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Ciencia

'Atar las creencias a un libro de hace miles de años no es científico'

Fuglesang completó 32 horas de caminatas espaciales para hacer arreglos y otras actividades fuera de la Estación Espacial.

Fuglesang completó 32 horas de caminatas espaciales para hacer arreglos y otras actividades fuera de la Estación Espacial.

Foto:ESA

Así lo asegura Christer Fuglesang, el primer astronauta sueco, quien está de visita en Colombia.

Nicolás Bustamante
Cuando, el 25 de enero de 2007, Christer Fuglesang aterrizó en el aeropuerto de Arlanda, en Estocolmo (capital de Suecia), fue recibido como un héroe. Lo esperaba una enorme comitiva: desde miembros del Club de Fans de Christer Fuglesang hasta la viceprimera ministra y ministra del Espacio y la Industria del momento, Maud Olofsson.
No era para menos: Fuglesang acababa de convertirse en el primer astronauta sueco a bordo del transbordador espacial Discovery. Su regreso a la Tierra se había dado tan solo un mes atrás, el 22 de diciembre 2006, luego de 13 días en la Estación Espacial Internacional. Durante ese tiempo hizo tres caminatas espaciales, en las que instaló nuevo software en la nave y reconfiguró sus sistemas eléctricos.
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Christer Fuglesang participa en el Congreso Internacional de Ciencia y Tecnología Aeroespacial, en Medellín.

Foto:Carlos Ortega / EL TIEMPO

Fuglesang, quien cuenta con una maestría en física del Real Instituto de Tecnología y un doctorado en física experimental de partículas de la misma institución, narra que su oportunidad de convertirse en un explorador del cosmos llegó cuando vio un aviso en el periódico que decía que buscaban astronautas. En 1992 completó la aplicación y llevó a cabo sus entrenamientos en Alemania, Rusia y Estados Unidos; finalmente, 14 años después, fue seleccionado para su primer vuelo.
Volvió al espacio en el 2009, como tripulante del Discovery; en total completó 32 horas haciendo la que para muchos astronautas es la parte más emocionante de su trabajo: las caminatas espaciales. Posteriormente se dedicó a ser profesor en su alma mater y a trabajar como consejero espacial del consorcio sueco Saab.
Fuglesang, reconocido por ser un ateo militante, se encuentra esta semana en Colombia por invitación de la embajada sueca y la Universidad Sergio Arboleda para intentar generar alianzas para el desarrollo espacial colombiano. Asimismo, participa en el VII Congreso Internacional de Ciencia y Tecnología Aeroespacial, que organiza la Universidad de Antioquia.
¿Qué fue lo más emocionante de ir al espacio?
El viaje, experimentar la ingravidez. Estar flotando es divertido y, a la vez, desafiante. Luego, la imagen de la Tierra y de lo hermosa que es. A esa altura toma 90 minutos darle una vuelta al planeta, así que ves cosas nuevas todo el tiempo. Y lo mejor de todo son las caminatas espaciales, que es la principal experiencia de ir al espacio y consiste en salir de la nave espacial y, aunque no se camina, sí se escala con las manos para hacer arreglos y otras actividades.
¿Qué fue lo más difícil de ser un astronauta?
Para mí fue tener que aprender ruso durante mi entrenamiento; pasé tres años en Rusia y no hablaba ni una palabra del idioma. Esto fue a mediados de los 90, y no había traductores y todo el material estaba en ruso. Las caminatas espaciales también son lo más difícil porque requieren un entrenamiento muy duro en diferentes herramientas. Otro aspecto difícil es la espera tan larga: pasaron 14 años desde que me seleccionaron como astronauta hasta que finalmente fui al espacio.
Usted ha elevado su voz como ateo. ¿Cree que todos los científicos deberían ser ateos? ¿Qué piensa de aquellos que siguen algún tipo de religión?
La fe es una cuestión difícil. Lo que definitivamente no me gusta es cuando la gente pone algo que está en un libro escrito como una autoridad superior a lo que podemos observar. Si alguien cree que puede haber un dios en algún lugar, deja que eso afecte la forma como se comporta, como aquellos que dicen que Dios les ha prohibido tomar medicinas, creo que es algo bastante peligroso. Tenemos que observar y entender nuestro mundo. Si atas tus creencias a un libro que fue escrito hace miles de años, entonces creo que no eres un científico.

Lo que definitivamente no me gusta es cuando la gente pone algo que está en un libro escrito como una autoridad superior a lo que podemos observar

Algunas personas que han ido al espacio dicen que esta es una experiencia que fortalece su fe. ¿Qué piensa de esto? ¿Llegó a sentir algo sobrenatural mientras estuvo en el espacio?
Particularmente, en el programa Apollo, hubo algunos astronautas que estuvieron bastante impresionados por lo que vieron. Ellos fueron a la Luna, mil veces más lejos que la Estación Espacial Internacional y donde nunca antes había estado alguien; probablemente por eso, muchos de ellos dijeron que su fe se fortaleció. Pero cuando yo les pregunto a mis amigos astronautas, ninguno de ellos, incluyendo a los cristianos que creen en la lectura de la Biblia, y los otros que son ateos, cambió su forma de pensar. Lo que sí cambia es nuestra apreciación de la Tierra como un planeta muy sensible, al que debemos cuidar. Vemos lo delgada que es la atmósfera, lo tenue del aire. Ahí es cuando pensamos que la Tierra es la nave de nuestra humanidad en este inmenso universo.
¿Cuál es el foco de la exploración espacial sueca?
Tenemos una pequeña agencia espacial propia y también hacemos parte de la Agencia Espacial Europea (ESA). La exploración espacial humana, con estaciones, y planes para ir más allá de Marte, y todo esto es fundamental y es algo en lo que viene trabajando la ESA, y Suecia es parte de esto. Pero creo que no estamos tan involucrados como deberíamos. La actividad espacial de la ESA en general es mucho más grande: tenemos satélites que nos ayudan a navegar a través de nuestros teléfonos inteligentes, a tener mejores pronósticos del clima, observar la Tierra. En Suecia tenemos nuestra propia base de lanzamiento en el norte del país, desde la que hemos enviado cohetes para investigación, aunque aún no satélites.
¿Qué cree que Colombia puede aprender de Suecia en términos de exploración espacial?
Pueden ver cómo trabajamos y las industrias espaciales para convertirse en compañías comerciales, independientes del Gobierno. Hay que empezar poco a poco, construir satélites. Sé que la Universidad Sergio Arboleda lanzó uno y ahora está trabajando en otro tres veces más grande. Al principio, lo que hay que hacer es mirar alrededor y ver lo que los demás están haciendo y tener una estrategia en la que se involucre a los entes del Estado dedicados a la investigación.
NICOLÁS BUSTAMANTE HERNÁNDEZ
EL TIEMPO
Nicolás Bustamante
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