Este martes la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ratificó un nuevo récord en los océanos del mundo: una boya midió una ola de 19 metros en el Atlántico Norte entre Islandia y Reino Unido.
Aunque la boya registró esta altura el 4 de febrero del 2013, solo hasta ahora la autoridad internacional verificó que se trata de un evento extremo y un récord mundial.
Esta ola se produjo “tras el paso de un frente muy frío, que desató vientos de hasta 43,8 nudos (81,1 kilómetros por hora) sobre esa zona”, aseguró en un comunicado la OMM. El anterior récord de 18,2 metros se había presentado en diciembre del 2007, también en el Atlántico Norte.
El análisis de la nueva ola estuvo a cargo del Comité de Evaluación de Fenómenos Extremos de la Comisión de Climatología de la OMM, formado por científicos de Gran Bretaña, Canadá, los Estados Unidos de América y España.
Wenjian Zhang, subsecretario general de la OMM, señaló que “Se trata de un récord notable. Lo que pone de relieve la importancia de las observaciones y las predicciones meteorológicas y oceánicas para garantizar la seguridad de la industria marítima mundial y para proteger la vida de los tripulantes y pasajeros en las rutas marítimas de mucho tránsito”.
La altura de una ola se define como la distancia desde la cresta de una ola hasta el seno de la siguiente. El término “altura significativa de una ola” se refiere a la altura promedio del tercio de las olas más altas medidas por un instrumento, y equivale a la que un observador vería como altura media de unas 15 a 20 olas bien formadas a lo largo de un período de aproximadamente 10 minutos.
Las olas más altas suelen darse en el Atlántico Norte más que en el océano Austral. La configuración de la circulación de los vientos y la presión atmosférica en el Atlántico Norte en invierno generan tempestades extratropicales intensas, a menudo denominadas "bombas".
El área que se extiende desde los Grandes Bancos, mesetas submarinas frente a la costa de Canadá en torno a Terranova, hasta la costa occidental del Reino Unido, pasando por el sur de Islandia y la depresión de Rockall, reúne las mejores condiciones para alcanzar récords de olas.
Comentar