Jaiver Nieto Álvarez. EL TIEMPO
Digamos que 1000 conductores optan por tomar el atajo. Ahora son 4.000 autos los que recorren la misma ruta: casa-A-B-trabajo. Es impresionante el considerable aumento de tiempo a raíz de esta decisión individual, que termina volviéndose colectiva: Cada uno tarda 70 minutos, mientras que, cuando el atajo no existía tardaban de 40 a 50 minutos.
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A este fenómeno se le llama la paradoja de Braess.
"Si todos los conductores se pusieran de acuerdo para que nadie usara el atajo A-B, todos ganarían tiempo. Pero la realidad es que esto no ocurre: en la carretera, cada persona decide por sí misma sin hablar con nadie más", explica el medio español.
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