Un simulador web desarrollado por el ingeniero civil colombiano y docente de la Universidad Nacional de Colombia Andrés Díaz e investigadores de cinco universidades holandesas y estadounidenses determinó que en el año 2030 una inundación ocasionaría daños billonarios en Colombia.
El proyecto investigativo, denominado Aqueduct y es financiado por el Gobierno de los Países Bajos, es un portal open source, lo que significa que cualquiera puede consultar la situación de su país, regiones (departamentos), cuencas (principales ríos) y ciudades, y tiene como finalidad mostrar los resultados de la cuantificación del riesgo a escala global.
Para el caso puntual de Colombia, el costo de los daños por la posible inundación para el 2030 ascendería a 1,3 billones de pesos, el impacto económico del desastre sería de 3,5 billones de pesos y las personas afectadas serían 255.700.
“Las inundaciones causan millones en pérdidas económicas y existe una clara tendencia de aumento debido al cambio climático y al aumento poblacional. Hoy en día, los modelos de cuantificación de riesgo a escala global son una nueva herramienta para que las entidades y actores encargados de la gestión del riesgo en cada país, incluido Colombia, puedan cuantificar y tomar medidas para la mitigación del mismo,”, aseguró Díaz, quien también es master en ciencia y doctorado de la Universidad Politécnica de Cataluña.
Aparte del cambio climático y el aumento poblacional, el sistema también simula las consecuencias en daños urbanos y el Producto Interno Bruto (PIB).
En charla con EL TIEMPO, Díaz, quien ha participado en cinco proyectos de investigación europeos (Hydrate, Meddman, Sufrí, Imprints y Aqueduct) y en más de 40 para empresas privadas y públicas y quien actualmente es profesor asociado e investigador de la Universidad Vrije, de Ámsterdam, contó funciona el simular.
¿De qué se trata el proyecto?
El proyecto Aqueduct Global Flood Analyzer tiene como finalidad mostrar los resultados de la cuantificación del riesgo a escala global. En la primera versión, se expusieron indicadores de riesgo (daños económicos, población y PIB expuestos) para eventos de inundación de origen fluvial. En la segunda versión, nos encontramos trabajando para incluir eventos de origen costero (tormentas intertropicales y extratropicales e incremento del nivel de mar).
Asimismo, estamos desarrollando una metodología para cuantificar un nuevo indicador: las pérdidas potenciales de vidas humanas.
¿Cómo surgió la idea?
La ciencia de la cuantificación del riesgo de inundaciones es relativamente nueva comparada con otras ciencias. En ese sentido, existe un vacío de información de los indicadores, tanto a escala local como regional y global. Por esta razón, y con el fin de que los países tengan unos primeros resultados comparativos de los cuales puedan guiarse para desarrollar estudios a escala regional o local, se decidió emprender el desarrollo del portal Aqueduct, hace tres años.
¿Cómo funciona?
Para la cuantificación del riesgo a escala global se incluyen los resultados del forzamiento de siete modelos de circulación atmosférica, que incluyen escenarios de cambio climático. Posteriormente, se corre un modelo hidrológico a escala global acoplado a un modelo de inundación para así poder obtener las profundidades de inundación (conocido como calado hidráulico) para todo el dominio de la tierra. Finalmente, en conjunto con los resultados social-demográficos se ingresan en el modelo de impacto desarrollado por la Universidad Vrije, de Ámsterdam, para obtener los indicadores de riesgo.
Lo anterior en lenguaje común sería: se estiman escenarios de lluvia presente y futura, se observa que profundidades asociadas producen sobre los ríos y ciudades en el mundo, y, junto con la información de exposición presente y futura (población y edificios, etc.), se cuantifican los posibles daños y demás indicadores.
¿Cómo prevenir el impacto de esa posible inundación en Colombia?
En estos resultados preliminares, los indicares del riesgo (PIB, población y daños urbanos) muestran incrementos considerables si no se implementan medidas de mitigación. La razón de lo anterior, no solamente se justifica por el cambio en las intensidades y frecuencias de los eventos, sino también por el incremento poblacional y el desarrollo del país.
Eso producirá que no solamente existirán más personas expuestas, sino que, adicionalmente, habrá más propiedades expuestas a daños. Es por esto que la planificación mediante planes de gestión del riesgo tendrá que ser obligatoria en el país.
Actualmente, el Gobierno ha intentado ponerse al día con respecto a este tema mediante varias iniciativas. Sin embargo, harán falta muchos más esfuerzos si no se quieren tener pérdidas potenciales económicas y de vidas humanas.
KATALINA SALAZAR
Para EL TIEMPO
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