Gracias al trabajo del proyecto Brakthrought Starshot, se dio el primer paso para lanzar satélites del tamaño de un chip hacia el espacio, con el objetivo de buscar planetas que puedan tener vida, particularmente dirigidos hacia Alfa Centauri, el sistema estelar más cercano al Sol.
El pasado 23 de junio, Startshot logró enviar la primera flota satélites dirigidos a la atmosfera con el propósito de analizarla. Este proyecto costó más de 100 millones de dólares y se desarrolló luego de que la organización puso en el espacio, dentro de un cohete, seis satélites llamados Sprites. Dos de estos con mayor tamaño para que una vez se encuentren en órbita, reciban indicaciones y puedan desprender los otros cuatro y puedan viajar por sí solos.
Cada pequeño satélite pesa alrededor de cuatro gramos y su tamaño es similar al de un chip, ya que mide 3,5 centímetros por cada lado. Adicionalmente, estos aparatos están compuestos por procesadores de computadores, giroscopios, paneles solares y un radio con el cual se comunican con la Tierra.
Sin embargo, hasta el momento los investigadores solo han recibido señales de uno estos satélites impulsados por velas solares -método de propulsión-, ya que el más grande, Max Valier, parece tener problemas con su antena de radio, dispositivo que le permite a los controladores de la misión comunicarse con los Sprites y, además, enviarles comandos para liberar su carga.
A pesar de los problemas presentados hasta el momento, Zac Manchester, investigador de la Universidad de Harvard y líder del proyecto, asegura que sin importar la situación, el hecho de recibir esta débil señal es un triunfo, ya que es el primer intento de llegar al espacio "con una nave espacial de ese tamaño funcionando", según él.
La investigación está orientada a que a través de StarChip se puedan enviar pequeños satélites al espacio para estudiar la atmósfera de la Tierra y el campo magnético del universo. Aunque hasta el momento solo han salido al espacio estos pequeños sensores, la corporación Brakthrought Starshot espera, en un futuro no muy lejano, producirlos en masa para obtener mayor información.
Avi Loeb, investigador de la Universidad de Harvard y presidente de la corporación, afirma que este proyecto podrá hacerse realidad en al menos un década y será posible tener misiones de exploración planetaria sin la necesidad de poner en riesgo naves espaciales de mayor tamaño, una vez se desplieguen en el espacio. Además, se requiere de un trabajo juicioso y minucioso de los investigadores para alcanzar este sueño a través de los Sprites.
Breakthrough Starshot también tiene planes de enviar naves similares que viajen profundamente por el cosmos.
Además, su proyecto para alcanzar otra estrella se basa en el StarChip, una nave espacial en miniatura como el Sprite impulsada por velas solares, las cuales se alimentan con pulsos de luz láser para aumentar su rapidez, al menos hasta una quinta parte de la velocidad de la luz.
Finalmente, aunque la distancia entre la Tierra y Alpha Centauri es de unos 41,3 billones de kilómetros, lo que equivale a una duración de entre 20 y 30 años, se espera con este proyecto realizar medidas sobre las estrellas para analizarlas y capturar fotografías como fuente de información.
La junta directiva de Brakthrough Starshot está conformada por el inversionista ruso Yuri Milner; el físico y científico Stephen Hawking, y el cofundador de Facebook, Mark Zuckerberg.
MARÍA DANIELA VARGAS NIETO
ELTIEMPO.COM