Natalia Pardo, vulcanóloga y profesora de la Universidad de los Andes, asegura que el vulcanismo ha hecho parte de la formación de nuestro planeta desde hace 4.600 millones de años, un proceso normal a esa escala de tiempo.
Es la manera como la tierra libera calor y energía a la atmósfera; además, a través de esta actividad de los volcanes se construyen los paisajes y los relieves, de hecho son fundamentales para que en la Tierra exista el agua que permite la vida.
Son los volcanes que han hecho erupción en los últimos 10.000 años los que coinciden con las civilizaciones humanas. "Nosotros somos los que estamos llegando al territorio de los volcanes en este planeta que es dinámico, que está vivo. Es un gran organismo que produce paisajes e islas", explica la experta.
A través de diferentes procesos de colonización las personas han llegado a habitar en las zonas de incidencia de algunos de los 38 volcanes que hay identificados en el país, como el Nevado del Ruiz, Puracé, el Nevado del Huila, el Galeras y Cerro Machín.
(Le puede interesar: Volcán de La Palma: ¿cómo espera que sean los próximos días?)
Pardo explica que en Colombia, por ejemplo, desde tiempos prehispánicos las sociedades humanas han tendido a ubicarse en regiones donde los suelos volcánicos se desarrollan bastante bien.
"No todos son fértiles, pero hay unos, sobre todo asociados a nuestras cordilleras, en los que el material volcánico es de unas composiciones muy ricas en potasio, hierro magnesio y aluminio; esos elementos pasan al suelo y eso en nuestras condiciones climáticas genera mucha fertilidad", señala la docente.
Pero esto ocurre especialmente hacia las faldas de las montañas y en los valles de los ríos, pues arriba en el volcán es extraño que se acomoden sociedades humanas porque resultan más atractivos paisajes más planos para edificar y, por el contraste de relieve, la disponibilidad de agua es más alta.
(También: Conozca 4 de las erupciones volcánicas más destructivas de la historia)
Lo que no quiere decir que sean zonas libres de riesgo, como ya lo demostró el caso de la tragedia de Armero en 1985 por cuenta de la erupción del Nevado del Ruiz. "Están a unas distancias que son peligrosas en el sentido de que la gente tiende a ubicarse en el valle de los ríos, como el Cauca y el Magdalena, que es justamente por donde van los peligros volcánicos más importantes ", asegura la doctora Pardo.

El Parque de los Nevados reúne a volcanes como Cerro Bravo, Nevado del Ruiz, Nevado del Cisne, Nevado de Santa Isabel, Páramo de Santa Rosa, Nevado del Tolima y Machín.
Jhon J. Bonilla / EL TIEMPO
Las sociedades actuales también han encontrado atractivo el hecho de que en las cordilleras del país se pueda ir de zonas altas a bajas en distancias muy cortas, aprovechando todos los pisos térmicos para cultivar diferentes tipos de productos.
También existen sociedades, como las indígenas, que han pasado mucho tiempo en esos lugares, creando una relación muy fuerte con el territorio con construcciones sociales y culturales alrededor de una montaña que les da la vida, haciendo difícil abandonar una región a pesar del riesgo que represente.
(Además: Volcanes: ¿es posible predecir cuándo harán erupción?)
"En muchas de las sociedades prehispánicas se ha reconocido al volcán como una entidad que ellos denominan brava en cosmovisión andina, entonces hay respeto y sacralización; son territorios sagrados, lo que también funcionaba como una forma de hacer gestión del riesgo, pues no todo el mundo podía subir, por ejemplo", comenta la vulcanóloga.

Volcán Puracé.
Guillermo Ossa. El Tiempo.
Para que las comunidades se ubiquen en zonas de riesgo también influyen otros factores más localizados, como el caso de la mina de azufre en el volcán Puracé, que atrajo a las personas en busca de recursos.
En la actualidad, factores como el conflicto armado también han impulsado procesos de migración, que demuestran la complejidad del contexto nacional.
REDACCIÓN CIENCIA
Encuentre también en Ciencia:Octubre será un mes con dos lluvias de estrellas
El reactor que podría darle a China el 'santo grial' de la energía nuclear
Comentar