El biólogo colombiano César Augusto Martínez adelantó un estudio con plantas que tienen propiedades que evitan la muerte de las neuronas y pueden utilizarse para la producción de medicamentos contra el párkinson y la esclerosis múltiple.
“El fuerte de la investigación es demostrar que los extractos alcohólicos de las plantas pueden revertir el daño que ocasiona un neurotóxico”, señaló Martínez, quien ha desarrollado su trabajo con el Instituto de Genética de la Universidad Nacional, bajo la dirección del profesor Gonzalo Arboleda.
Las enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson y la esclerosis múltiple, tienen mayor probabilidad de aparecer dado que la expectativa de vida en el país está aumentando.
En el estudio se usaron plantas de las familias Piperaceaes y Euphorbiaceaes; las primeras, relacionadas con especies de las que se saca la pimienta y las segundas, con aquellas de las que se obtiene el caucho.
De las plantas se obtuvieron los extractos alcohólicos y después, con ayuda de un equipo especial, se consiguieron los compuestos químicos generales de las especies y se hizo un alistamiento para hacer una prueba sobre líneas celulares, que fueron tomadas de un ratón. Para simular las alteraciones en el sistema nervioso central, a las líneas celulares se les aplicó un neurotóxico (CO2-ceramida) que en grandes cantidades causa fallas sobre la mitocondria, y luego se les suministraron los extractos neuroprotectores de las plantas.
Tiempo después, los extractos lograron disminuir la acción del neurotóxico en las células, así que el siguiente paso fue fraccionar los extractos para establecer en qué parte se encontraba el compuesto que realiza la actividad neuroprotectora.
“Los extractos ocasionan daño en las líneas celulares y luego lo revierten a partir de los compuestos generales de las plantas, y todo volvía a funcionar normalmente (...). Es ahí cuando descubro que la mitocondria, después de cierta cantidad de tiempo, vuelve a establecer su función normal”, dijo Martínez.
El objetivo es que en el futuro se puedan desarrollar compuestos que protejan el sistema nervioso y mitiguen o retrasen los procesos neurodegenerativos de enfermedades del sistema nervioso central. El deseo es crear nuevos medicamentos, mucho más económicos y de fácil acceso.
“Lo que hace falta para empezar a implementar esto es mucha más investigación. Aunque la investigación ya lo demostró en ratones, el paso por seguir es probarlo en otros animales y verificar qué compuestos generan ese tipo de actividad neuroprotectora para continuar con su desarrollo”, concluyó Martínez.
EL TIEMPO
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