Posiblemente unos buenos años atrás se tenía un amigo, un hermano o un conocido que estudiaba arquitectura o diseño industrial. Lo menos envidiable era escuchar sobre las grandes trasnochadas haciendo maquetas y planos para presentar sus proyectos.
El cartón paja, el cortador, el colbón, el prismacolor o los flumásteres eran los materiales más comunes como medio de impresión en tercera dimensión (3D) o en dos dimensiones (2D). Hoy, un computador, una impresora y plásticos reemplazan este esfuerzo manual.
La impresora 3D es un método de impresión por extrusión, donde básicamente por un conducto y una boquilla sale material, generalmente plástico derretido, y capa por capa se crea el objeto que se imprimirá diseñado desde el computador. Las impresiones 3D se usan como prototipos de productos diseñados a escala, que rápidamente permiten entenderlos y probarlos antes de sacarlos al mercado.
“Nos estamos enfrentando a una nueva revolución industrial”, es la conclusión que saca la BBC de Londres, en el análisis que hizo sobre la tendencia de esta tecnología, pues ya se han producido desde carros hasta edificios.
Un examen de sangre implica el hecho de pensar en el pinchazo de la aguja, que genera un malestar que nadie quiere vivir. Dos ingenieros electrónicos de la Universidad de los Andes, Nicolás Zuluaga y Santiago Jumah, fundadores de Reallabs (reallabs.com.co), desarrollaron una impresora 3D que produce, en escala micro, objetos muy pequeños que solucionan los problemas.
Uno de los prototipos impresos es un implante de polímeros biocompatibles, que funciona como una USB implantada en la piel, que en un futuro permitirá extraer sangre o inyectar medicamentos continuamente, evitando el dolor de la aguja.
No solo hay soluciones médicas; en el sector de alimentos también se están creando innovaciones en impresión. La empresa española Natural Machines creó una impresora 3D llamada Foodini que imprime alimentos con tecnología y arte utilizando ingredientes como las hortalizas en forma de puré, que reemplazan la tinta de las impresoras 3D comunes.
JORGE HERNÁNDEZ
Director Innovandes