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Ciencia

El homenaje del Planetario de Bogotá a las víctimas de desaparición forzada

Asterismo que representa una cometa, símbolo del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice).

Asterismo que representa una cometa, símbolo del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice).

Foto:Juan Santacruz / Idartes

 ‘Ausentes, estrellas presentes’ puso la astronomía al servicio de la construcción de memoria. 

Se suele decir que la Astronomía es la ciencia más antigua. Las civilizaciones siempre han mirado hacia el cielo en busca de respuestas, impresionados por la majestuosidad de las estrellas han encontrado en ellas desde un mapa para ubicarse y conocer su lugar en el mundo hasta un lienzo en donde muchas culturas plasmaron sus historias y cosmogonías. Simbolismos que gracias a su carácter casi inmutable aún hoy podemos ubicar en las formas que trazaron para las constelaciones.
En un ejercicio similar al que emprendieron las culturas antiguas, el Instituto Distrital de las Artes (Idartes), el Planetario de Bogotá, el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y 14 organizaciones que agrupan a familiares de víctimas de desaparición forzada en el país, desde hace dos años han encontrado en el cielo un espacio para recordar a sus seres queridos y escribir sus historias, en esa lucha por no olvidar y porque lo que ellos han sufrido no se repita.
Como explica Miguel Valbuena, profesional del Planetario que ha participado en este proceso, lo que se inició como un proceso de diálogos y encuentros con las víctimas para conocer sus historias y problemáticas, les permitió encontrar en la observación astronómica una vía para apoyar y acompañar desde la ciencia sus procesos de memoria y de reconciliación, a través de un proyecto que denominaron ‘Ausentes, estrellas presentes’.
“Decidimos renombrar el cielo, resignificarlo con las historias de sus familiares, de sus organizaciones y con esos elementos simbólicos que representan sus luchas constantes y cotidianas contra lo que vivieron”, explica Valbuena, quien añade que a través de varios encuentros a lo largo de estos años de la mano de los miembros de las organizaciones abordaron las historias complejas de sus familiares y sus vidas y empezaron a plasmarlas en una constelación en el firmamento.
Ilustraciones de los asterismos elaborados junto a las víctimas de desaparición forzada proyectadas en el domo del Planetario de Bogotá.

Ilustraciones de los asterismos elaborados junto a las víctimas de desaparición forzada proyectadas en el domo del Planetario de Bogotá.

Foto:Juan Santacruz / Idartes

Los resultados de este proceso se han presentado en las dos acciones públicas de memoria que se llevaron a cabo en los últimos años. La más reciente de ellas ocurrió el 4 de noviembre en el Planetario de Bogotá en el que se presentaron en el domo los asterismos —conjuntos de estrellas en los que se trazaron los símbolos que las organizaciones decidieron representar en el cielo—, un monumento eterno a las más de cien mil personas desaparecidas en Colombia y a las organizaciones sociales y de víctimas que luchan por la verdad, la justicia y el reconocimiento de un crimen de lesa humanidad para que no vuelva a ocurrir. 
Una experiencia que ha sido muy significativa, según cuenta Pilar Navarrete, esposa de Héctor Jaime Beltrán, una de las personas que fue víctima de desaparición forzada en la toma y retoma del Palacio de Justicia en 1985. Ella ha hecho parte de las dos acciones públicas que se han realizado con el Planetario de Bogotá, primero con su caso personal y ahora en representación del colectivo Vuelve Pronto, creado por ella y tres amigas en el marco de las protestas del paro nacional del año pasado.

Encontrarlos en el cielo

“Para las familias fue muy dignificante poder ver los nombres de sus familiares en las carpas, en las capas que vestimos (que también se confeccionaron con los asterismos). Todo el proceso que se hizo de encontrarlos a ellos en el cielo, de la poesía, de las canciones, de los talleres de encuentro para mi fueron espacios de enseñanza, de conocer otros dolores y otras personas y de visibilizar de una manera muy dignificante y hermosa a nuestros familiares”, explica Pilar, quien además señala que para su familia fue muy importante tener una constelación con el nombre de su pareja para poder mirarla y encontrarlo.
Un asterismo es un conjunto de estrellas que se agrupan de manera natural formando una especie de figura reconocible para la mayoría de los humanos. Entre estas formas, quizá algunas de las más conocidas son las de las 12 constelaciones del zodíaco: Acuario, Aries, Cáncer, Capricornio, Géminis, Leo, Libra, Piscis, Sagitario, Escorpio, Tauro, Virgo.
En 1930, la Unión Astronómica Internacional publicó una lista que reúne las 88 constelaciones modernas, las cuales cubren totalmente la esfera celeste y cada una tiene unos límites que fueron definidos por el astrónomo belga Eugène Joseph Delporte. Sin embargo, estas no son las únicas que existen, ya que cada cultura trazó en el firmamento sus propias interpretaciones.
Por eso, como explica Carlos Molina, director del Planetario de Bogotá, reinterpretar el cielo también es una oportunidad de verlo desde una mirada cultural y no solo de una manera científica. “Como lo han dicho los participantes de las organizaciones, esto es una forma de construir una memoria indeleble, no es algo como una estatua que alguien raya o tumba, hay una memoria que permanece allí para ellos y para todos los que vivimos y vemos ese momento que se efectuó”, detalla.
Los familiares de las víctimas de desaparóicin forzada vistieron capas con mensajes y los asterismos en la acción pública de memoria.

