El parque Chiribiquete no es el único afectado por el avance de la deforestación. Otra de las áreas que preocupa a las autoridades ambientales se ubica más hacia el norte, donde se da la conexión entre la región Andina y la Amazonia.
Parques Nacionales Naturales como Nukak y Tinigua han perdido buena cobertura natural en los últimos años. Por ejemplo, el Nukak en los años noventa se conservaba intacto y ahora tiene un bloque de áreas arrasadas considerables en el límite norte.
“Por estos bosques se mueven las poblaciones de fauna y flora. Actualmente, solo hay una conexión directa, porque el resto de ese piedemonte amazónico se perdió hace años”, explica Edersson Cabrera, del Sistema de Monitoreo de Bosques del Ideam.
A partir de la visualización de las coberturas de bosque, el equipo técnico ha podido constatar cómo este puente entre una y otra región cada vez se ve más intervenido.
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“La única conexión sigue siendo la del área de Marginal de la Selva, en el municipio de San José del Guaviare, pero se ha ido perdiendo. Solo queda un área de 2,6 kilómetros de bosque que conecta directamente la Amazonia y los Andes, pero no sabemos si en lo que va de este año ese espacio se ha reducido”, señala Cabrera.
El experto reconoce que, efectivamente, parte de la fauna puede seguir cruzando por los bosques aun cuando estos están fragmentados, pero el interés de mostrar un indicador como el de conexión directa es precisamente subrayar que si se quisiera ir solo a través del bosque desde Leticia (Amazonas) hasta San José del Guaviare (Guaviare) solo se tendría una franja de dos kilómetros y medio para lograrlo en ese punto de la geografía nacional.
Además de este lugar, el parque nacional Tinigua, que hace parte del Área de Manejo Especial de La Macarena, ha perdido en los últimos 25 años tanto bosque como 13 veces el tamaño de la isla de San Andrés.
En total, durante el 2015, se perdieron 5.694 hectáreas de bosques de parques nacionales. El más afectado fue Serranía de La Macarena, donde desaparecieron 1.877 hectáreas.
LAURA BETANCUR ALARCÓN
Redactora de EL TIEMPO
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