Los proyectos de infraestructura que buscan abrir la zona occidental del Amazonas a inversiones son los culpables de la deforestación en partes de Perú, Colombia y Bolivia, y no la producción de coca, aseguraron, el miércoles, investigadores de la Universidad Stony Brook de Nueva York.
De acuerdo con el estudio, publicado en la revista BioScience, políticos y funcionarios antidrogas de la ONU han culpado a las plantaciones de coca de destruir la selva, pero esto no es exacto, según los análisis hechos a mapas satelitales y otros datos.
En cambio, la deforestación fue mayormente provocada por programas de construcción de nuevas rutas y proyectos lanzados por gobiernos sudamericanos en la década de 1960 para establecer la frontera del Amazonas, indicó el estudio.
"Deberíamos estar estabilizando la frontera (del Amazonas) en lugar de luchar contra la producción de coca", dijo Liliana Dávalos, una de las autoras del reporte. "La deforestación y la coca se juntan en la frontera del Amazonas, pero (el problema de la deforestación) (...) proviene de los esfuerzos para desarrollar la zona occidental del Amazonas", agregó.
Los agricultores que invaden nuevas áreas del Amazonas donde los sistemas legales y el control ambiental son usualmente débiles han sido un motor primario de la deforestación, derribando árboles para los cultivos o utilizando la tierra para pastoreo de ganado, subrayó el reporte, que, a su vez, señaló que los colonos que derriban árboles para abrir tierras para cultivar coca, el ingrediente básico para la producción de cocaína, tienen un impacto insignificante sobre la selva, agregó.
La mayor parte de la tierra en la sección occidental del Amazonas pertenecía a los gobiernos cuando la colonización y los proyectos de infraestructura fueron lanzados hace más de 40 años, dijo Dávalos.
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