Los familiares de las víctimas de desaparóicin forzada vistieron capas con mensajes y los asterismos en la acción pública de memoria.

Foto:Juan Santacruz / Idartes

La construcción de estas figuras, que se proyectaron en el domo del Planetario, se realizó a partir de símbolos que los familiares de las víctimas consideraran significativos para luego buscar formas similares en las estrellas, como quien juega a ver cosas en las nubes. Por ejemplo, se recrearon cosas como el Palacio de Justicia en llamas o elementos icónicos de las movilizaciones de las víctimas y sus familias, como la mano del monumento a la resistencia de Puerto Rellena (colectivo Vuelve Pronto) o la cometa que representa al Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice).

Nuevas constelaciones

“Cuando ya teníamos identificada la historia en elemento gráfico que podíamos representar en el cielo, pusimos el lienzo, que era la bóveda celeste y empezamos a ver patrones que para ellos podrían ser similares a lo que querían representar. Elegimos el cielo de la noche del 4 de noviembre, que es cuando hicimos la acción pública de memoria”, explica Miguel Valbuena.
Los participantes tejieron esos patrones en piezas de cartón, elementos que también hicieron parte de la exposición que se presentó este mes en el Planetario sobre las víctimas de desaparición forzada. Luego los expertos del Planetario fueron los encargados de digitalizar esos asterismos para llevar esas nuevas constelaciones del cartón al cielo, en la misma región en que fueron observadas, proyectarlas en el domo y acompañadas de unas ilustraciones.
Un proceso que, como Pilar resalta, fue muy significativo para quienes fueron parte de él, como una forma de encontrar nuevos espacios para recordar a los desaparecidos y luchar contra el olvido. “Las estrellas siempre van a estar ahí para recordar a nuestros familiares, ese proceso en sí para nosotros es muy importante porque siempre que busquemos a nuestro familiar desaparecido vamos a mirar al cielo”, asegura.
Como parte del proceso de ‘Ausentes, estrellas presentes’, los funcionarios del Planetario de Bogotá también le entregaron a los familiares de las víctimas unos planisferios del cielo en los que se representó la posición de las estrellas del día del nacimiento y el del momento y lugar en el que se produjo la desaparición de su ser querido.
Familiar de María del Socorro Ortega Cañas, sostiene uno de los planisferios del cielo en la acción pública de este año.

Familiar de María del Socorro Ortega Cañas, sostiene uno de los planisferios del cielo en la acción pública de este año.

Foto:Juan Santacruz / Idartes

Frente a estos elementos se han producido reflexiones como el hecho de que esas estrellas, ahora vistas en el papel, pudo ser también lo último que las víctimas desaparecidas hayan visto. “Es una forma de conectarnos también con esas personas que no tenemos cercanas, pero con quienes todavía tenemos una conexión importante”, explica Miguel Valbuena.
Un proceso que Luz Marina Hache, del Movice, califica a la vez como hermoso y doloroso. Ella, que se convirtió en víctima de desaparición forzada cuando en 1986 a su pareja, Eduardo Loffsner Torres, del Sindicato Base de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), lo detuvieron y desaparecieron, asegura que lo que han hecho es una forma de reparación y de resiliencia.
“Yo nunca había hecho la relación de las estrellas con mi compañero, nunca había pensado en el significado de haber nacido a tal hora, en tal fecha, y la estrella que había en el momento de su nacimiento o de su desaparición, es un ejercicio que creo que todavía estoy digiriendo. Pensar en la última vez que vieron el firmamento es muy doloroso, pero también es muy significativo”, asegura.

La desaparición forzada en Colombia

Apenas en el año 2000 se reconoció la desaparición forzada como un delito en Colombia. Antes era un crimen no reconocido y los casos denunciados eran considerados como secuestros u otro tipo de delitos.
De acuerdo con la Comisión de la Verdad, entre 1985 y 2016 alrededor de 121.768 personas fueron desaparecidas forzosamente en Colombia. Sin embargo, las dificultades en la denuncia y acceso a la justicia implican que el universo de víctimas sea mucho más amplio de lo que se registra.
Por medio de modelos estadísticos, que analizan el subregistro potencial, la Comisión estima que el universo de víctimas de desaparición forzada en Colombia puede llegar a ser alrededor de las 210.000 víctimas.
ALEJANDRA LÓPEZ PLAZAS
REDACCIÓN CIENCIA
@malelopezpl
@TiempodeCiencia

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