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Ciencia

La difícil maniobra de dos cosmonautas para salvar una estación espacial

Vladímir Dzhanibékov y Víktor Savinij participaron de la misión

Vladímir Dzhanibékov y Víktor Savinij participaron de la misión

Foto:Twitter: @Viktoriya1945 / @roscosmos

Salyut-7 generaba peligro porque perdió su control y podía estrellarse contra la Tierra.

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Salyut-7 era una estación espacial puesta en órbita por la Unión Soviética en abril de 1982. Su desarrollo la posicionaba como uno de los mayores logros para el país. Sin embargo, tres años después de estar en el espacio se perdieron las comunicaciones.
Aquel 11 de febrero de 1985 la nave se apagó y asustó a los ingenieros y astronautas en tierra, pues no se conocía qué había pasado a miles de kilómetros de distancia.
La tarea para llegar hasta su ubicación y entrar en ella resultaba impensable en esa época, según reseñó el portal ‘Sputnik’. Era toda una odisea por el riesgo que representaba enviar a astronautas que podrían morir.
Aun así, debían hacerlo.

‘La estación estaba muerta’

Vladímir Dzhanibékov y Víktor Savinij, experimentados astronautas, fueron elegidos para viajar al espacio, encontrar la estación y tratar de acoplar la nave en la que se movilizaban con el fin de recuperar el control.

Estaría bien si caía en el océano, pero eso no lo podíamos controlar

“La estación estaba muerta, es decir, no reaccionaba al sistema de control, no funcionaba. Era necesario acercarse a Salyut-7 como si fuera una piedra”, dijo en su momento Valeri Riumin, director de la misión, citado por ‘Sputnik’.
Los pilotos se sometieron a entrenamiento especial en simuladores para que cuando estuvieran en ‘medio de la nada’ lograran realizar la misión sin ningún contratiempo.
¿Por qué debían recuperarla? Porque, según comentó Savinij durante una entrevista al medio ‘RT’, se tenía miedo de que la nave cayera de un momento a otro a la Tierra y provocara una tragedia.
“Estaría bien si caía en el océano, pero eso no lo podíamos controlar. No podíamos darle una orden”, reveló el astronauta.

El inicio de la misión

El 6 de junio de 1985 partieron Dzhanibékov y Savinij en la misión. Los pensamientos fatídicos rondaban su cabeza, porque la estación también podría incendiarse o explotar.
El 8 de junio la divisaron en el espacio y empezó la maniobra de acoplamiento. Medían la distancia, veían por la ventanilla cómo se acercaban hasta que llegaron a unos 400 metros de ella.
Salyut-7 se movía con rapidez, pero, gracias al entrenamiento y a la pericia, lograron acoplarse en unos segundos.
“Hubo un momento de júbilo, pero luego no tuvimos tiempo para celebrar nada”, dijo Víktor Savinij, pues el siguiente paso que debían hacer era entrar a la nave y retomar el control, en medio de la información incierta sobre el estado de los gases y otros de sus componentes.

El fallo eléctrico y la falta de oxígeno

Gastaron varios minutos ajustando los botones y perillas que regulaban la presión de la estación. Una vez creyeron que todo estaba bajo control en ese sentido, abrieron la escotilla y notaron que adentro reinaba la oscuridad y el frío.
Además, lograron divisar la escarcha, lo cual significaba que la estación estaba congelada por un fallo eléctrico.

Hubo un momento de júbilo, pero luego no tuvimos tiempo para celebrar nada

Los astronautas recibieron la orden de descansar.
“Desde el Centro de Control de Vuelos nos dijeron ‘muchachos llevan dos días casi sin dormir. Vuelvan a su nave, cierren las escotillas y aquí en la tierra pensaremos qué hacer’”, recordó Savinij, en la charla con 'RT'
Después del descanso, emprendieron sus tareas; la primera: constatar el estado de las baterías. Sin embargo, estaban descargadas.
El oxígeno era otra de las falencias. La respiración de ambos hacía que se acumulará dióxido de carbono, el cual les podría ocasionar la muerte.
“Hubo ocasiones en las que uno de nosotros trabajaba (con una linterna), mientras que el otro abanicaba con lo que tuviera a la mano para disipar el dióxido”, detalló Víktor al medio citado.
La solución fue traer un tanque regenerado y activarlo dentro de la estación para eliminar el peligro.

Victoria espacial

Después de revisar cada cable, botón, perilla, palanca y todo el sistema de control, lograron poner en marcha la electricidad. La etapa siguiente fue limpiar el agua que brotaba de los cubos de hielo y escarcha.
Más de tres meses, como reseñó ‘Sputnik’, estuvieron Vladímir Dzhanibékov y Víktor Savinij ‘salvando’ a Salyut-7. Volvieron a la Tierra el 26 de septiembre de 1985, dejando la infraestructura operativa de nuevo.
Para 1991, con el control sobre ella, las autoridades soviéticas decidieron que la estación debía salir de operación. Retornó a la atmósfera; algunas piezas se incineraron y las restantes cayeron en Argentina.
La titánica misión quedó plasmada en la memoria de los rusos y el mundo cosmonauta. Asimismo, está presente en el libro ‘Apuntes de una estación muerta’ que escribió Víktor y la película ‘Salyu-7’, héroes en el espacio’ que se estrenó en 2017.

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