En 45 años, Colombia perdió 2’456.050 hectáreas de bosques, una área equivalente a la superficie del departamento de Cundinamarca.
Así lo revelaron el martes el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) al presentar el libro Suelos y tierras de Colombia, que da cuenta del estado actual del suelo en el país.
El estudio, de 1.300 páginas, aborda aspectos relacionados con el tema, como la deforestación, el mal uso del suelo según las actividades que se desarrollan en él y la erosión que se presenta en distintas regiones del territorio.
“En 1967, el territorio nacional contaba con 68’223.717 hectáreas de bosques, que representaban el 60 por ciento del país. Para el 2012, los bosques se redujeron a 65’767.667 (el 58 por ciento del país), representados en 60,7 millones de hectáreas de bosques primarios y secundarios y 5 millones de bosques fragmentados con pastos y cultivos”, reveló el estudio.
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Otro de los resultados que arrojó la investigación es que la mayor pérdida de bosque se dio entre los años 60 y 80, al reportarse que al cabo de esa franja de tiempo el país tenía 53’491.959 de hectáreas de cobertura boscosa. “Esto está asociado a la tala indiscriminada, a la minería ilegal, a la explotación desmesurada de los recursos naturales y variantes del orden público”, dijo Juan Antonio Nieto Escalante, director del Igac.
Otras cifras importantes del estudio señalan, por ejemplo, que las áreas con erosión severa alcanzan las tres millones de hectáreas. (Le puede interesar: Tratan de detener erosión en el Urabá)
En cuanto al mal uso del suelo, se estima que Colombia cuenta con 15 millones de hectáreas aptas para la ganadería, pero actualmente se hace uso de casi 35 millones. Con relación a la agricultura, el país tiene 22 millones de hectáreas para cultivar, pero solo se utilizan 5,3 millones. Por otra parte, Colombia tiene 3,9 millones de hectáreas para la producción forestal, aunque solo hace uso de 113.000.
Se busca que la publicación se constituya en la hoja de ruta para la conservación de los bosques, desde aspectos ambientales y productivos. “Será de gran ayuda en el posconflicto y en la puesta en marcha del nuevo ordenamiento integral y territorial”, dijo Nieto.
Germán Darío Álvarez, subdirector del Igac, agregó que la investigación no busca ser un instrumento técnico, sino uno de utilidad, el cual sirva para fortalecer el primer punto de los acuerdos entre el Gobierno y las Farc, que es el de desarrollo agrario integral. “La idea no es que los excombatientes lleguen a las ciudades a engrosar las cifras de desempleo, sino que se queden en el campo ayudando a fortalecer el sector agrario”, dijo Álvarez.
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