Tras 20 años de travesía por el espacio, la sonda Cassini vivió este viernes sus últimos instantes de existencia al ingresar en la atmósfera de Saturno, donde acabó por desintegrarse convertida en un fulgurante meteorito.
Según la agencia espacial estadounidense, Nasa, la organización recibió la última señal de la sonda a las 1155 GMT (6:55 a.m. hora colombiana), poco después de que esta entrara a la pesada atmósfera del gigantesco planeta, ubicado a unos 113.000 kilómetros.
La misión tenía como objetivo recopilar información de la atmósfera, los anillos y la magnetosfera de Saturno, así como también hacer un estudio de la superficie de Titán, una de las principales lunas del planeta, y de los satélites helados presentes en la zona.
Sin embargo, la información entregada por Cassini fue mucho más amplia ya que fue posible descubrir en la luna Titán. Se trata de un mundo "muy parecido a nuestro planeta Tierra, con mares, lagos, ríos secos, montañas, dunas y nubes; y comprender que la luna Encélado tiene un océano global interno, que presenta las condiciones básicas para poder albergar vida microbiótica", de acuerdo con Luis Morales, ingeniero de sistemas de operaciones de la misión Cassini-Huygens.
Aunque Cassini fue lanzada el 15 de septiembre de 1997 junto con la sonda Huygens, esta sonda terminó convirtiéndose en la primera nave en posarse en la luna de otro planeta.
Cassini también envió información sobre las estaciones en Saturno, halló un océano bajo la superficie de la luna Encélado, que además expulsa chorros de gas y partículas de hielo desde su superficie hacia el espacio, y según Morales, arrojó datos sobre algunas medidas del campo de gravedad del planeta que permitirán calcular el tamaño de su centro rocoso.
La Nasa tomó la decisión de estrellar la sonda contra Saturno con el fin de evitar cualquier posibilidad que algún día chocara y contaminara a Titán, Encélado u otra luna con potencial para la vida microbiana nativa.
A pesar de que los últimos datos recopilados por la nave antes de su desintegración podrían servir para analizar la intensidad de los vientos de Saturno y la vibración producida por el campo magnético del planeta, Michael Watkins, director del proyecto Cassini, aseguró que “esto no es un fin, sino un comienzo. Los fantásticos descubrimientos de Cassini siguieron hasta los últimos segundos de la misión".
ELTIEMPO.COM*
Con información de EFE y AFP
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